El desarrollo del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres, con sus órganos e instancias adscritas a la estructura, es indisociable del trabajo que realiza la Comisión Nacional de Emergencias.

En los últimos años, ese espacio de coordinación de políticas y estrategias de gestión del riesgo ha permitido que el país avance, haciendo importantes aportes de mejora en la organización y planificación de la respuesta a emergencias.

Esto se evidencia, en la actualidad, mediante la atención apropiada que se les ha dado a los recientes eventos naturales y humanos que han ocurrido y que, en materia de gestión de riesgos de desastres, han sido debidamente conducidos.

Los representantes permanentes de las instituciones públicas que participan en la Comisión Nacional de Emergencias deben asumirla y mantenerse cohesionados y dispuestos a continuar trabajando por el bienestar del país.

Un total de treinta entidades del sector público, incluyendo la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y privadas, están llamadas a dedicar sus esfuerzos intelectuales de planificación, análisis e investigación para una adecuada gestión integral del riesgo.

Cada cuatro años se realizan cambios en las instituciones del Estado que incide en la Comisión Nacional de Emergencias, y las entidades procuran que los actores designados se mantengan participando de manera activa, otras lo cambian y pocas se ausentan.

Las entidades públicas que, por diversas razones no participan de manera activa, es necesario que se motiven. Que piensen en la jerarquía de ese conclave, el cual fue creado hace más de veinte años y requiere continuar avanzando para la seguridad y el bien de la sociedad dominicana.

La Comisión Nacional de Emergencias se reúne la tercera semana de cada mes de manera ordinaria, y lo hace de forma extraordinaria cuando su presidente, el director de la Defensa Civil, lo entiende pertinente, tal como se hizo cuando el huracán Fiona venía en dirección hacia el territorio.

Los ministerios y direcciones deben reforzar el apoyo al sistema de gestión de riesgos según lo establece la ley que crea dicho régimen. El asistir a las discusiones sobre las políticas y estrategias en este campo, robustece la sinergia y la toma de decisiones en el manejo de las emergencias.

El sistema necesita continuar creciendo para ponerse a la altura de los avances de las ciencias y de los impactos ambientales. El país es un territorio con riesgos geológicos, hidrometeorológicos, bilógicos, políticos sociales, entre otros.

Uno de los principales objetivos de la Comisión Nacional de Emergencias es el de actualizar los planes nacionales de gestión de riesgos y de emergencias.  Asesorar y revisar los planes regionales, provinciales y municipales de los Comité de Prevención, Mitigación y Respuesta. Esos procesos son orientados y apoyados por el comité técnico adscrito y dependiente del organismo.

Acatar y participar en las asambleas del sistema es velar por la seguridad del país y de la población, es defender y estar en consonancia con las políticas del cambio del gobierno central. Es dar continuidad y propiciar formas y maneras diferentes de hacer las cosas.