Colombia vive a esta hora los momentos más difíciles de su tradición política. Este es un país que, a pocas horas, se juega la vida entre la gloria y el infierno. Entre la verdadera democracia y la democracia del poder. Las denuncias realizadas por organizaciones de la sociedad civil y de los derechos humanos muestran, con pruebas, miles de asesinatos contra líderes políticos y líderes sociales, perpetrados por las fuerzas del crimen y el atraso, negadoras de un sistema realmente democrático.

El número de seres humanos asesinados y desaparecidos constituye, al escribirlo o pronunciarlo, un drama espantoso, dantesco y abominable: cerca de quinientos líderes políticos asesinados de manera selectiva en apenas unos pocos años.

Hay también denuncias de instituciones civiles prestigiosas, que defienden los derechos humanos, que han señalado el asesinato de una cantidad muy cercana a los siete mil jóvenes. Las protestas sociales recientes fueron "resueltas" con represión, cárcel, desapariciones y muertes. Aunque los grandes medios no recogen estos trágicos eventos, la realidad está latente en la vida cotidiana de Colombia y, además, a la vista de todos.

Las elecciones en Colombia se realizarán este domingo 29 de mayo, y Gustavo Petro, del Pacto Histórico, encabeza las encuestas y su posicionamiento electoral, desde hace mucho tiempo, supera por varios millones de votos al candidato oficialista, Federico Gutiérrez. Mientras las últimas noticias recogen la información de que 26 Intelectuales reconocidos a nivel internacional, y de talla mundial, como Noam Chomsky, han publicado una carta de apoyo a Petro y su propuesta de gobierno.

El sostenido crecimiento electoral de Gustavo Petro se mantiene, a pesar de los múltiples intentos para asesinarlo por parte de los sectores políticos antidemocráticos. A tal punto, que él ha tenido que protegerse, tomando efectivas medidas de seguridad para asistir a los actos públicos y privados. Esa situación jamás ha sido vista en una campaña electoral en Colombia durante los últimos setenticinco anos.

La historia registra muchos casos de candidatos asesinados en ese país latinoamericano; tal es el caso de Jorge Eliecer Gaitán Ayala, político del Partido Liberal que fue asesinado el 9 de abril de 1948, y cuya muerte desató enormes protestas, tanto en Bogotá como a nivel nacional, conocidas como el Bogotazo.

El próximo domingo Colombia tendrá el gran dilema: elegir entre la esperanza y el sueño de una nueva y verdadera democracia o reelegir injustamente la sangre derramada en cada esquina por el crimen, la indolencia y la mentira del poder que enlutan penosamente a su propio pueblo. Colombia está a un paso, a pocas horas de decidir entre la verdadera y la falsa democracia. Independientemente del desenlace en estas horas que restan para las elecciones, Colombia está en el deber moral y patriótico de no reelegir el camino de la sangre. Es la hora de una gran decisión nacional del pueblo colombiano.