“Se puede vivir sin pensar”, pero, de pronto, la referencia a un sello de Malmédy en el cuento “Casa tomada” de Julio Cortázar te llama la atención: ¿qué o quién es Malmédy? El gorgojeo de la greca te avisa que ya el café subió. Te apartas del libro y, por un momento, te olvidas de Malmédy. Pero la palabra continúa repitiéndose como un mantra en tu mente durante todo el día: Malmédy Malmédy.

De noche, ya en la cama, relees el cuento de Cortázar: “Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.” Y aunque se puede vivir sin pensar, te pusiste a cavilar: ¿Qué es Malmédy y cuál es la función de esta referencia en el cuento? Como ustedes ya sabrán, en el cuento, una pareja de hermanos es expulsada de la casa por una presencia desconocida y perturbadora. “Casa tomada” fue publicado por primera vez en 1946, en la revista Anales que dirigía Jorge Luis Borges, e integrado al libro de cuentos Bestiario, publicado en 1956.

En la actualidad, Malmédy es una ciudad y también un municipio de la región de Valonia, en la provincia de Liège, Bélgica. Como se podrá ver, más abajo, en la cronología, Malmédy ha sido una de las regiones disputadas entre Inglaterra, Francia, Bélgica y Alemania: Los británicos ocupan Eupen y Malmedy (1918), Eupen y Malmedy se ceden a Bélgica en virtud del Tratado de Versalles (1919), se celebra un “plebiscito” sobre la devolución de los territorios a Alemania (1920), Eupen, Malmedy y Sankt-Vith son anexionados por Bélgica (1920), y Eupen, Malmedy y Sankt-Vith se incorporan plenamente a Bélgica (1925). En el Congreso de Viena de 1815, Malmédy había sido cedida a Prusia y, luego, pasó a formar parte del Imperio Alemán. En el Tratado de Versalles de 1920, Malmédy formó parte de Bélgica, pero en 1940, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Alemania ocupó este territorio.

Todavía sigues pensando, y repites: Malmédy Malmédy. La etimología de Malmédy parece indicar un lugar no apto para el asentamiento. Mal(u)mund(a)-arium era “un lugar con aguas tortuosas”, o, más probablemente, Malmund-arium, una “mala confluencia”. Y, ¿por qué querrían las potencias europeas apoderarse de un lugar así? La razón puede ser muy obvia: por razones geopolíticas.

Hubo También una guerra de sellos de correos. Tanto Bélgica como Alemania emitieron sus respectivos sellos para mostrar el trofeo de la captura de Malmédy, en sus respectivos momentos. En ocasiones, no hubo tiempo para emitir sellos nuevos o como signo de la victoria, Alemania sobreimprimía los sellos belgas y cobraba en marcos.

Pero continúas pensando, ¿a qué viene esta referencia en el cuento? Podría ser una referencia más del código cultural como las tantas que abundan en los textos de Cortázar; indicio de la cotidianidad del personaje jubilado que se dedica al aparentemente banal infantilismo de ordenar sus “cuadritos de papel”; la referencia, si no hace avanzar la historia, es una referencia al azar, pero como sabemos, la economía de lenguaje del cuento no permite divagaciones. Entonces, la función de esta referencia cultural remite a la ocupación de Malmédy por fuerzas alemanas, así como la casa en que habitan los personajes es ocupada por una fuerza desconocida y extraña (recordarás que el escritor argentino Julio Florencio Cortázar nació en Ixelles, Bélgica, a una hora y treinta y siete minutos de Malmédy, en carro, indica el mapa de Google). Tan extraña y perturbadora debió parecerle a Cortázar la ocupación alemana de su tierra natal como a los personajes la toma de la casa por parte de esa fuerza desconocida y amenazadora. La analogía es muy simple, pero oculta al lector apático.

Hace ya algún tiempo, junto a Juan Byron, escribiste en tu tesis de grado sobre Aura de Carlos Fuentes: “Los códigos culturales constituyen la Voz de la Ciencia. Son cada uno de los numerosísimos códigos del saber o de la sabiduría; son códigos de referencia; permiten al discurso apoyarse en una autoridad científica o moral. Son citas a una ciencia o a un saber; al señalar estos códigos hay que limitarse a indicar el tipo de saber (físico, fisiológico, médico, psicológico, literario, histórico, etc.) que se cita sin construir –o reconstruir– la cultura que articulan (REF.).”

La referencia a Malmédy en “Casa tomada” pudo haber pasado por desapercibida para muchos lectores, pero una simple mención de la aparentemente anodina ciudad enriquece el texto de un saber histórico-cultural. Los aficionados a documentales de la Segunda Guerra Mundial recordarán la Batalla de las Ardenas, cuando los alemanes lanzaron un inesperado ataque el 16 de diciembre de 1944. Al día siguiente, las unidades de las Waffen SS capturaron y asesinaron a más de 80 soldados estadounidenses y prisioneros belgas. Este crimen es conocido como la “Masacre de Malmédy”.

“Se puede vivir sin pensar”, te dices a ti mismo y repites, pero una simple referencia hace estallar en tu mente un sinnúmero de relaciones, que son razones, razonamientos y así, piensas que Malmédy pasará a la historia por la masacre, los sellos de correo y Cortázar.