El pasado 19 de junio de 2022 Colombia votó para elegir a su presidente para el periodo 2022-2026. Votó de forma masiva y -por partida triple- de manera histórica por Gustavo Petro y el Pacto Histórico. Petro fue miembro del M-19, movimiento guerrillero que en 1990 se desmovilizó para convertirse en el grupo político Alianza Democrática M-19. Nunca antes había la izquierda ganado una elección presidencial en Colombia. A Petro le acompaña Francia Márquez, quien se convierte en la primera mujer afrodescendiente en alcanzar la vicepresidencia de Colombia. Por demás, Petro alcanzó poco más de 11.2 millones de votos, el mayor número alcanzado por candidato presidencial alguno en la historia de Colombia.

En esta segunda vuelta las costas y el sur occidente de Colombia votaron mayoritariamente por Petro, mientras que el centro oriente lo hizo por el otro candidato, el ingeniero Rodolfo Hernández, quien tempranamente reconoció su derrota. En términos geográficos la votación fue pareja al punto tal que, de los 32 departamentos, Petro ganó 16 y Hernández 16. Especialistas como Antonio Navarro Wolff y Humberto de la Calle explican que el primer paso del presidente Petro habrá de ser la reunificación de la sociedad colombiana. En este sentido, el presidente Petro ya ha dicho que su visión es que “Colombia, en medio de su diversidad, sea una Colombia” con base en la política del amor, entendida esta “como una política del entendimiento, del diálogo, de comprendernos los unos a los otros”.

El presidente Petro afirmó que su gobierno se fundamentará en tres ejes: paz, justicia social y justicia ambiental. Respecto de la paz, el presidente Petro indicó que los 10 millones de electores que votaron por Rodolfo Hernández son bienvenidos en su gobierno y que Rodolfo Hernández puede dialogar con el nuevo gobierno cuando quiera, al igual que el resto de la oposición colombiana. Si bien Hernández no es el líder de esos 10 millones de votos, es, por el momento, su representante más identificable.

Algunos sectores colombianos preocupados por los orígenes políticos de Petro también lo están por la potencial conformación del gabinete. En este sentido, Petro probablemente priorice el nombramiento de su ministro de Hacienda con miras a calmar a algunos actores político-económicos y a procurar una reforma tributaria (aunque, dado el impacto positivo de los precios del petróleo en las finanzas colombianas, no en los mismos términos de la propuesta de reforma tributaria que tanto inconveniente le supuso a Iván Duque, presidente saliente). En su discurso de celebración del triunfo, el presidente Petro aseveró que va a “desarrollar el capitalismo”. En palabras del presidente Petro, solo se podrá redistribuir sobre la base del crecimiento y la producción. No obstante, ha advertido que habrá que “producir regulados, sin que se afecte la dignidad humana ni la naturaleza”.

Por igual, en consideración de la línea ideológica del presidente Petro, la designación del canciller genera algún nivel de inquietud, sobre todo de cara a las relaciones con Estados Unidos y Europa, aunque preocupa menos a nivel regional en razón de las buenas relaciones de Petro con varios presidentes latinoamericanos, en especial el venezolano Maduro, el boliviano Arce (quien ya expresó que con la victoria de Petro se fortalece el proceso de integración latinoamericana) y el bien-posicionado candidato a la presidencia del Brasil, Lula da Silva  (quien abiertamente pidió a los colombianos que votaran por Petro). Desde otra perspectiva la prioridad de la política diplomática del presidente Petro, según ha dicho, será colocar a Colombia al frente de la lucha contra el cambio climático.

Como he dicho, Colombia nunca ha tenido un presidente de izquierda. Lo anterior tal vez a causa de los traumas sociales generados por la confluencia entre guerrilla y narcotráfico. No obstante -después de una feroz campaña política- Petro ha logrado matrimoniar a la izquierda con la presidencia. El presidente Petro no la tiene fácil, pero le toca reconstruir el tejido político de forma que permita, cuando menos, el disenso reflexivo de importantes sectores de Colombia. Tendrá por reto poner en ejecución el nombre de la coalición política que le permitió alcanzar el poder: Pacto Histórico.