Hay ocasiones cuando el dicho de que ‘una imagen vale más que mil palabras’ no resulta efectivo: es cuando la imagen que nos presentan es totalmente distorsionada de la que teníamos en la cabeza y que nos habían contado con palabras.

Particularmente me ha sucedido algunas veces, sobre todo con las novelas de Jane Austen. El rostro del capitán Wentworth, de Persuasión, por ejemplo, no era como el del actor británico Ciaran Hinds. Sin embargo, ¿sí lo era el de Cosmo Jarvis? Todo es muy subjetivo, desde luego.Cien-anos-de-soledad-582x728

Ahora que se aproxima el tan esperado estreno de la serie de Netflix de Cien años de soledad (11 de diciembre) nos abocamos a la esperanza de que las imágenes sean tan certeras como las palabras de Gabriel García Márquez.

Nos llena de optimismo saber que sus hijos, Gonzalo y Rodrigo García Barcha, hayan formado parte de la producción de la serie como productores ejecutivos, porque son directores de cine; Rodrigo también es guionista, autor y director de fotografía. Confiamos en que, además, hayan logrado que se respeten las tres consabidas peticiones de su padre: que la historia se contara en muchas horas, en español y en Colombia.

Al parecer así ha sido, pues la serie incluye un total de dieciséis capítulos, divididos en dos temporadas de ocho episodios cada una; es totalmente en español y se ha realizado en Colombia.

Sabemos que se puede hacer una serie televisiva sin masacrar el libro, tal como ocurre con Mi amiga brillante, la exquisita novela de Elena Ferrante, que no ha decepcionado. Al contrario, la serie brilla por encima de cualquier expectativa y nos ha hecho enamorar nuevamente de la trama y de los personajes. Esperemos que así resulte con la obra maestra del Nobel colombiano.

Recientemente, la embajada colombiana en Washington realizó un panel en el que el embajador Daniel García-Peña convocó a representantes del ámbito político, diplomático, cultural y de organismos internacionales. El objetivo era hablar de la producción, junto al director de Proyectos Especiales de la Fundación Gabo, Daniel Marquínez, y los representantes de Netflix:  Ruchi Bhowmik, vicepresidenta de Políticas Públicas, y Pierre Emile Vandoorne, director de Políticas Públicas para América Latina.

En el evento informaron que la industria audiovisual colombiana tiene una presencia casi total en la serie y que uno de los pocos factores que requirió recurso extranjero fue el casting del director de caballos, porque se necesitaba un tipo específico de experiencia en ese sentido.

En la adaptación de la obra intervino un gran equipo de escritores monitoreados por una consultora de guiones. Pero, sin duda, que los ojos de la gran mayoría de espectadores, que no necesariamente siguen los aspectos técnicos, se fijarán más que nada en el rostro de Claudio Cataño, el actor que interpreta al coronel Aureliano Buendía, quizás el personaje más icónico de toda la novela.

Su famosa frase da inicio a la larga trama: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía recordaría aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”.

Por lo que hemos visto en los avances, Cataño encaja muy bien en el rostro del duro coronel, con sus características inusuales, como su capacidad de predecir sucesos irrefutables o el de mover objetos con la mente; su extensa lucha contra el gobierno en las 32 guerras civiles en las que participó; su paternidad de 17 hijos —de 17 madres distintas— y el milagro de sobrevivir tantas veces a las más terribles situaciones.

Además de poder verle el rostro a Aureliano, nos alegramos también de que esta adaptación reviva el deseo de leer la novela en las nuevas generaciones.