Concentramos el análisis de esta semana en los sucesos relacionados con PLD-FUPU, porque cuando empieza a correr el tramo definitorio de la campaña electoral, esos hechos permiten vislumbrar los resultados en los niveles municipal, legislativo y presidencial en las próximas elecciones.

El buenmozo look con que llegó Danilo de Estados Unidos y su amena versión de que “está mejor, pero no está mejor” (como aquella chica de la publicidad Codetel que decía “yo me fui, pero no me fui”), no fue pócima suficiente para aliviar el colapso que afecta la candidatura de Abel Martínez, como adelantamos en nuestro balance anterior.

Que le renuncie su jefe de campaña produce un efecto de colapso indicativo de que ni Abel Martínez ni Francisco Javier pudieron hacer prender la candidatura ni a nivel del electorado peledeísta.

Por cierto, que tanto en su jefatura de la campaña de Gonzalo Castillo como ahora en la de Abel, se evidencia que el éxito de Javier sólo se daba  cuando el PLD estaba en el poder, y controlaba la Junta Central Electoral.

La carta de renuncia de Francisco Javier como jefe de campaña; que el Comité Político se reuniera y no pudiera proponer un sustituto; y una afirmación posterior del secretario general, Charlie Mariotti, según la cual Abel no logra la fidelidad ni siquiera de todos los electores peledeístas, reflejan un mal de fondo que, si no saca al PLD de competencia, lo deja al menos muy mal parado.

La otra gran mala noticia que trajeron las encuestas de esta semana para la matriz PLD-FUPU vino en la Mark Penn Stagwell, que maneja Bernardo Vega, según la cual el rechazo ciudadano le subió a Leonel Fernández hasta un 48%, casi la mitad del electorado.

Se trata de un incremento considerable tomando en cuenta que hace algo más de un mes el estudio Gallup-RCC Media, difundido en El Sol de la Tarde, ubicó en 37 el por ciento de electores que dijo nunca votaría por Fernández.

Ese pronunciado incremento del rechazo a Leonel se produce en el período de tiempo que más activo se le ha visto, lo que parece apuntar a que mientras más el tres veces expresidente se expone, más le suben sus cargas negativas.

A los PLD-FUPU les queda por definir un dilema que, definitivamente, amenaza a que puedan tener un desempeño airoso en la competencia, lo cual algunos creen que sólo podría producirse si acuden aliados a las elecciones, empezando por las municipales de febrero.

Pero seguro de que el PLD tiene más estructuras que la FUPU, lo que le dará un segundo lugar en las elecciones municipales y de que así repetiría ese segundo lugar en las presidenciales y legislativas, y de que en el supuesto de una segunda vuelta será el competidor de Abinader, Abel Martínez proclamó ayer en Santiago que no habrá alianza PLD-FUPU.

De su parte, a Luis Abinader la encuesta ACD Media, le registra en intención de voto un 50.6%, la RCC Media un 53.1%, habiendo subido casi 2 puntos porcentuales desde la medición anterior, y la de Bernardo Vega le atribuye un 47%, el mismo porcentaje que le asignó en mayo 2020, cuando ganó las elecciones presidenciales con un 51.9 de los votos.

La eventual participación de Abinader en las elecciones será favorecida por su lanzamiento, momentum en que los candidatos -sobre todo si están en el poder- alcanzan un empuje de sus candidaturas, y por el hecho de la renuencia mostrada por los electores criollos de decidir sus comicios en primera vuelta.

Así las cosas, los datos de la realidad están proyectando que los cambios y reformas que lidera el presidente Abinader y fuerzas aliadas tendrán continuidad en el próximo cuatrienio.