El año 1973 es uno de los más importantes en la vida política de Juan Bosch en República Dominicana. Se cumplía una década de su gobierno y el golpe de Estado, hacía 3 años que había regresado al país luego de una estancia en Europa, donde literalmente recreó totalmente las bases de su pensamiento político, e intentaba transformar al PRD en un partido político de cuadros. Al año siguiente, Balaguer volvería a reelegirse mediante unas elecciones tan fraudulentas que la oposición no participó. Pero un acontecimiento ocurrió que removió todo el escenario político dominicano, especialmente al PRD, y fue la llegada de Francisco Alberto Caamaño Deñó al país con una expedición guerrillera el 3 de febrero. Ese hecho impactó tan profundamente el curso del proyecto de Bosch con el PRD que lo llevó a renunciar del mismo y al final de ese año a crear un nuevo partido político, el PLD, el 15 de diciembre.
Muchas fuentes históricas coinciden en que Bosch intentó que Caamaño abandonara el proyecto guerrillero y regresara al país como civil para participar en la vida política dominicana. La revolución de abril lo aquilató como líder político, sin negar su condición de jefe militar, así que al verse impedido de regresar al país invadido por los Estados Unidos, el mismo Bosch desde Puerto Rico ordenó que lo escogieran como presidente. ¡Y fue certera la escogencia! Ocho años después Caamaño optó por volver como jefe militar en lugar de la vía política. Y el resultado fue la inmolación de él y varios de sus compañeros. Realmente el proyecto de Playa Caracoles había sido derrotado años atrás, en Bolivia, cuando el 9 de octubre del 1967 fue fusilado por orden de agentes de la CIA, luego de ser apresado. La posibilidad de que una guerrilla tuviera éxito en América Latina, fuera en Bolivia o República Dominicana, luego del triunfo de la revolución cubana eran remotas y sobre todo luego de la crisis de los misiles en octubre del 1962.
Para Estados Unidos y los ejecitos aliados latinoamericanos en la agenda imperialista para la región era de primera importancia reducir la posibilidad de que focos guerrilleros de orientación izquierdista encontraran en las zonas rurales condiciones favorables para su desarrollo. Permitir otro caso como el cubano no era tolerado en el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Bosch introduce un juicio de Fidel Castro sobre las figuras de Guevara y Caamaño, un año después de Caracoles. “Quince años después de su llegada a La Habana Fidel Castro aludió, y por cierto de una manera muy fina, a los errores que cometieron el Che Guevara y Francisco Alberto Caamaño, uno en Bolivia y el otro en nuestro país, porque no supieron distinguir entre estrategia y táctica” (Bosch, v. XIV, pp. 116-117). El juicio de Castro aparece en un libro de Kirby Jones y Frank Mankewicz. “Francisco Caamaño era muy parecido al Che. Ambos eran luchadores valientes intrépidos y llenos de energía. Caamaño regresó a la República Dominicana porque creía en el pueblo, porque tenía confianza en el pueblo… Sin embargo algunos luchadores revolucionarios dejaron que su entusiasmo por la causa afectara su capacidad para tomar decisiones tácticas” (Bosch, v. XIX, p. 117) Bosch, al igual que Castro, había aprendido a estudiar las condiciones objetivas de una acción revolucionaria, incluso de la manera más dramática (ambos estuvieron en la expedición frustrada de Cayo Confites en 1947) y sabían la importancia de tomar decisiones tácticas inteligentes, sin dejarse arrastrar emocionalmente por el ideal estratégico.
La expedición de Playa Caracoles obligó a la clandestinidad a toda la dirigencia del PRD y tensionó de manera irreparable, hasta la ruptura, a los liderazgos de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez. Al finalizar ese año Peña Gómez quedaba al mando del PRD y Juan Bosch fundaba un nuevo partido. En historia no tiene sentido la fórmula “que hubiese pasado si tal cosa hubiese ocurrido”, pero quizás, dicho con más fantasía que otra cosa, un Caamaño candidato a la presidencia, fuera en el 74 o el 78, hubiese mantenido a Peña y Bosch en el PRD, pero eso es pura elucubración.