Fortaleciendo su tesis de que la Democracia Representativa es un producto del capitalismo de manera esencial, es decir, intrínseco a su naturaleza, Bosch argumenta que: “En el orden político, la democracia burguesa reproduce, en conjunto y en detalle, todo lo que en el orden económico y social se da en la sociedad capitalista. Así por ejemplo, la base teórica de todas las actividades capitalistas es la llamada libertad de empresa, que supuestamente le garantiza a cada industrial, comerciante o banquero que ningún competidor podrá perjudicarlo. Pues bien, poniendo un poco de atención en lo que nos rodea hallaremos esa libertad de empresa reproducida en muchos campos, como en el de la prensa, en el funcionamiento de partidos políticos que operan en condiciones iguales a las que vemos en los establecimientos comerciales”. (Bosch, v. XIV, p. 67) Y fue precisamente por la libertad de empresa, de hacer negocios, que los primeros burgueses entraron en conflictos con el orden feudal, esa era su nota distintiva. Y la diferenciación entre las sociedades europeas que avanzaron hacia el desarrollo capitalista y las que quedaron estancadas en usos y forma precapitalistas, fue el grado de liderazgo social y político que tuvo la burguesía, mientras en España fueron expulsados, en Holanda pasaron a dirigir su sociedad, y luego en Inglaterra, y luego en Francia.

En el caso de los medios de comunicación es evidente que los periódicos y canales de radio y televisión están en manos de grandes empresarios, pero esa situación hoy día va cambiando en la medida que la comunicación de hechos y análisis se populariza por las redes sociales, y en el plano internacional ya no es sólo Estados Unidos quien dicta lo que deben saber los demás habitantes del planeta, ya Rusia, China y los Estados árabes divulgan en varios idiomas su forma de ver el mundo y analizar los hechos que ocurren.

En el caso de los partidos políticos en nuestro país el criterio de Bosch tiene vigencia, los mayoritarios y una gran cantidad de los minoritarios, son empresas para beneficiar a sus dueños, y si tienen la suerte de llegar a diversas instancias del poder del Estado, entonces roban sin límite del erario para beneficio de sus cúpulas. Eso es lo que vemos en los casos presentados por el Ministerio Público e intuyo que es una pequeña parte de los graves casos que han ocurrido y ocurren. Precisamente porque el capitalismo se apoya en la codicia los dueños de los partidos políticos los usan para su enriquecimiento y “derramar” entre sus seguidores algunos de los beneficios.

Que la democracia representativa sea una hija legítima del capitalismo no significa que ese sistema económico no pueda operar en regímenes autoritarios, todo lo contrario, el nacimiento de un Estado con una estructura articulada en base al capitalismo ocurrió en el caso dominicano bajo un sanguinario tirano llamado Trujillo, en el caso español ocurrió con el dictador Franco, y en el caso de China es dirigido por un Partido Comunista. Tampoco el trabajo libre es condición necesaria, ya que la esclavitud de hombres y mujeres africanos impulsaron las ganancias capitalistas en Estados Unidos, Francia (el caso de Saint Domingue es paradigmático) y en España (el caso cubano). Y la esclavitud fue eliminada por las ventajas que brindaba la tecnología y el trabajo libre, no por la buena voluntad de sus explotadores.

La esencia del sistema capitalista es la generación de riqueza por una minoría en base a la explotación de la mayoría, y eso ocurre aunque exista una democracia representativa.

Bosch también establece una diferencia importante entre lo que hoy llamamos democracia y lo que existió en el siglo V antes de nuestra era en Atenas. “Antes del capitalismo, lo que la historia conoció y conoce es el feudalismo; y si ha sido en la época del capitalismo cuando ha venido a establecerse ese régimen político llamado democracia burguesa o representativa, y no antes, y si no funciona, ni puede funcionar, como expresión política del socialismo, es porque la democracia representativa o burguesa es el régimen político propio del capitalismo; y en consecuencia nadie puede hablar de la democracia de los atenienses, diciendo que es un antecedente o una forma particular de la democracia burguesa”. (Bosch, v. XIV, p. 68) Cuando se habla de democracia en la Atenas clásica nos referimos al encuentro regular de todos los ciudadanos griegos de dicha ciudad para deliberar y juzgar (como el caso de Sócrates), pero a ese encuentro no podían asistir las mujeres atenienses, ni los griegos de otras ciudades y ni soñar con que participaran los esclavos. Por tanto la democracia ateniense representaba menos de un 10% de la población de dicha ciudad-estado.

Si seguimos el juicio de Bosch sobre la imposibilidad de la democracia representativa en el socialismo, entonces lo que está ocurriendo en China es un camino hacia el pleno capitalismo bajo la dictadura de un partido político que se autodenomina comunista. Si lo comparamos con el movimiento iniciado por Gorbachov en la Unión Soviética, que pretendió hacer cambios políticos con la finalidad de llegar a los cambios económicos, entonces podemos afirmar que los chinos tuvieron un criterio más objetivo al hacer los cambios económicos sin modificar la estructura política de su Estado.

En la actualidad, en el mundo occidental, tanto en Europa, como en Estados Unidos, los mayores peligros para la democracia representativa provienen de la extrema derecha, autoritaria e integrista, que curiosamente apunta hacia un Estado autoritario, por supuesto en ninguno de los casos se pone en cuestión el régimen capitalista de explotación.

Quienes abordan la democracia desvinculada del régimen capitalista que la vio nacer de su seno terminan atrapados en una visión romántica, ingenua. La codicia sigue siendo el motor del capitalismo, fuera en la democracia representativa, en los fascismos del siglo XX, en el régimen chino y en los movimientos de extrema derecha actuales.