Los resultados de las investigaciones realizadas por el Grupo de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas confirmaron que, “los humanos somos los responsables de los impactos ambientales que están afectando al Planeta” (Informe científico sobre el cambio climático, IPCC, 2021).

Según reconocen los expertos de la ONU, “es un hecho inequívoco que, la Humanidad es la responsable del calentamiento de la atmósfera, los Océanos y la Tierra”, situación que debería preocupar a los tomadores de decisiones políticas en los países industrializados y en vías de desarrollo como el nuestro (Resultados de los estudios de la ONU, 1989-2015).

En tal sentido, los expertos del IPCC recomiendan “realizar reducciones profundas y rápidas de las emisiones de los Gases de Efecto Invernadero (GEI)”, con miras a reducir y mitigar los efectos del Cambio Climático (GESC-IPCC-ONU, 2022).

Como se sabe, “las inundaciones repentinas, los incendios forestales, los desoves de terrenos, el deshielo de los casquetes polares, las tormentas, los huracanes y las sequias”, son entre otros, el resultado de las extracciones y el uso de los combustibles fósiles, la polución industrial, la deforestación, el mal manejo de los desechos sólidos, incluyendo el manejo de los plásticos (Informe científico sobre el cambio climático, IPCC, 2021).

Según los expertos sobre Cambio Climático, “los Gases de Efecto Invernadero (GEI) se liberan cuando se queman los combustibles fósiles para generar energía, en todas sus formas y modalidades, cuyos impactos se sabe que son una amenaza para la sobrevivencia humana” (IPCC-ONU, 2021).

Por su parte, las transacciones registradas por la Bolsa de Valores a enero del 2023 indican que, los países consumen entre cien (100) y cientos veinte (120) millones de barriles de petróleo diario, siendo los USA el principal consumidor de productos derivados de los fósiles, seguido por Rusia y la India (Datos de la Bolsa de Valores de los USA, 2023).

En tal sentido, “la concentración del dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera a enero del 2023, es la más alta registrada en los últimos dos (2) millones de años; mientras que, la concentración de metano y óxido nitroso (los otros dos grandes precursores del calentamiento global), alcanzaron en el año 2021 los niveles más altos registrados en todo el Planeta” (Informe del IPCC-ONU, 2021).

Por su parte, la Psicología Social reconoce que, “el Stress causado por los eventos asociados al Cambio Climático deprime el Sistema Inmunológico, lo que da paso al desarrollo de enfermedades físicas y mentales moderadas, catastróficas y graves” (Resultados de dos estudios realizados por la Sociedad de Psiquiatría de Reino Unido, 2001-2019).

Asimismo se sabe que, el Stress provoca Eco-ansiedad. Como tal, la Eco-ansiedad “es el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental cuando las personas observan impactos ambientales catastróficos irreversibles”, tales como incendios forestales, inundaciones, sequias y las hambrunas”, entre otros eventos naturales de importancia (American Psychology Association, 2022).

Además, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que, “la Eco-ansiedad produce: (a) nerviosismo; (b) agitación; (c) tensión desbordada; (d) ritmo cardíaco elevado, respiración acelerada, sudoración y temblores; y, (e)  sensación de debilidad, cansancio y mareos esporádicos, entre otros síntomas más (Sociedad de Psiquiatría de Reino Unido, 2019).

Por otro lado, los impactos causados por el Cambio Climático han generado una nueva patología mental denominada “Solastalgia”, cuyos síntomas son: (1) miedo crónico al deterioro de la biodiversidad; (2) obsesión por el futuro incierto del Planeta Tierra; y, (3) agobio constante por el calentamiento global”, según la Asociación Americana de Psicología (Datos ofrecidos por los expertos en psicología social en el Fórum de Davos, Suiza, 2023).

En el caso de nuestro país, es estratégico que el Gobierno que preside Luis Abinader, ordene la puesta en marcha de la Ley No. 368-22 sobre Ordenamiento territorial, uso de suelo y asentamientos humanos, lo que contribuiría a optimizar el recurso suelo, reorientar los asentamientos humanos precarios y, “prevenir, la mayoría de los desastres naturales que ocurren en nuestro país durante la emporada ciclónica año tras año” (Informes de la ONAMEP, COE, 2022).

La aplicación de la Ley No. 368-22, es clave para reducir el Stress, la Eco-ansiedad y la Solastalgia que sufren los dominicanos que viven a orillas de los ríos y cañadas en el Gran Santo Domingo, Haina y San Cristóbal, entre otras provincias, cada vez que ocurren fenómenos naturales que ponen en peligro sus vidas y sus maltrechos bienes.

Invertir los recursos económicos necesarios para reducir y mitigar los impactos del Cambio Climático, es una inversión rentable política y socialmente, hoy mañana y siempre.

“La tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no para satisfacer la codicia de cada hombre” (Mahatma Gandhi).