La Universidad Autónoma de Santo Domingo, alias la UASD, ha tomado una importante decisión, la de incorporar la comunicación como asignatura en todas las carreras que ofrece para que sus egresados sean eso, egresados, y no hegresados (con ¨h¨ de horror) como lo son muchos de ellos. Y no solo los de esa reconocida casa de estudios sino de la enseñanza superior en general de todo el país.

Este mal pronunciar, escribir y saber redactar -que no es lo mismo- comienza en la primaria, sigue en la secundaria y continua en la universidad, eso sin contar con el hogar que es el primer responsable de la parte oral y que tan poco se hace al respecto porque en tantos casos somos los padres los que hablamos mal o muy mal:. Sí mi amol. Eto e así ¡Te vo a dá una pecosá! ¿Cómo tú ta? ¿Ande vas?. No hay más ná. Tamo toos. Y claro, de tal palo verbal adulto, tal astilla verbal chiquita.

Es increíble la cantidad y calidad de errores, faltas de ortografía, de sintaxis y con taxis, sean estos de concho, express, o de Uber, que se cometen en los escritos de profesionales, desde abogados, administradores, ingenieros hasta maestros o profesores que ya es decir, bien sean en cartas comerciales, cotizaciones, y ni digamos en los currículos que son los documentos de presentación y posible selección y acceso a puestos laborales.

Y no nos metemos en cartas de hamor por ser cosas híntimas y pribadas de henamoramiento, ya me hentienden ¿no?.

Y entre el estudiantado la cosa es suele ser mucho peor, ahí es que la pintura es dura como decía nuestro Cuquín Victoria, y ahí es que la pobre gramática retuerce el rabo. Leer ejercicios y pruebas de los alumnos es en muchas ocasiones batallar contra verdaderas herejías gramaticales. Y más si uno tiene por norma señalarlas con tinta roja y si es posible comentarlas en las clases para tratar de enmendarlas.

En mi caso, una de las faltas más graves que he visto en la corrección de exámenes fue la palabra Telebizion, con la ¨b¨, la ¨z¨ y la falta del acento en las ¨o¨, tres pistoletazos en una sola palabra, un buen récord sobre todo tratándose de un vocablo tan utilizado en la vida diaria y cometidos por un estudiante de publicidad.

También hay que decir que hay profesionales y estudiantes con buena escritura y dicción, y en mucha más proporción profesores y maestros, pero lamentablemente no son tantos como deberían.

Otra de las causas importantes de no saber hablar y escribir correctamente es la falta de lectura, en el hogar o en la escuela. Leer en silencio o en voz alta ayuda en gran medida a conocer nuevas palabras, nuevos significados, expresarse mejor, desarrollar temas y contenidos y extender como la masa del pan en la tabla de cocina el pensamiento y la comprensión.

Por ¿desgracia? estamos pasando del mundo del buen libro enriquecedor a un mundo virtual de lenguaje chato y banal. Esto es lo que nos trae el barco tecnológico y en él se están embarcando las grandes mayorías, especialmente los jóvenes. Es la hora del moro, del virtual ¡Qué se le va a hacer! Como decían a las doce en punto en el famoso programa La Hora del Moro de Rafael Solano, Freddy Beras Goico, Cuqui Córdova, Popolo, Luchi Vicioso, Pintorín y otros artistas y cómicos más.

Bien por las UASD y ojala que otras universidades lo hagan también.