1.- Sesión clandestina del congreso nacional escoge a Casasnovas  Garrido tras el golpe a Bosch.

Foto del Dr. Casasnovas Garrido con la frente vendada tras ser golpeado al ser perseguido por el Triunvirato.

En violación abierta del artículo 161 de la proclama Constitución del 29 de abril de 1963, la cúpula militar, azuzada por variopintos estamentos civiles del país, decide dar un golpe de estado, deponiendo al presidente constitucional Profesor Juan Bosch y a su vicepresidente, el galeno puertoplateño Doctor Segundo Armando González Tamayo.

El referido artículo constitucional, violado impunemente, establecía que: “Las Fuerzas Armadas son esencialmente obedientes, apolíticas y no deliberantes. El objeto de su creación y su existencia es de defender la independencia e integridad de la Republica, mantener el orden público, la Constitución y las leyes. Podrán ser llamadas por el Poder Ejecutivo a cooperar en los planes de desarrollo socioecómico del país”.

Bosch, por determinación de los golpistas, luego de ser apresado en la misma sede presidencial, salió  tres días después en calidad de exiliado  a Puerto Rico, vía Guadalupe. Gonzàlez Tamayo se exiliaría también en la Isla del Encanto, como lo harían por aquellos días otros líderes prominentes de PRD y ex. funcionarios del gobierno depuesto.

Hasta allí se trasladarían  el Dr. Rafael Molina Ureña Molina Ureña y José Francisco Peña Gómez, poco después, y conferencian con Bosch en torno a los planes que en aquellas difíciles circunstancias podían articularse para emprender el rescate de la constitucionalidad mancillada.

Se produjo una importante manifestación de mujeres en la avenida George Washington, la cual  fue disuelta por la policía nacional. Muchas de ellas fueron apresadas por espacio de tres días.

Molina Ureña y Peña Gómez traerían instrucciones de convocar una reunión clandestina de la comisión política del PRD y articular planes encaminados a instalar en la presidencia al Dr. Juan Casasnovas Garrido, senador por la provincia de San Pedro de Macorís y presidente del senado, a quien correspondía tal prerrogativa en ausencia tanto del presidente electo como del vicepresidente.

 

La Constitución votada y proclamada por los legisladores electos el 29 de abril de 1963, denominada “Constitución de la Nación Dominicana”, establecía en su art. 132 que “en caso de falta temporal del Presidente y del Vicepresidente de la República, ejercerá el Poder Ejecutivo, mientras dure la falta, el Presidente del Senado, y a falta de éste, el Presidente de la Cámara de Diputados”.

¿Pero cómo sería posible concretizar aquel propósito en medio de un país sojuzgado por los golpistas; con los legisladores y dirigentes políticos del PRD en condición de clandestinidad, ante la persecución desatada tras el golpe, ya instalado el gobierno de facto del triunvirato?

A pesar de la interdicción reinante, lograron convocar una sesión clandestina de los legisladores legítimos. Aunque el acta levantada indicada que la sesión se llevó a efecto en San Pedro de Macorís, declarada como asiento provisional de la Asamblea Nacional, demarcación a la cual representaba Casasnovas Garrido, lo cierto es que dicho sesión fue celebrada en el Ensanche Ozama, en la residencia del diputado perredeista por el Distrito Nacional Francisco Peña( Pancho).

Sesionaron el 10 de octubre de 1963, apenas 15 días después de consumarse el golpe.

Mediante convocatoria verbal fueron citados los legisladores que al momento del golpe conformaban la matrícula de ambas cámaras. Conforme el acta levantada, acudieron a la sesión los senadores  Dr. Juan Casasnovas Garrido, Antonio J. Tatem Mejía, Tomás Bobadilla, Nicasio R. Aybar Núñez, Dr. Aníbal  Campagna, Dr. José A. Espinal Hued, Francisco R. Estrella, Andrés Brito, Pablo R. Casimiro Castro, Ing. Juan Tomás Fernández, Sinencio Lalane Demorizi, Jesús María Mella, Luis Ml. Tejada Peña, Osíades Mora Oviedo y Juan Antonio Tanguí Medina.

