El pensamiento político de Juan Bosch discurre desde el 1929 hasta poco después del 1990, cuando la senilidad nos lo robó. El primer texto político de él es un artículo publicado en el periódico El Mundo el 16 de septiembre de 1929 titulado Los dos caminos de la hora. Enfrenta a Horacio Vásquez y prevé la dictadura trujillista. El siguiente texto será el prólogo de un libro de Juan Isidro Jimenes Grullón en Cuba, en 1940, y a partir del mismo Bosch estará escribiendo sobre los problemas que afectan a las mayorías más empobrecidas de su pueblo dominicano y de otras latitudes, valiéndose del análisis político, la historia, la economía y la sociología. Esa misma actitud se nota claramente en los temas de sus cuentos y sus dos novelas.

Una cosa es cierta para todo el que haya estudiado su obra completa, a través de esos setenta y pico de años de escritura, la obra de Bosch fue madurando y transformándose, con plena conciencia del autor. En el año 1938 con la lectura de las obras completas de Hostos afirmará que nació de nuevo y hacia finales de los años 60, luego de su producción intelectual entre España y Francia, fruto de los acontecimientos del golpe de Estado y la invasión de Estados Unidos para detener el retorno a la democracia de nuestro país, afirmará que no iba a morir en la mentira producto de su análisis del marxismo. El concepto de democracia cambiará a lo largo de su vida y no es posible citar un texto de Bosch sobre el tema que recoja toda la riqueza de su reflexión sobre un asunto tan relevante. O se presenta la evolución constante de sus grandes temas contextualizándolo o se desconoce el pensamiento de él.

Si Póker de espanto en el Caribe fue una defensa radical de la democracia en el Caribe, en 1955, al igual que sus discursos al retornar al país en 1961, su campaña electoral del 1962 y su gobierno de 1963, en 1966 afirmará con la contundencia de la invasión norteamericana de 1965: “Creo que en la República Dominicana Latinoamérica ha recibido una lección. La lección de que no es posible establecer una democracia con la ayuda de los Estados Unidos, y de que tampoco es posible establecer una democracia contra los Estados Unidos…” (Bosch, v. XXXVI, p. 64). Dicho en Puerto Rico antes de retornar a su país. Una definición de democracia en Bosch antes de 1965 y otra posterior a ese año necesariamente serán diferentes, incluso opuestas, fruto del giro que vivió el pensamiento de nuestro autor al descubrir que los Estados Unidos estaba a favor de los enemigos de la democracia dominicana.

En 1969 publica su libro El próximo paso: Dictadura con respaldo popular, que será citado abundantemente por “lectores” que no pasaron del título. Todavía me encuentro con analfabetos funcionales, hostiles a Bosch por diversas fobias irracionales, cuya definición de él es el título de ese libro.

En esa obra señala Bosch sobre el problema de la democracia que en aquellos países “…donde la dueña de los medios de producción es una clase llamada burguesía, el sistema económico se llama capitalista y el sistema político es la democracia representativa, organizada generalmente en repúblicas, federales o unitarias, y algunas veces monarquías de las llamadas constitucionales, en las que los reyes representan al país, pero no lo gobiernan. En el caso de la América Latina hay repúblicas que se llaman a sí mismas democracias representativas, pero no lo son, pues aunque vivimos dentro del sistema capitalista los medios de producción no pertenecen en su totalidad a las burguesías nacionales”. (Bosch, V. XV, p. 202) Esta aclaración sobre la naturaleza de la democracia representativa considera Bosch que es un producto intelectual de él, ya que a su juicio ningún otro pensador había establecido esa relación entre el modelo económico que es el capitalismo y el modelo político que es la democracia representativa.

En Capitalismo, democracia y liberación nacional del 1983 señalará lo que acabo de decir en el párrafo anterior. “…la democracia representativa es el modelo de organización política estatal que le corresponde al sistema capitalista, y más aún, que ha sido una creación, en el orden político, del capitalismo” (Bosch, v. XIV, p. 48) Y Bosch destaca la originalidad suya en encontrar esa vinculación. “…es una tesis que no se le ocurrió a ninguno de los clásicos del marxismo pero tampoco a ninguno de los teóricos de esa escuela de pensamiento entre los cuales hay varios que han aplicado los métodos de análisis marxistas a nuevas áreas de las actividades sociales, y sin embargo los hechos en que podía basarse un estudio acerca de los orígenes de la llamada democracia representativa eran tan evidentes, resaltaban de manera tan notoria ante los ojos de cualquier observador, que no hacía falta ser una lumbrera en el conocimiento de los problemas sociales y sus efectos políticos para darse cuenta de la conexión entrañable, de madre a hijo, que hay entre el capitalismo y el régimen político inglés, norteamericano o francés”. (Bosch, v. XIV pp. 47-48) Aunque este texto aparece en la obra mencionada del 1983, la referencia proviene de unos artículos publicados por Bosch entre 1978 y 1979 con el título Capitalismo y Democracia que están incluidos en el libro que estamos comenzando a analizar.

Para diferenciar la democracia representativa de la dictadura con respaldo popular señalará Bosch en dicha obra del 1969: “…Dictadura con Respaldo Popular no será la llamada democracia representativa, sistema político propio de la sociedad burguesa, que ha venido fracasando en la América Latina durante más de siglo y medio. No lo será, porque la democracia representativa, en el mejor de los casos, no puede garantizar trabajo, salud y cultura para todo el mundo; no puede garantizar las libertades fundamentales del ser humano y no puede garantizar su verdadera igualdad, dado que se trata de un sistema político y social fundamentalmente injusto, que se organiza y se sostiene sobre el principio de que hay hombres con derecho a explotar a otros y los hay con el deber de dejarse explotar”. (Bosch, v. XV, p. 243) Es indudable que a partir del 1965 la cuestión de la democracia se tornó muy problemática para Juan Bosch por la acción geopolítica de los Estados Unidos, incluso estaba convencido de que no sería posible que el PRD llegara al poder mediante elecciones en 1978. Eso lo afirmó previo a las elecciones de ese año, pero el escenario de como el imperialismo norteamericano se articulaba a nivel caribeño había cambiado y un James Carter colaboró en que Balaguer no se quedara en el gobierno mediante fraude y el PRD ganó las elecciones y pudo gobernar, aún con el trampa ejercida por el PRSC y un abogado muy conocido que le robaron varios senadores al PRD para bloquear la escogencia de jueces que juzgaran a los ladrones y criminales del balaguerato.