La de la carrera eres tú.

Ten siempre presente que ningún profesor, ni siquiera tus padres, se inscribieron en la Universidad. ¡Eres tú él quiere ser médico internista! Tu decisión te marcará un ritmo de estudio y tus prioridades. Si ya en la pista de despegue, el piloto del avión se bajase de la cabina cada veinte minutos, ¡el avión nunca despegaría! El piloto de tu carrera eres tú. No te bajes a cada rato. Conoce y domina tus instrumentos. ¡Ya estás en la pista y acelerando!

 Si internet sujeta tu pensamiento estás preso y ningún preso va para ningún lado, porque todos están “quedados”.

Internet y la computadora son grandes herramientas, igual que una cuchara, pero ninguna cuchara ha decidido jamás, ni lo que se cocina en una casa, ni lo que uno come.  Para mucha gente joven, “investigar” es copiar, pegar e imprimir textos de internet.  Si te limitas a imprimir lo que otros han pensado, ¿qué has razonado o aprendido tú misma? ¡Nada! En sus entrenamientos, ¿has visto alguna vez a los delanteros del Barcelona disparando a una portería sin portero ni defensas? Disparando a una portería sin portero ni defensas, anotarás muchos goles, pero no serás un jugador más competente.  Si la red piensa por ti, tu pensamiento ¡está enredado!

La tarea coge su tamaño verdadero cuando la enfrentamos.

Los niños ven muchos fantasmas en un cuarto oscuro lleno de sombras. Encienden la luz, y el fantasma no es más que un traje colgado. Si imaginas la tarea como un monstruo de dientes afilados y babeando, cuando te sientes a trabajar ya estarás paralizada y casi derrotada. No sufras por la tarea que imaginas, enfrenta la que te asignaron. Enciende la luz y los fantasmas se esfumarán.

Nadie sube al Pico Duarte a pie desde Mata Grande en dos horas.

Un trabajo o tarea es igual que cuando se sube al Pico Duarte por Mata Grande. ¿Ya saliste? Hoy no llegarás al Pico. Hoy se duerme en la Guácara, pero ya habrás recorrido la tercera parte de la ruta. Si tratas de llegar al Pico en un día por Mata Grande, probablemente tengas un entierro grande. Los romanos afirmaban: “divide y vencerás”. Enfrenta tu trabajo, primero en su totalidad para descubrir la dirección en la cual vas a trabajar. Luego, considera sus componentes mayores y qué implica cada uno de ellos. Camina cada día un pedazo y llegarás.

Lo decisivo, no es si el paracaídas negro cabe cómodamente y sin esfuerzo en su funda, lo decisivo es si se abre.

Vestidos de negro, todos los graduandos lucen iguales. Aunque no lo sepan, cada uno lleva a su espalda un paracaídas doblado. Lo que cuenta es si se abre. Tu carrera es tu paracaídas para la vida. ¡Nadie puede doblarlo bien por ti! ¡Dóblalo correctamente y descenderás gradualmente a las oportunidades para ganarte la vida! Lo contrario te dará más velocidad, pero si cruzas a velocidad de ignorante en caída libre a través de las oportunidades de la vida, no podrás aprovechar ninguna y probablemente será lo último que veas en tu vida. Tómate el tiempo y la pena de doblarlo bien. Te alegrarás por el resto de tu vida y de seguro, alegrarás muchas otras vidas.