Asistieron a la sesión, de igual manera, los diputados Dr. José Rafael Molina Ureña, Manuel E. Ledesma Pérez, Gerardo Lemoine, Venustiano Almonte Liriano, Lumen Adams Jr., Dr. José Ml. Álvarez, Dr. Bienvenido Aquino Vargas, Freddy Salvador Báez, Dr. Miguel A. Brito Mata, Alcibíades Félix Díaz, provincia de Bahoruco,  Heriberto Frías H, diputado por la provincia de San Cristóbal, Manuel Germán Hijo, diputado por la provincia de Azua, Antonio Jiménez González, Dr. Arismendy Aristy Jiménez, provincia de La Romana, Dr. César A. Bobadilla Rejincos,  por San Pedro de Macorís,  Miguel Ángel  Decamps, provincia Sánchez Ramírez,  Domingo Cuevas Hijo, provincia Independencia, J. Enrique Dorrejo Espinal, provincia Santiago Rodríguez,  Manuel Fernández Mármol, Distrito Nacional,  Gilberto Martínez y Martínez, provincia Duarte,  Bartolomé Moquete Andino, provincia Independencia,  Dr. Obdulio Emilio Ogando, provincia de Elías Piña,  Ing. Persio Ant. Peguero Paulino, Distrito Nacional,  Israel de Peña, provincia de Samaná,  Roberto Ramírez, provincia de Pedernales, Teófilo Juan Risk, provincia Peravia, Dr. Octaviano Rodríguez Lara,  provincia de Azua, César Augusto Roques Taveras,  provincia de Salcedo, Miguel Soto, Distrito Nacional,  Joaquín R. Morales Piantini, provincia del Seibo,  Dr. Mirilio Ortiz O., provincia de Dajabón,  Francisco Peña González, Distrito Nacional, Américo Pérez Mercedes, provincia Pedernales,  Manuel de los Reyes Rivas B., provincia de Bahoruco, Rafael Miguel Rodríguez Sosa, provincia de San Pedro de Macorís, Dr. Pedro María Solimán Bello, provincia La Altagracia,  Rogelio Vásquez Acosta, provincia de Barahona, Dr. Marino Villanueva C., provincia de Puerto Plata,  Dr. Augusto Duarte y Dr. Mario Fernández Mena, provincia Duarte.

Presentaron excusas el Dr. Ramón Darío de los Santos, Dr. Carlos R. García Taveras, Dr. Sinforoso Solimán Pepén, César Soto Martínez, Dr. Ángel Guillermo Lora, Néstor Matos, José A. Robert, Julio P. Valenzuela, Bievenido Hazin Egel, Dr. Arévalo Cedeño Valdez, Alfredo Zabulón Díaz, J. Antonio Gómez Rosario, Dr. José García Francisco, Dra. Fremia A. Germosén de Ceballos, Porfirio Gómez Batista, Dr. Porfirio López Rodríguez, Rafael Reyes Valverde, Dr. Bienvenido Vélez Toribio, Dr. Alcides A. Veloz y Dr. Arístides Victoria José.

Fue Casasnovas Garrido quien tomó la palabra para dejar abierta la sesión, e indicado que si la misma se llevaba a cabo  de forma clandestina, se debía a que el gobierno de facto había iniciado una acción  represiva contra los legisladores del gobierno derrocado y todo aquel que protestara por el mismo, estaba siendo objeto de persecución.

Indicaba, además, que el propósito  primordial de  la referida convocatoria consistía en que los  más altos representantes del pueblo dominicano definieran su postura frente a los graves acontecimientos acaecidos en el país desde el 25 de septiembre último cuando un golpe de fuerzas derrocó al Presidente de la República, disolvió las cámaras legislativas e instauró un Triunvirato con poderes ejecutivos, legislativos e indirectamente judiciales, es decir un organismo totalitario y dictatorial, que por añadidura se ha mostrado tiránico por cuanto ha desatado una cruel represión contra la indignación popular frente a dicho golpe.

En dicha sesión se determinó la escogencia de Casasnovas Garrido para asumir la presidencia, en ausencia de Bosch y González Tamayo.

2.- La postura de los Estados Unidos ante la escogencia de Casasnovas Garrido. Presión al Triunvirato

Tras celebrarse la sesión clandestina del congreso nacional y la escogencia de Casasnovas Garrido, Bosch, desde Puerto Rico, hizo saber al gobierno norteamericano y específicamente al Departamento de Estado, su respaldo a la medida al tiempo que manifestaba la esperanza de que “los Estados Unidos reanudarán las relaciones normales con la República Dominicana bajo la presidencia de Casasnovas”, rotas por decisión del presidente Kennedy tras consumarse el golpe.

De esta postura comunicada por Bosch, se haría eco el oficial de prensa del Departamento de Estado Robert McCloskey. Revelaba, además, haber recibido un telegrama del propio Casasnovas, informando al gobierno de los Estados Unidos que él se consideraba a sí mismo legítimo sucesor a la presidencia de la República Dominicana. En el referido telegrama, señalaba que un quórum de la Asamblea Nacional dominicana se reunió la semana pasada “fuera de la capital” y lo designó a él nuevo presidente del país.

