No hay forma de desapegarse o huir, la realidad es que uno tiene que cargar consigo mismo. Podrás pintarte la cara, cambiártela, disfrazarla y no habrá manera de dejar de ser quién eres.
Yo no sé si uno llega a este mundo “programado” de ante mano o si uno “va cambiando” a medida que crece, o si uno puede tomar la “decisión”, de repente, y decir; ¡sabes! Este que soy no me gusta, así que me cambiaré por “otra” cosa.
La vida no es tan sencilla como para que tengamos la "habilidad” de cambiarnos cada vez que queramos, incluso podría afirmar que “aquellos” que nos enviaron aquí no aceptarían que les cambiemos el juego que cuidadosamente nos han “diseñado” …
Si la ecuación de la vida es ya de por sí complicada, imagínense que la enredemos más con “nuestras” pretensiones personales. ¡Ah no! Yo no quiero ser Juana, yo quiero ser ¡Shakira! Solo por decir un ejemplo, aunque hasta yo quisiera ser Shakira… ¡Bueno! No se me hagan malos pensamientos y continuemos.
Uno, en muchísimas ocasiones, ha admirado a alguien al que le hubiese gustado ser. Una persona con determinados “atributos” de los que usted no goza o disfruta, no se trata solo de dinero, sino de talento, intelecto, sabiduría, etc. Etc. Etc. Pero si usted nació “jodió”, de escasos recursos económicos, de “poca” iluminación intelectual, lento para los negocios, vago para echar pa’ lante y encima… Feo!… usted está, como dicen por ahí, ¡feo pa’ la foto!
 No es mentira que aquellos dotados de “cierta” belleza suelen ser “atendidos” con cierto grado más elevado de atención y gracia. Si usted es rico, inteligente y hermoso, usted será la sensación en un mundo superficial llamado “tierra”.
Si pertenece al primer grupo, tenga por seguro que “aquellos” que lo enviaron aquí, desde allá arriba, le hicieron una maldad o, según los “reencarcionistas” (no se lleven mucho de mis palabras raras) usted se portó muy mal en su vida pasada…
Tomando “más” adusto el tema, cargar con uno es un asunto serio e inevitable al cual debemos afrontar con sabiduría. Es probable que, usted y yo, seamos parte de ese 99% de individuos que sobrevivimos el día a día en la más completa incertidumbre. No sabemos que comeremos mañana, si lograremos reunir para pagar la renta, si dejaremos de ser “esclavos” algún día, entre todas esas tensiones que nos otorgan el “maravilloso” capitalismo o el “despabilante” comunismo.
Hemos nacido en un mundo salvaje y brutal en donde la “única” manera de sobrevivir es “cargando con uno mismo”. Nadie le dará algo a menos que usted “dé” algo a cambio. Y lo único que usted tiene es usted, no me malinterprete y se vaya a prostituir ahora, usted como ser único tiene “algo” solo le toca encontrarlo.
 No se trata de “adivinar” cuál es su talento, ni de “inventar” en probarlo todo. Cada uno de nosotros gozamos de una cualidad intrínseca, atada a nosotros como las manos o pies. Viene “otorgada” como herramienta natural de gracia y hay que descubrirla. No la encontramos porque nos pasamos la vida quejándonos de “nuestro destino” y, aunque si es verdad que venimos con un camino marcado, también con un talento para “sobrellevar mejor” lo que nos toque.
Un limpiabotas, un barrendero, un doctor o ingeniero. No suelen pasar por este juego sin sufrir daños “asignados o colaterales”. Tendrán los mismos dramas y las mismas dudas. Y sus quejas tendrán, quizás, distintos matices, pero, igual de humanos.
Cargar con uno significa que somos capaces de mirarnos en el espejo y descubrir que “ese” que está ahí, guapo o feo, flaco, gordo o desguavinao, joven o viejo, es solo un recurso de presencia física. Su verdadero “yo” está adentro y debe proyectarlo desde allí.
Olvídese de esta masa que se va deteriorando día a día y la que, sin remedio, va por ahí representándonos en esta fiesta de “disfraces impuestos”, saque su alma a pasear. Cargar con uno es un asunto más allá de la apariencia, que pena que cuando nos enteramos ya no tenemos nada que cargar…  ¡Salud! Mínimo caminero