1.- Tesis doctoral en la Universidad  Complutense de Madrid

Su autor es el hoy doctor y profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) Pablo Reyes Pérez y fue presentada el 6 de mayo del 2019 en la Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Filología, Departamento de Filología Española IV (Bibliografía Española y Literatura Hispanoamericana). No se trata de un profesor cualquiera: entre su labor docente ofrece, entre otras materias: Introducción al Estudio de la Literatura, Teoría Literaria y Literatura infantil, de la Literatura Universal, de la Dominicana,  y la Introducción  a unos análisis de la obra literaria II y de la Literatura Universal Contemporánea, entre otras, Lengua Española Básica. Es decir, se trata de un autor que domina amplios aspectos de la lengua y de la historia de la literatura; que además es muy bien aceptado por sus estudiantes de este año, como hemos visto con un 92 % en http://www.mi-profesor.com/Evaluaciones.aspx?k=MjAwMA==.

La tesis tiene 549 páginas y, entre otros asuntos que por ahora no nos interesan, nos parece digno de algunos comentarios, lo que trata en el primer capítulo: La Poesía Sorprendida: Los movimientos de vanguardia en Santo Domingo. Los sorprendidos: características y manifiesto. Sorprendidos contra Cuadernos Dominicanos de Cultura y contra el Postumismo. Antecedentes. La recepción de los sorprendidos en Santo Domingo. Los estudios de Alberto Baeza Flores. El estudio de Diógenes Céspedes y La tesis de Eugenio García Cuevas.

Particularmente nos interesa para este comentario, no solo señalar los textos, ya que el citado de Eugenio García Cuevas es de 2011 publicado por la Editora Nacional, y curiosamente, al tratar este asunto de las primeras vanguardias en Santo Domingo no pudo consultar nuestro estudio Postumismo y Vedrinismo Primeras Vanguardias en Santo Domingo, del mismo año y de la misma editorial (ignoramos si no lo supo o nos consideró de poca importancia literaria: algo que nos resistimos a imaginar). Que un libro de 798 páginas, vendido en las Ferias del Libro, hubiera sido ignorado por un investigador que laboraba una tesis, resulta extraño, ya que, curiosamente, si lo hubiera hojeado siquiera, se hubiera dado cuenta de la “novela del vedrinismo”, ya que  al citar de Diógenes Céspedes Vigil Díaz y Zacarías Espinal, Obras. Consejo Presidencial de Cultura, 2000, se fueron aclarando algunas cosas que debieron llamar su atención, como los poemas Vhedrinhistas de Zacarías Espinal.

Veamos algunos detalles interesantes.

Sabemos que una tesis no se improvisa, que desde la temática misma se afana el postulante por aprovisionarse bien de los textos a los cuales referirse,  sobre todo en la Introducción General. Naturalmente, uno se rodea de la mayor cantidad de “autoridades” y hasta de improvisados (como parece ser nuestro caso), que hubieran tratado el asunto. Ya que, si por casualidad hubo un texto relacionado con lo que se va a tratar, que demuestre lo contrario de los que esas “autoridades” sostuvieron, resulte que por ese desconocimiento, pueda aparecer desfasado, como en eso de las primeras vanguardias dominicanas resulta ahora esta tesis. Veamos la razón de estas palabras.

Vigil Díaz en 1913
  1. El criterio de Pablo Reyes Pérez en su tesis sobre las primeras vanguardias dominicanas

Para situarnos en cuanto al criterio del Dr. Pablo Reyes Pérez  es preciso, por la extensión de los párrafos claves que hemos extraído de su Tesis, que dejemos para un segundo artículo nuestra aclaración de lo que expusimos en ese libro nuestro que él no pudo consultar.

«A manera de resumen puede decirse que los movimientos poéticos de vanguardia que se dan en Santo Domingo son, básicamente, tres, a saber: El Vedrinismo (1912), el Postumismo (1921) y La Poesía Sorprendida (1943).»

“En poesía, al primer intento innovador de República Dominicana se le llama Vedrinismo, y surge en 1912. Algunos teóricos como Andrés L. Mateo consideran que el Vendrinismo es un caso de “vanguardia anticipada” en el continente, puesto que éste surge en 1912 y la vanguardia americana concretó un programa a partir de 1916-1920. (Mateo, 1997). Pero la mayoría de la crítica dominicana no acepta que el Vedrinismo sea un movimiento de vanguardia, más bien lo ven como un esfuerzo personal de innovación. Y esto es entendible, pues Otilio Vigil Díaz, padre del Vedrinismo, no desarrolló nunca un programa estético ni le dio seguimiento a las ideas iniciales que planteó en sus escritos. No tuvo seguidores, salvo uno que nunca publicó, llamado Zacarías Espinal. Y todo esto, aunque era típico en su personalidad, es decir, poseía una especie de vínculo natural con la “no continuidad”, le favorecía artísticamente, y, a la vez, le desfavorecía, ya que no le daba continuidad a ningún ideal y esto impedía que sus ideas se desarrollaran y cuajaran como debían. Según dice Manuel Rueda: “Después de dar con su saeta en el blanco, Vigil Díaz parece desentenderse de sus ideas y vemos que no titubea en tirarlas por la borda.” (Rueda, M. Y Hernández, L. 1972:422). En sentido general se le desconoce como movimiento de vanguardia pues no hay manifiesto ni seguidores ni permanencia, pero sí hay un intento de innovación. Ahora bien, puede que la idea de manifiesto que manejaba Vigil Díaz se halle en la introducción de su famoso libro titulado Galeras de pafos que es el libro con que Vigil pretende despertar a la nueva sensibilidad poética que persigue. En la introducción a este libro, escribe el mismo autor:

Yo he tenido, por supervisión instintiva, realizar la ambición de que habla el poeta Baudelaire a Arsenio Haussaye: a la ambición de soñar con una prosa poética, musical, sin ritmo ni rima, bastante flexible y bastante trunca para adaptarse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones del sueño y a los sobresaltos de la conciencia (Mateo, 1997).