Señalaba el referido vocero que, de igual manera, Casasnovas había solicitado al Departamento de Estado que aceptara a Enriquillo del Rosario como Embajador suyo en Washington. Enriquillo ostentaba el cargo, pero tras producirse el golpe, presentó renuncia al mismo.

El Dr. Casasnovas Garrido y su esposa abordan el avión tras ser deportado a Puerto Rico por el Triunvirato.

Manifestaría McCloskey  que Estados Unidos estaba tomando en consideración la petición de Casasnovas, respaldada por el presidente Bosch, pero “no tenemos intención de tomar ninguna acción precipitada”, aunque citando en la ocasión unas declaraciones del Secretario de Estado Dean Rusk, conforme las cuales “luego de los golpes de Estado en Honduras y la República Dominicana, no estaban dadas las condiciones existentes en ambos países para una colaboración efectiva de los Estados Unidos bajo la Alianza para el Progreso ni para la normalización de las relaciones diplomáticas”.

¿Un juego diplomático de doble estándar del gobierno de Kennedy, quien conocedor de los aprestos golpistas, permitió que los mismos se  consumaran, como ha quedado demostrado en los documentos desclasificados de años posteriores?

Por aquellos días, Donald Read Cabral se encontraba en los Estados Unidos, para participar en la Asamblea de Naciones Unidas. Referiría que no había ido a los Estados Unidos “para implorar el reconocimiento al gobierno de facto” al tiempo de señalar que  había encontrado comprensión en el foro multilateral al problema dominicano.

En el país, al propio tiempo, una información calzada con la firma del veterano periodista Roberto Berrellez, de Prensa Asociada, fechada el  15 de octubre de 1963, soliviantó aún más el agitado panorama nacional, revelando un laborantismo diplomático de la embajada norteamericana en el país ante las autoridades de facto del triunvirato, por instrucciones del Departamento de Estado, para que se entregara la Presidencia a Casasnovas Garrido.

La afirmación de Berrellez no era, ni mucho menos, una especulación. ¿Cómo iba a hacerlo, si se trataba de uno de los periodistas mejor informados sobre las incidencias de la diplomacia norteamericana, a quien se le vinculaba como agente de la CIA?

3.- Una visita al triunvirato de un emisario de la embajada americana y una nota de protesta diplomática.

La presión al triunvirato para que entregara el poder a Casasnovas había sido hecha por Spencer King, funcionario de la Embajada de los Estados Unidos en el país, en horas de la tarde del día 14  y es lo que explica que en la mañana del 15 de octubre del 1963, el referido diplomático fuera citado al Palacio Nacional por los miembros del Triunvirato a fines de entregarle una nota de protesta contra lo que juzgó como una “injerencia insólita”.

En la referida nota diplomática se señalaba lo siguiente:

El Gobierno Dominicano considera insólita la sugerencia que, a nombre de su Gobierno, le hizo Usted en la tarde de ayer, en el sentido de que se le entregara el poder al señor Juan Casasnovas Garrido, toda vez que la misma constituye una ingerencia sin precedentes en los asuntos internos de una Nación Soberana. Más, aún, cuando se da prueba inequívoca de absoluto desinterés y deseo de encauzar al país por las vías democráticas, de respeto a las normas civilizadas y de amistad hacia el pueblo y el gobierno de los Estados Unidos.

Es  absurdo y contrario  a todos los principios del derecho internacional público, que se pretenda que un gobierno que mantiene el control absoluto y pacífico de la maquinaria estatal y que ha dado demostraciones de innegable capacidad para asegurar el orden público, se le sugiera que deponga el poder en favor de una persona que está oculta y que no tiene el dominio de ninguno de los órganos del Estado.

Aprovechamos esta oportunidad para reiterar nuestro deseo de recibir comprensión del gobierno y del pueblo norteamericano en este momento crucial para el destino del pueblo dominicano y de la comunidad interamericana de naciones”.

Berrellez procuró contactar a los líderes de los partidos que validaron el golpe a Bosch, y quienes habían sido sus encarnizados opositores durante su gobierno,  con el propósito de conocer su reacción ante las gestiones de King con las autoridades del Triunvirato. Solo pudieron ser localizados Viriato Fiallo, líder de Unión Cívica Nacional y Juan Isidro Jiménez Grullón, de Alianza Social Dominicana.

En opinión de Fiallo: “si es así, esta actitud intervencionista heriría el sentimiento nacionalista y patriótico del pueblo dominicano y precipitaría una guerra civil de desastrosas consecuencias”.

Por su parte, Jiménez Grullón afirmaría, que aunque la información parecía absurda, de comprobarse, sería manifestación “de la persistencia de antiguas tácticas que creíamos superadas en las políticas interamericanas”.

Continuará