A principios del pasado mes de marzo de 2023 el gobierno francés anunció que pondría en marcha un plan anti-inflación. El plan fue diseñado por un trimestre y se apoyó en las grandes cadenas francesas de supermercados. El gobierno diseñó el plan bajo la premisa de que “proteger el poder adquisitivo de los franceses es esencial”. En el marco de ello el gobierno francés y grandes cadenas de distribución de Francia lanzaron el plan “Trimestre anti-inflación”, en el que estas participaron de forma plenamente voluntaria. Durante 100 días, según anunció el gobierno francés, los productos de primera necesidad estarían a los ‘precios más bajo posible’.
Como he señalado, el acuerdo es meramente voluntario y participan de él los supermercados que -por su propio designio- decidan participar. Así, el financiamiento del plan proviene de los márgenes de minoristas (sin perjudicar los márgenes de los agricultores-productores). Los productos se identifican con un logo tricolor con la insignia “Trimestre anti-inflación”. El gobierno y los supermercados no concibieron una lista de productos común, sino que quedó a completa discreción de los diferentes supermercados la identificación de los productos que integrarían la canasta de cada uno de ellos. Intermarché, por ejemplo, colocó 500 productos en la canasta anti-inflación. Casino, otra cadena, fijó el precio de 500 productos en menos de un euro durante tres meses. Por su parte, Carrefour colocó 100 productos alimenticios esenciales a 2 euros en promedio y otros 100 productos de uso cotidiano a 1.50 euros en promedio. Aldi, una cadena alemana con presencia en Francia, optó por armar una canasta semanal, compuesta por productos alimenticios indispensables, al mismo precio en todas sus tiendas (la primera canasta tenía 25 productos y costaba 17 euros).
Hace unos días el gobierno francés indicó que -en promedio- durante las 7 semanas en los que había estado en vigencia el plan, los precios de productos básicos experimentaron disminuciones por el orden del 13%. Aunque inicialmente el plan “Trimestre anti-inflación” había sido pensado para el trimestre marzo-junio, el plan será extendido otro trimestre, según ha anunciado el ministro de Economía Bruno Le Maire, quien reiteró su determinación de detener la espiral alcista de precios y sugirió la posibilidad de proponer bajas de impuestos. En República Dominicana hay mucho potencial para un acuerdo similar, sobre todo en consideración de que las grandes cadenas de supermercados tienen marcas blancas, es decir, marcas propias ofertadas a un precio inferior que ofrecen calidad igual o similar a la del producto líder. En las marcas blancas los minoristas tienen mayor holgura para fijar precios. De hecho, un año antes que el plan francés, el gobierno dominicano puso en marcha la campaña “Compra a precio de INESPRE en el supermercado”, por medio del cual algunos alimentos básicos se empaquetaron en una especie de funda ofertada a precio módico y fijo en todas las tiendas participantes.
La campaña de INESPRE fue novedosa y muy interesante. Considerando que era una funda de productos predeterminados, probablemente fue más estructurada/centralizada/rígida que el plan francés. No obstante, el plan francés -basado en la voluntad de cada supermercado participante- permite mucha maniobra y sirve como referencia para poner en práctica en República Dominicana una iniciativa de solidaridad social para combatir la inflación encabezada, voluntariamente, por los supermercados, los cuales no se vieron mal en pandemia. En esta etapa, en la que la inflación aparenta comenzar a ceder, un plan masivo en República Dominicana al estilo “Trimestre anti-inflación” francés puede catalizar el proceso de desescalada de la tendencia alcista de los precios