Tan reciente como la semana pasada transcurrieron en Washington, DC, las reuniones de primavera organizadas por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Uno de los temas centrales de dicho encuentro fue: el alza en los precios de los commodities y su impacto en la economía global. Si en algo hay un consenso generalizado entre los hacedores de políticas públicas y los organismos multilaterales, es que un alza prolongada de los precios de las materias primas pondría un freno a la recuperación económica global, y, por ende, afectaría ya, las maltrechas finanzas públicas de los países, ya que no tienen mucho espacio fiscal por los grandes estímulos monetarios proporcionados a la población más vulnerable durante la etapa más difícil de la pandemia de la COVID-19.

La Guerra entre Ucrania y Rusia, como todos sabemos ha venido a exacerbar aún más los precios de las materias primas, que en un inicio se vieron afectados por la disrupción en las cadenas de suministro. Sin embargo, en el contexto actual la situación es más preocupante, ya que entre Rusia y Ucrania proveen poco más del 30% de los granos que consume el mercado mundial. De acuerdo con el sitio web macrotrends, el precio del trigo ha aumentado un (37.79%), en el último año, lo mismo la soya con un aumento de (27.03%), el maíz (35.54%), el petróleo (35.22%) y el gas natural (94.76%), solo para citar algunos ejemplos.

Dada esta coyuntura internacional, los Gobiernos están de rodillas tratando de configurar una hoja de ruta que les permita navegar con cierta tranquilidad esta situación plagada de incertidumbre. Sin embargo, los mercados financieros a través de algunas herramientas nos permiten mitigar los efectos de esas alzas en las materias primas, algo que los Gobiernos alrededor del mundo podrían utilizar a su favor para evitar transferir dichos aumentos a la población más vulnerable. En el caso específico del petróleo, debido al alza que este viene experimentando, una opción sería comprar contratos a futuro, ya que algunos analistas prevén que los precios se mantendrán altos por un buen tiempo.

Sin embargo, existen otros analistas y hacedores de políticas públicas que esgrimen el argumento de que los precios del crudo y otras materias primas iniciarán a ceder tan pronto suceda un cese al fuego en Ucrania. Y, por tal razón, ellos entienden que sería inútil adquirir contratos a futuro de ciertas materias primas. Pero los mercados de commodities nos ofrecen una variedad de estrategias para mitigar esos riesgos anteriormente señalados y son: las opciones. Las opciones son contratos que otorgan al portador el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender una cantidad de algún activo subyacente a un precio predeterminado al vencimiento del contrato o antes.

Un ejemplo de opciones, son las opciones call, una opción call es un contrato que otorga al comprador el derecho, pero no la obligación, de comprar. Mientras que una opción put, es una opción es un contrato que otorga al comprador el derecho, pero no la obligación, de vender. A continuación, vamos a ilustrar como se beneficiarían los Gobiernos que accedan a utilizar las opciones call para adquirir crudo u otras materias primas.

Si en este instante, observamos que los contratos a futuro del crudo ligero Intermedio de Texas (WTI, por sus siglas en inglés), se encuentran a US$102.30 el barril. Una opción de compra del crudo WTI con el mismo mes de vencimiento (mayo), posee un precio ejercicio (strike price) cercano de los US$100.00, tiene un precio de US$3.00 por barril. Dado que cada contrato de futuro subyacente del crudo WTI representa 1,000 barriles, la prima que debe pagar el Gobierno en cuestión para poseer la opción de compra es de US$3,000. En otro orden, si para el día del vencimiento de la opción, el precio subyacente a futuro del crudo WTI ha aumentado en un 20% y se cotiza a US$122.76 por barril. A ese precio la opción de compra se encuentra en el dinero (in the money).

Ahora bien, si el Gobierno en cuestión al ejercer su opción de compra ahora, puede asumir una posición larga en los contratos a futuro de crudo subyacente al precio de ejercicio de US$100.00. Esto quiere decir que puede comprar el crudo WTI subyacente a solo US$100.00 el barril, el día de la entrega. Sin embargo, si quiere obtener ganancias de dicha operación, debe ingresar una posición de contratos a futuro corta de compensación en un contrato a futuro subyacente, al precio de mercado de US$122.76 por barril, lo que resultaría en una ganancia de US$22.76 por barril. Debido a que cada opción de compra de petróleo WTI cubre 1,000 barriles, como consecuencia la ganancia de la posición larga de compra es US$22,760. Si deducimos la prima inicial de US$3,000 que pagó el Gobierno para comprar la opción de compra, su beneficio neto de la estrategia de compra larga será de US$19,760.

En la práctica, a menudo no es necesario ejercer la opción de compra para obtener la ganancia. Se puede cerrar la posición vendiendo la opción de compra en el mercado de opciones a través de una transacción de venta para cerrar. Los ingresos de la venta de la opción también incluirán cualquier valor de tiempo restante si todavía queda algo de tiempo antes de que expire la opción.

En cuanto, a las opciones put, los Gobiernos podrían aplicar esta estrategia a largo plazo si prevén una caída de los precios del crudo. Partiendo del ejemplo de las opciones call, la prima que debe pagar el Gobierno en cuestión es de US$3,000. Ahora bien, suponiendo que, para el día del vencimiento de la opción, el precio subyacente a futuro del WTI ha caído un 20%, y se cotiza a US$ 81.84 por barril. A ese precio la opción de venta está en el dinero (in the money).

Si el Gobierno, decide ejercer su opción de venta en estos momentos, puede asumir una posición corta en los futuros de crudo subyacente al precio de ejercicio de US$100.00 el barril. Esto significa que el Gobierno puede vender 1,000 barriles de crudo a un precio de US$100.00 el barril el día de la entrega. Por otro lado, si el Gobierno desea obtener ganancias debe ingresar una posición larga de compensación en un contrato de futuro de crudo subyacente al precio de US$81.84 por barril, lo que resultaría en una ganancia de US$18.16 por barril. Debido a que cada opción de venta de petróleo WTI cubre 1,000 barriles, como consecuencia la ganancia de la posición larga de compra es US$18,160. Si deducimos la prima inicial de US$3,000 que pagó el Gobierno para comprar la opción de venta, su beneficio neto de la estrategia de venta larga será de US$15,160.

Como podemos apreciar a través del funcionamiento de las opciones call y put, los Gobiernos de todo el mundo podrían utilizar estas estrategias de comercialización de commodities a su favor para obtener ganancias, en vez de abocarse a cuantiosos subsidios prolongados, que a fin de cuentas erosionan las finanzas públicas. Algo que a largo plazo limita el apoyo directo a los programas de protección social, que son los programas que en realidad tienen un impacto significativo en la población más vulnerable, que es la que más sufre en estas circunstancias.