La democracia, como todo sistema político o económico, es el resultado de un proceso histórico, no surgió un día como nace la flor de un arbusto. Como toda estructura histórica, producto de la actividad humana, evolucionó y sigue evolucionando a lo largo del tiempo y en algún momento desaparecerá, como desaparecieron las estructuras políticas y económicas griegas y romanas, feudales y absolutistas. En consecuencia la democracia no posee una esencia en cuanto entidad, a la manera que la tiene una cebra, la cebolla o el hidrógeno. Sí es posible discutir cuál deberían ser las formas de la democracia, incluso aventurarnos a plantear los modos posibles, más siempre entendiéndolo como un producto histórico, como lo son las identidades sociales.
Bosch enfatiza ese carácter histórico. “La democracia burguesa o representativa no nació de un día para otro sino que la burguesía fue inventándola poco a poco y necesitó mucho tiempo para ir ajustando sus instituciones a lo que le enseñaba la práctica diaria de la vida social; pero la inventaba sobre la base de las ideas que se habían formado antes en las cabezas de los inventores”. (Bosch, v. XIV, pp. 68-69). Ya desde el siglo XVI, y hay antecedentes más antiguos, tenemos textos elaborados por hombres que intentaban explicar los procesos de cambio de los que eran testigos en sus sociedades o estaban comprometidos con cambios en las estructuras de poder. Un ejemplo paradigmático fue la apelación a la supuesta existencia de un contrato social en el origen de la sociedad humana. Estos autores suponían que en una etapa primitiva de la humanidad los seres humanos se pusieron de acuerdo para articular un primer modelo de organización social, basado en el acuerdo.
Antes del siglo XIX era casi nula la comprensión que se tenía del complejo proceso de la evolución de la especie humana y sus experiencias históricas. Muchos autores seguían balbuceando argumentos ingenuos en base a los mitos bíblicos, mientras otros comenzaban a comparar las sociedades europeas con las del resto del mundo y la idea de que el estadio de desarrollo de muchos pueblos de América, África y Asia eran expresiones de lo que había sido Europa tiempos pretéritos. No fue hasta Darwin que se iniciaron las investigaciones sobre la evolución de todas las especies vivientes y especialmente del ser humano, por tanto cuando escritores como Hobbes o Locke hablan de un contrato social entre los seres humanos primitivo, ni idea tenían que la especie humana era el resultado de millones de años de evolución de la vida en nuestro planeta, que el homo sapiens surgió hace menos de 200 mil años y mucho menos imaginaban que las primeras sociedades surgieron hace 10 mil años y no fue en base a un contrato social. Pero, cosa curiosa, cuando la burguesía comenzó a tomar el poder, sobre todo en Estados Unidos y Francia, consideraban que debían formular un contrato social a semejanza de como imaginaban había ocurrido en los tiempos primitivos.
Juan Bosch destaca con mucha precisión la evolución histórica de la burguesía para poder explicar la manera en que la democracia representativa se fue articulando. “…la revolución burguesa de Inglaterra empezó en el año 1642 y el rey Carlos I fue decapitado en 1649; pues bien, para 1650, la población blanca de las colonias inglesas de América del Norte, que 126 años más tarde iban a llamarse los Estados Unidos, no pasaba de 54 mil personas, pero la gran mayoría de ellas eran ideológicamente capitalistas, y por esa razón una parte había abandonado Inglaterra para irse a Holanda, donde la revolución burguesa se había hecho casi un siglo antes, y otra parte se fue a América con la ilusión de que allí podría establecer una nueva sociedad, que sería la sociedad capitalista en su primera etapa”. (Bosch, v. XIV, p. 69). Ya desde el siglo XVI en Holanda se había formado una sociedad burguesa que tuvo su primera expresión política en 1587 como una República parlamentaria tras lograr su independencia del Imperio español. Los ingleses iniciaron un proceso complejo durante todo el siglo XVII que conllevo grandes conflictos bélicos, un tiranicidio, el intento de constituir un Commonwealth, hasta articular una monarquía parlamentaria.
Y es en este contexto que se debe destacar lo escrito Bosch, que mientras eso pasaba en Europa, en la parte norte del continente americano migrantes procedentes de Europa, que escapaban de los sistemas autoritarios y buscaban vivir en orden social inspirado precisamente en el ideal burgués. Son esos migrantes los que fundarían Estados Unidos, sociedad que desde su origen nació burguesa, capitalista.