Se oyen voces que claman por una sociedad “más justa“, y esto, qué significado tiene de trasfondo: que vivimos en una sociedad justa, menos justa o un poco justa? Porque si se le pone el adverbio comparativo “más“ significa que lo anterior es, por lo tanto lo que necesita es que se complemente con una calidad superior.  Es decir, que los que claman por una sociedad más justa admiten que en la sociedad en que vivimos es justa.
Entonces debemos escudriñar en el significado de justicia. Según el diccionario, es el principio moral que obliga a obrar y juzgar aferrado a la verdad y otorgando a cada persona lo que le corresponde, teniendo, socialmente, un valor democrático vinculado estrictamente al bien general.
Siendo así descubrimos que vivimos en una sociedad en donde reina la desigualdad entre los seres humanos, abrumada por la corrupción, el engaño y el crimen en todas sus manifestaciones. Una sociedad caracterizada por la sustracción del erario por parte de quienes gobiernan las riendas del Estado para su beneficio propio y donde campea la explotación del hombre por el hombre, la discriminación en todas sus variantes y el trabajo esclavista. Si estas son las características de la sociedad en que vivimos no puede ser una sociedad justa, por tanto, exigir o vociferar por una sociedad “más“ justa es una vergüenza, es cederle al sistema opresor un reconocimiento que no se merece, es abrazar la mentira y caer de rodillas frente a él.
Con la caída del campo socialista y la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, una gran parte de la izquierda formal quedó huérfana de consignas y aceptó la derrota lo que derivó su accionar en reivindicar objetivos colaterales al objetivo esencial como por ejemplo la protección al ecosistema, la igualdad de los derechos de la mujer, la no discriminación, entre otros.
Esa izquierda renunció a la reivindicación y lucha por el Socialismo, les da vergüenza defenderlo y lo peor de todo, es que han caído en las redes disgregantes y confusas de los ideólogos del capital imperialista que los induce y los dirige, a veces, subliminalmente.
El Socialismo es una sociedad basada en la igualdad de derechos, distribución equitativa de los bienes, otorgando a cada cual según su capacidad y función dentro de la sociedad, incentivando la iniciativa individual y social, promoviendo la cooperación en la producción y enalteciendo los principios morales que honran la solidaridad y el amor entre todos quienes la conforman, estableciendo estructuras políticas y económicas que garanticen su respeto y funcionamiento.
Evidentemente que una sociedad de esta naturaleza no se puede construir con modelos económicos poco productivos, debe construirse en una sociedad en donde exista abundancia de bienes pues el Socialismo no es para administrar pobreza, es para administrar riqueza, razón por la cual no se pudo concretizar en lo que fue el Campo Socialista y es lo que advirtió Den Ziao Pin y luego los vietnamitas, quienes están desarrollando el modo de producción Capitalista pero controlado por el Partido Comunista. Parece una paradoja pero es así. A los chinos no les dio pena ni vergüenza admitir que sin desarrollo y abundancia no puede haber socialismo, a los vietnamitas tampoco y eso que les llevó más de 30 años vencer en una guerra criminal al Japón, a Francia y a los Estados Unidos de Norteamérica, pero han sabido interpretar acertadamente el Marxismo.
Con respecto a la reivindicación de los derechos de igualdad de la mujer, Engels deja bien claro cuando escribe su tratado sobre “El origen de la Familia, la propiedad privada y el Estado“ que solo en el Socialismo se alcanzará una sociedad con plenos derechos y hace una puntualización con respecto a los derechos de la mujer, a su real emancipación con respecto al hombre, por lo tanto, yo afirmo, que todos esos reclamos en ese tenor son “balas tiradas al aire“, protestas sin sentido que solo les conviene al status quo ya que no le dan de frente. Si las mujeres desean su total emancipación deben luchar por el socialismo.
Sobre lo referente al derecho que tienen los LGTB de elegir con cual sexo tener relaciones, es un derecho inalienable que les corresponde.  Lo peligroso y que no se debe permitir es legalizar la inducción del cambio de sexo desde edades sicológica y fisiológicamente inmaduras. Es una aberración social.
