En 2003, la revista World Literature Today (WLT) le dedicó un número especial a Roberto Fernández Retamar. En tal ocasión, le envié una carta a la revista felicitándolos por tan acertado homenaje al crítico cubano.
Poeta y ensayista, Fernández Retamar (1930-2019) es uno de los más importantes escritores latinoamericanos contemporáneos. Su contribución a la literatura incluye los poemarios Elegía como un himno (1950), Aquellas poesías (1958), En su lugar, la poesía (1959), Con las mismas manos (1962), Historia antigua (1964), Décimas por un tomeguín (2001) y la antología de sus poemas Felices los normales (2002). Además de su producción poética, Fernández Retamar es un reconocido ensayista. Entre sus ensayos más importantes se encuentran: La poesía contemporánea en Cuba (1954), Idea de la estilística (1958), Ensayo de otro mundo (1967), Algunos usos de civilización y barbarie (1989), Cuba defendida (1996) y, por supuesto, Calibán, apuntes sobre la cultura en nuestra América (1971).
La ocasión para este homenaje, además de la entrega de la Beca Puterbaugh 2002 de la Fundación Puterbaugh de McAlester, Oklahoma, no podía ser menos apropiada, porque Calibán está de cumpleaños. Pero no se trata del Calibán de William Shakespeare en La Tempestad, ni del Calibán de Ernest Renan: Suite de “La Têmpete”, o el Calibán de O. Manonni en su Psicología de la Colonización, o incluso el Calibán de Güéhanno en su Calibán y Próspero, sino el Calibán de Roberto Fernández Retamar, el ensayo que vio la luz por primera vez en junio de 1971. Desde entonces, el Calibán de Roberto Fernández Retamar ha tenido innumerables ediciones.
Por un lado, Calibán continúa el debate sobre la dicotomía civilización/barbarie, iniciado por Domingo Faustino Sarmiento con la publicación de Facundo: Civilización y Barbarie y continuado por Enrique Rodó con Ariel y José Martí con “Nuestra América”. Por otro lado, Calibán establece la genealogía, traza la historia y resume los argumentos en torno al personaje desde la publicación de La Tempestad de William Shakespeare, y los libros de Renan, Manonni y otros autores, citados anteriormente. Fernández Retamar se apropia del gesto de rebeldía del del personaje Calibán en la obra de Shakespeare cuando expresa “Tú me enseñaste a hablar, y mi provecho es que sé maldecir. ¡La peste roja te lleve por enseñarme tu lengua!”, asumiendo a Calibán no como una vergüenza o un insulto, sino como un símbolo de las luchas anticoloniales en Latinoamérica.
Considero que la mayor contribución de Fernández Retamar es haber establecido un diálogo con Frantz Fanon y centrar la discusión sobre la descolonización en la lengua española. La publicación de Piel negra, máscaras blancas de Frantz Fanon fue de gran importancia, no porque tratara acerca de la libertad de los países latinoamericanos, que llevaban más de un siglo luchando con sus escasas y precarias democracias, sino porque introducía el concepto de “descolonización mental”. Roberto Fernández Retamar retoma la discusión de Fanon con Mannoni sobre Calibán, especialmente el aspecto de la descolonización mental, para construir sobre la misma un programa anticolonialista. El propio Fernández Retamar ha dicho en el número especial de WLT que “Todos tienen en común, como en la mayoría de mis ensayos, la perspectiva anticolonialista, la impugnación de la práctica de centrarse en Occidente”. Roberto Fernández Retamar posterga toda una serie de reflexiones sobre el lenguaje, sobre la raza y el género sexual en relación con el Caribe hispanohablante, quizás porque estas reflexiones ya estaban presentes en Fanon. Tal relegamiento se debe quizás a que el proyecto político de la Cuba revolucionaria era más importante o tenía prioridad sobre otros aspectos más filosóficos. Sin embargo, debo destacar que la publicación de Calibán en 1971 abre camino a la discusión sobre los Estadios Poscoloniales en Latinoamérica y el Caribe.