Los dirigentes de las Grandes Ligas del Beisbol norteamericano han fabricado un mamotreto llamado “Clásico Mundial del Béisbol“ queriéndolo igualar al Mundial del Fútbol o balompié que se juega cada 4 años y que concita la atención de todo el mundo durante un mes completo. Sin embargo, esto no es más que una pretensión que no llega a darle ni por los tobillos al mayor acontecimiento deportivo mundial, pero además, es un campeonato engañoso que juega con los sentimientos nacionalistas de los seguidores de todos los equipos representantes de sus respectivos países.

Por qué digo que es engañoso, veamos: el Mundial de Fútbol se celebra en medio de los campeonatos de las ligas en donde concurren los jugadores seleccionados de cada país lo que significa que cada jugador está en plenitud de forma ya que lleva un tiempo jugando en su liga. Para favorecer la grandeza del evento, todas las ligas del mundo de primera división detienen sus campeonatos hasta que termina el evento y los dueños de los equipos asumen el riesgo de que sus jugadores se puedan lesionar, claro que desde el punto financiero se cubren con asegurar a sus equipos o a sus jugadores, pagando cuantiosas primas. Por otro lado la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), además de otorgar una gran suma de dinero al equipo ganador, reparte entre sus equipos miembros mucho dinero.

Realizar el mayor evento deportivo mundial a mitad de los torneos de las diferentes ligas del mundo garantiza que los fanáticos o seguidores de sus equipos presencien un espectáculo de calidad y en donde los dirigentes o entrenadores tienen la posibilidad de utilizar a sus jugadores con libertad absoluta. Nadie les ordena el tiempo que debe estar en el terreno determinado jugador o cuantas patadas debe hacer.

En cambio, lo que arma cada cuatro años las Grandes Ligas (MLB) es un espectáculo engañifa, embaucador, y de mal gusto porque es un torneo que para los seguidores del béisbol significa mucho ya que cada equipo seleccionado representa su país y por lo tanto su nacionalidad al igual que ocurre en el fútbol o como en cualquier deporte. Sin embargo, este espectáculo carece de calidad y profesionalismo en la medida se realiza en medio del período de entrenamiento y preparación de los jugadores, en el llamado Entrenamiento de Primavera (spring training) en donde los jugadores no están en forma, mientras que en el Mundial de Fútbol, los jugadores sí están en plenitud de forma.

La diferencia es mucha entre un jugador o atleta entre el período en que no están en forma y en aquel que sí lo están y más aún cuando estamos en dos deportes muy disímiles ya que los practicantes del fútbol son atletas mientras que los beibolistas son jugadores, no atletas, por lo que tardan más tiempo en ponerse en forma. Muchos me dirán que cómo digo esto, pues bien, voy a explicarlo: Un atleta es el deportista que se ajusta a una disciplina dentro y fuera del terreno durante todo el tiempo que dure su carrera mientras que un jugador sólo se ajusta a una disciplina dentro del terreno, aunque hay jugadores que también son atletas, pero no así la mayoría. Pondré un ejemplo: Alex Rodríguez llegaba al terreno antes que los demás jugadores y empezaba a estrecharse, luego se unía a las prácticas del equipo, jugaba y al terminar el juego acudía al gimnasio a estrecharse de nuevo y realizar algunos ejercicios de preparación para el día siguiente. Su alimentación dentro y fuera del club house era la adecuada para un atleta y su comportamiento fuera del terreno era discreta y ajustada a las horas del sueño, es decir que nunca se trasnochaba. En cambio, la mayoría de los peloteros observan una conducta desigual y aún en el mismo club house se dan una comida en exceso (“jartura“) y hacen vida nocturna consumiendo alcohol. Recordemos aquella vez que un manager de los Yankees de NY fue a un bar a sacar a sus peloteros y enviarlos al hotel, me refiero a Billy Martin.

Cómo va a ser serio un espectáculo en donde le ordenen a un manager que tal o cual pitcher no debe lanzar más de 65 lanzamientos o que tal jugador no debe jugar en días corridos y cosas por el estilo. Cómo puede ser serio un torneo de tal envergadura en que los equipos impongan restricciones a determinados jugadores y más cuando esos mismos equipos se van a beneficiar de las utilidades que dejará el torneo.

También ocurre que mientras una parte de los jugadores está empezando a entrenar para un torneo fuerte como es el caso de las Grandes Ligas, en otras partes del mundo como en Asia, México y Cuba estén en temporada regular y sus jugadores están en forma creando un gran desnivel entre las escuadras de los diferentes países. Es el caso de los actuales equipos asiáticos como también México y Cuba que aunque tienen incluidos jugadores de MLB, en conjunto, son equipos más ajustados y en los deportes de conjunto ese ajuste es indispensable para ganar. Recordemos el año 2013 cuando ganamos el clásico, era un equipo menos ofensivo que el que llevamos ahora pero más acoplado, simplemente, porque su matriz era de jugadores que acababan de jugar en nuestro béisbol. En este clásico conformamos un todos estrellas, un equipo de ensueños, pero no ganamos y pasamos por la vergüenza de ser eliminados en la primera ronda, pero imaginemos que estos peloteros super estrellas hubiesen estado en forma? Claro, podríamos perder contra otro equipo de ensueños, pero no ser eliminados por un equipo inferior.

El llamado Clásico Mundial de Beisbol es un fiasco, un evento irrespetuoso para el fanático del beisbol, un vil engaño de MLB para cada 4 años llevarse a sus bóvedas una gran suma de dinero. Por qué no lo hacen como lo hace la FIFA, en medio del torneo de Grandes Ligas, con simplemente ajustar un calendario cada 4 años con una paralización del torneo a mitad de temporada en donde puedan jugar aquellos equipos menos afectados por la extracción de jugadores, sabemos que eso es perfectamente posible sin que merme considerablemente el torneo de la gran carpa. Otra opción, creo que la mejor sería acortar el calendario cada cuatro años de manera que la Serie Mundial se celebre la primera y segunda semana de septiembre para dedicar al clásico la mitad de septiembre y la mitad de octubre. De esta manera todos los jugadores de todas partes del mundo estarían en las mismas condiciones físicas.