Dado que los envejecientes crecen mucho más, y cada vez son más longevos, miles de millones de jubilados y pensionados se enfrentan a un panorama incierto, que reduce su calidad de vida. Actualmente, ni el sistema de reparto, ni de capitalización individual, garantizan pensiones dignas y sostenibles para todos, debido al aumento de la esperanza de vida y a los cambios en el mercado laboral.
El sistema de capitalización individual chileno prometió elevar las pensiones y eliminar los déficits y los subsidios gubernamentales. Su gran fortaleza reside en que capitaliza el ahorro para el retiro y lo acumula en forma progresiva. Pero nació con tres debilidades: privatizó la administración, no garantiza pensiones dignas para la mayoría, y excluye la solidaridad social.
Los grandes avances médicos y tecnológicos, imponen una reingeniería de ambos sistemas para: 1) garantizar una pensión mínima sostenible de, al menos, el 70% de la tasa de reemplazo; y 2) asegurar una protección solidaria de todos los trabajadores de bajos ingresos, contra las fluctuaciones y la inestabilidad del mercado laboral.
PROPUESTA DE LA REFORMA PREVISIONAL. En tal sentido, la Fundación Seguridad Social Para Todos (FSSPT) solicita evaluar la siguiente propuesta para asegurar una pensión digna y sostenible para todos. Aumentar el aporte al 14% del salario cotizable, en forma gradual en 5 años: un 10% para la cuenta de capitalización individual, un 3% para el Fondo de Solidaridad Social (FSS), y un 1% para los demás componentes.
Este aumento responde al crecimiento progresivo de la esperanza de vida de los pensionados y jubilados, lo cual implica un costo mucho mayor, y por lo tanto, un aporte más elevado. En enero del 2022 México puso en marcha una reforma de su sistema de capitalización individual, que elevó la cotización del 6.5% al 15.0% en forma gradual, para hacerla asequible a las empresas.
RESULTADOS ESPERADOS: En nuestros cálculos se asume una tasa promedio anual de ganancia del 5% real, libre de inflación; una comisión de las AFP del 3% anual sobre la ganancia mensual de las inversiones, y una comisión del 2% anual para la AFP del Estado sobre el Fondo de Solidaridad Social (FSS). Retiro a los 60 años, con un promedio de 15 años de pensión del titular más 3 del cónyuge. Estos son los siguientes resultados preliminares:
- 1% de pensión, con 40 años de aporte.
- 7% de pensión, con 40 años de aporte.
- 4% de pensión, con 30 años de aporte.
- 6% de pensión, con 25 años de aporte.
- 2% de pensión, con 20 años de aporte.
Los trabajadores con aportes menores de 20 años recibirán una pensión subsidiada en proporción al monto acumulado, el cual será transferido al Ministerio de Hacienda.
Esta propuesta quintuplica el Fondo de Solidaridad Social para neutralizar la inestabilidad laboral de muchos de los trabajadores con ingresos inferiores al salario promedio nacional. Y, por lo menos, triplica la tasa de reemplazo, al elevar el porcentaje de aporte en forma gradual para los trabajadores y empleadores.
En adición, fortalece la participación pública en el fondo de retiro. También multiplica el ahorro nacional y dinamiza la economía, contribuyendo a generar más empleos. Finalmente, elimina los subsidios fiscales, permitiendo destinar más recursos a los programas sociales y a las pensiones solidarias para los envejecientes pobres y vulnerables.
Nuestra Fundación reitera que ya no es posible asegurar una vejez digna con aportes marginales. Ningún sistema previsional será sostenible sin capitalizar el ahorro a largo plazo. La lucha contra la pobreza obliga a otorgar pensiones no contributivas. Debemos evitar la contaminación ideológica de los debates previsionales.
Lamentamos que la propuesta de la Comisión Bicameral del Congreso no haya sido sustentada en cálculos actuariales y que su falta de realismo la haya condenada a la indiferencia y al olvido, luego de dos años de espera. Reiteramos la urgencia de estas reformas, a fin de evitar convulsiones sociales ante la entrega de pensiones a todas luces insuficientes e inaceptables.