En el reino animal los seres humanos u homo sapiens, pertenecemos al Filo de los cordados, al Subfilo de los vertebrados, a la Clase de los mamíferos y al Orden de los primates. Sus principales características son la movilidad autónoma que le permite el desplazamiento, la reproducción sexual entre un masculino y otro femenino para lo cual desarrollan órganos que los caracterizan y la tercera característica es la convivencia en grupos o familias. En el caso del ser humano su convivencia es en sociedades, en donde cada individuo ejerce un trabajo o función que incide en una parte o en todo el conglomerado. La célula que sirve como germen de esta sociedad es la familia y la familia está compuesta por un hombre, una mujer y los descendientes o prole, que son los hijos.  No es una conducta aprendida, es intuitiva por lo que no interviene la razón. Nuestra mente, en la medida crecemos, se va estructurando sicológicamente acorde con esta intuición y el niño, que desde el vientre de su madre va creando lazos de dependencia filial irá fortaleciendo esta relación con su progenitora.
Los niños que han perdido a sus padres y se encuentran en hogares, deben ser tratados mediante programas de apoyo sicológico para minimizar los efectos causados por el trauma de crecer sin la relación filial.  Si el niño es adoptado por una pareja homosexual estará enfrentando el desasosiego de crecer en un hogar desconcertante ya que observará como sus amigos tienen padres de distintos sexos y él no. No obstante, esta situación debe ser objeto de estudios sicológicos por parte de los especialistas en la materia.  Sabemos que tanto mujeres como hombres (aunque minoritariamente) ante situaciones en que deban encargarse de educar sus hijos sin la pareja filial, lo han hecho razonablemente bien y muchas veces mucho mejor que parejas filiales.  Las repercusiones sociales de un niño criado por una pareja no filial y homosexual deben ser objeto de más estudios y mucha discusión entre expertos.
En una sociedad justa, como lo sería una sociedad socialista en donde se reivindica el papel de la familia y por el carácter democrático que deberá tener, indudablemente que la adopción de niños por parejas homosexuales será un objeto de profundos estudios y discusión.
Qué le sucede al movimiento LGTV?
La homosexualidad ha existido desde la socialización del ser humano alcanzando su umbral histórico en la sociedad macedónica y griega en donde los emperadores, además de sus mujeres, tenían a sus jovencitos que les acompañaban en todas sus conquistas y les brindaban los afectos que las damas no les podían dar en la ruta.  El gran general macedonio que nunca perdió una batalla, Alejandro Magno murió por una herida menor de flecha que se le infectó y que, al parecer, su organismo no pudo vencer debido, probablemente, a la disminución de sus defensas corporales al estar padeciendo de una profunda depresión tras haber perdido en batalla a su consorte Hefestión. Otro famoso general histórico, Aquiles, también tenía su amante masculino, Patroclo. Esta costumbre se extendió por toda Roma.  Sólo hay que visitar las ruinas de Pompeya para darnos cuenta de que era una práctica normal de la época.
Sin embargo, por diferentes razones (religiosas, costumbristas, etc.) en Europa, la práctica homosexual ha sido demonizada desde la Edad Media hasta nuestros días. En el Asia desde mucho antes.
Estados soberanos, libres del ingerencismo occidental yankee-eurocentrista como Rusia, China y Vietnam prohíben el matrimonio homosexual y la adopción de niños por parejas homosexuales pues plantean que afecta la estructura familiar aunque no se persigue a quien tenga sus preferencias homosexuales. Sin embargo, en términos generales, esta práctica no es bien vista por la sociedad.
El movimiento LGTV se ha aferrado al objetivo No.10 de la agenda 20-30 de la ONU que propone reducir la desigualdad en los países hasta el punto de que se han apropiado de los colores de esta agenda. Al movimiento LGTV hay que decirle que cuando se trate de derechos humanos, solo se conseguirán en una sociedad justa y democrática como la socialista, por lo tanto sus manifestaciones dentro del marco del capitalismo son, también, “balas tiradas al aire“.
Lenin planteó con sabiduría, que la revolución cultural es la más duradera y difícil de realizar pues desarraigar todos los conceptos y tabúes adquiridos durante siglos en la mentalidad de los seres humanos cuesta mucho tiempo y trabajo de concientización que deberán agotar varias generaciones. Pero primero hay que lograr la revolución político-social y económica para luego alcanzar la revolución cultural.