Compartiendo experiencias sobre el curso Fundamentos de Finanzas de la Escuela de la Superintendencia de Bancos, volví a comprobar la efectividad de poner a los participantes en papeles de asesorar en la compra de una jeepeta usada americana y ser asistente del Ministro de Hacienda en la colocación de bonos soberanos.
La marca que utilizo es una Equinox del 2015 para que me respondan si el precio de un millón de pesos es uno en que me la arrancan de la mano o me recomiendan un psiquiatra. La respuesta es inmediata y sirve de proxy para estimar la edad promedio del grupo de colaboradores de Templaris: “El Dr. Heredia de la Z le puede recomendar uno bueno, ese precio anda por las nubes.”
En facilitaciones con participantes menos jóvenes me han mandado “Pa’l 28 o el Padre Billini”, con la misma rapidez porque existen varios portales de información de autos usados donde se consiguen ofertas de todas las marcas que indican que el precio es una locura por lo exagerado.
Bien, y si ahora se encuentra como asistente del Ministro de Hacienda y son testigos de una llamada en que del Palacio Nacional se exige que el bono a veinte años para emitir mañana se coloque a una tasa del 5%, cuál será la respuesta más probable que escuchen del funcionario: (a) “Correcto, Sr. Presidente, es una apreciación certera…”; (b) ”Con todo respeto, si proponemos esa tasa no se consigue ni menudo, fracciones de uno que allá corren, para completar un dólar …”; (c) ”Me permite preguntar las razones que, por supuesto contundentes tienen que ser, para una oferta tan generosa con el interés …”
No dejo que el silencio sepulcral de los asesores que batearon la pregunta de la jeepeta como lo hizo Abad Tulile contra las Aguilas dure más de diez segundos: “La respuesta del Ministro de Hacienda a la hipotética llamada se resuelve con la misma facilidad. Así como hay jeepetas usadas existen bonos de segunda mano que se compran y venden diariamente, de manera que bastaría con ir a portales como el de Supercarros donde se ven las informaciones de ofertas.”
Ahora bien, antes de hablar de ellas le doy este giro a la pregunta de la jeepeta.
¿Qué pasaría si en el momento de evaluar el precio de la Equinox 2015 usted no tiene acceso a ninguna información de ese vehículo? Desapareció de todos los portales la marca y se le borraron los contactos del amigo dealer le puede dar una mano. A los pocos minutos del diálogo siempre uno o varios participantes dan en el clavo: “Se busca una con similares características de un vehículo que sea una referencia de calidad y así se tiene idea si se anda o no cerca del precio de mercado.”
Bingo, y ¿cómo aplica esto para la respuesta del Ministro de Hacienda a la encomienda del Presidente para emitir bonos a 20 años al 5% cuando, de igual manera, desaparece toda información financiera de cotizaciones de los bonos soberanos dominicanos en el mercado secundario?
Las damas y caballeros templarios, a quienes recomiendo que vean como apoyo en la cruzada por el rescate de su reputación financiera, hacen el vínculo de inmediato.
Hay que buscar el referente de calidad entre los países emiten bonos, ver la tasa que tienen hoy ese Toyota u Honda entre los valores de renta fija y chequear con el rendimiento al que aspira un país tipo Equinox, pero “asumiendo que el ministro puede contradecir al que firma el decreto de nombramiento.”
Maravillosa la aplicación al ejercicio del ceteris paribus para que la pregunta sea evaluada considerando constante la preferencia por la racionalidad de los precios relativos sobre la subordinación jerárquica.
Marca regular seremos en los mercados de valores, pero somos de Alta Gama en relaciones con el poder político. Aquí desde el año 1961 terminó la incontestable regla “El Jefe Siempre Tiene La Razón” y lo de saltar con “¡Me ha tocado una mano santa!” cuando el que firmó el cheque para saldar la deuda externa perdía la paciencia y sonaba al que estaba más cerca con una galleta.