En esta confesión puede notarse la clara influencia del simbolismo que tenía Díaz, lo que lo ubica en la actualidad estética del mundo parisino de entonces. Esto era mucho decir en 1912, pues en República Dominicana todavía se gestaba el Romanticismo y algo del Modernismo.

Evidentemente, quien hace que las letras dominicanas se vinculen con la última moda artística de París es Vigil Díaz. Sus ideas consisten en igualar la producción nacional con la mejor de Francia, por eso la búsqueda del poema en prosa.

Sin embargo, hay que recordar que el alma del propio Vigil Díaz era tan cambiante como las olas del mar. En su paso por París había adquirido un modo de vida europeo, parisino, que el pueblo dominicano, tal vez por no entenderlo bien, había bautizado como estilo originalísimo, pero al no estar  acostumbrado. Llamaba la atención cómo a Vigil un día podía vérsele vestido lo más formal posible, con esa indumentaria de gran señor, de don Juan, y dando una conferencia o charlando en un café con los amigos, y, al otro día esos mismos amigos podían verlo vestido de indigente, enfundado en un simple traje de fuerteazul, pantalones arremangados hasta las rodillas y un “pañuelo terciado en la cabeza, machete en mano, adueñándose de un solar o pedazo de tierra que no era suyo” (Rueda, 1996:302). ¿Qué más vanguardia que este espíritu impredecible? Pero su búsqueda estaba clara respecto a la originalidad y a la influencia. Sigue diciendo en su preliminar de Galeras de pafos:

Ante todo, escúchate a ti mismo, da oídos a ti, a tu propia voz; no tengas vergüenza de ti mismo; no te dejes asustar por tus sonidos, aunque sean desacostumbrados, con tal de que sean tuyos; ten valor para tus desnudeces; pinta un hombre en una frase; un suceso del alma en una página; y un paisaje en una palabra (Vigil Díaz, 1921).

Confiaba en sí mismo y se escuchaba a sí mismo, quizás esto explique su espíritu

Artísticamente errante. Hay aquí una búsqueda interior que se mueve hacia un blanco pero que camina en un absoluto delirio y da bandazos según los escabros que puedan aparecer en el camino. Y termina su propuesta estética con unas ideas proféticas y casi futurísticas, como si se le adelantara al Futurismo en sí: Siempre me he empeñado en no perder el pensamiento y la palabra que me da con lealtad y exactitud la medida de mi sensibilidad, mi música íntima, la conservación intacta de mi yo: y por lo demás y los más, que derrame su veneno el crótalo y su baba el caracol. Por lo que toca a la estética del futuro, ésta será amétrica, astringente y wagneriana, por no decir que será la divina armonía del desorden… Citas tomadas de Díaz, Vigil (2000) Obras. Introducción del texto Galeras de Pafos. Es el libro que recoge todos estos postulados los publica Otilio Vigil Díaz en la preliminar de su libro titulado Galeras de pafos, de 1921. Pero su debut fue en 1912 con la aparición del poema Arabesco. Este poema convirtió a Díaz en el introductor del verso libre en la República Dominicana. Para la época Vigil estaba recién llegado de Francia, de donde trajo las ideas más novedosas del momento. Él mismo lo confiesa nueve años después en la preliminar del libro antes citado, dice:

Es pertinente advertir que mis poemas, aquellos que adoro, de hinojos, venidos de profundidades misteriosas, los más complicados, los que piden la camisa de fuerza, y que conservo inéditos, para desleírlos más tarde en el azul, a través de mis “Flautas de París”, unos fueron escritos en Francia; otros, los más, hace dos lustros, sin influencias ni calcomatismos (Vigil Díaz, 1921).

  1. Conclusiones respecto al Vedrinismo en la Tesis estudiada

«En resumen, en poesía es Vigil Díaz el primero en intentar elevar el grado de producción nacional dominicano, hasta llevarlo al mismo nivel de las grandes creaciones mundiales en la que se destacó durante la primera guerra mundial por las piruetas aéreas que realizaba al volar entre Francia y Madrid. En ese sentido dice Díaz que los versos suyos eran piruetas, pero no aéreas, sino verbales, refiriéndose por supuesto al juego fónico que buscaba en sus escritos. Pero la propuesta de Vigil solo logró ganar a un único seguidor, Zacarías Espinal, y éste nunca publicó nada; no obstante, tras su muerte, se publicaron unos sonetos suyos en 1961. En estos versos, Espinal lleva a extremos lúdicos insospechados las ideas de Díaz, logrando así la liberación Lleva a extremos lúdicos insospechados las ideas de Díaz, logrando así la liberación total del verso que tanto buscó su maestro vedrinista: una forma versal sin ataduras (Rueda, 1996).»

Nota final: En el próximo artículo trataremos de resumir lo que nos ocupa en Postumismo y Vedrinismo Primeras Vanguardias Dominicanas desde los siguientes espacios de la Segunda Parte, desde la Pág. 209: Vigil Díaz y Moreno Jimenes, Postumismo y vedrinismo, hasta la 308; ocupando tres de la Secciones de la Sexta a la Octava. Aunque hay menciones dispersas, desde la  Pág. 517 a la 576 en la Décimo octava Sección se desarrolla el Debate a fondo sobre el Vedrinismo. Vigil Díaz y Zacarías Espinal. Hasta ahora creemos que ningún otro autor trató tan extensamente esa temática, apoyándose en documentos.