Con ese propósito, narra Joaquín Balaguer, Juan Bosch, se reunió con José Daniel Ariza, José Frank Tapia Cunillera y Daniel Matías, y les dijo que había que salir de Balaguer mediante un golpe de Estado porque de lo contrario, Balaguer se perpetuaría en el poder.
Cuenta Balaguer, que en la reunión tomó la palabra José Daniel Ariza y expresó que “una acción de esa naturaleza no tendría éxito porque quien le habla, había sido elegido con el voto mayoritario del pueblo que contaba con una estructura militar trujillista que sofocaría en cuestión de horas la asonada golpista”.
Esta revelación de Balaguer puede ser verificada por el propio José Daniel Ariza. En ese momento, le pregunto al presidente Joaquín Balaguer: “¿conocía usted los planes golpistas de Bosch?” Y me respondió, con estas palabras: “cuando conocí la información de parte de Sacha Volman, el primero en ser sorprendido fue quien le habla, pues, hasta donde tengo entendido, los servicios de inteligencia desconocían que Bosch estuviera conspirando en mi contra”.
Al terminar la respuesta, le formulé de inmediato la segunda pregunta: ¿considera usted que en el país existen condiciones para un golpe de Estado y de materializarse Bosch saldría ganancioso luego de que en el 1963, renunció del poder o se dejó tumbar por un grupo de militares que ahora les son a usted leales?
“Mire, poeta Gerón: “Según me explicó Sacha Volman, Bosch, no tenía diseñado un plan claro de cómo se produciría el golpe de Estado y, además, no contaba con seguidores en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y tampoco se lo había comunicado a la alta dirigencia de su partido. Por lo tanto, me pareció descabellado su plan al menos que el mismo contara con el apoyo del coronel Caamaño, quien se encuentra en Cuba, preparándose para llegar al país con fines guerrilleros.”
“Bosch —agrega Balaguer—, regresó de Benidorm, España, en 1970, donde permaneció varios años después que abandonó el país, luego de perder las elecciones en 1966. Según los informes que me suministró Enrique Herrera Marín, quien tenía la doble condición de agente de la CIA, con quien establecí una relativa amistad en el año 1959, en propia Era de Trujillo, mediante ciertos servicios administrativos que le resolví antes de abandonar el país tras la muerte de Trujillo. Marín, fue profesor de la Escuela de la Batalla de las Carreras en esa época. Era amigo de Bosch, pero también, me enviaba informes de los viajes que Bosch hacía en Europa y con las personalidades con las cuales se reunía.”
De acuerdo a Balaguer, “Bosch, tampoco, contaba con el apoyo de la izquierda, de los empresarios y la Iglesia Católica que es el mayor poder del país. Por lo que me pareció extraño su comportamiento y no dejé de pensar en lo que Sacha Volman me había revelado pues, los agentes de la CIA en el país me habían informado en esos días que se estaban produciendo algunos movimientos extraños en la Universidad Autónoma de Santo Domingo; de que hasta ellos habían llegado informaciones de que había un trasiego de armas de parte de dirigentes de la izquierda y del PRD y de reuniones a altas horas de la noche con el propósito de secuestrar a empresarios y atentar contra algunos funcionarios a los fines de desestabilizar mi gobierno”.
Estas acciones de la izquierda de dirigentes del partido blanco, narra Balaguer, fueron desarticuladas luego que los servicios de inteligencia del gobierno accionaran con rapidez y vigilaran de cerca a los dirigentes de las distintas organizaciones políticas que operaban en la UASD.
Le pregunto, “poeta Balaguer, ¿y por qué Sacha Volman le suministró esta información y, sin embargo, los servicios de inteligencia, llámase el J-2, no tenían conocimiento?” Según Balaguer, “Sacha Volman tenía en su poder el esquema elaborado en Benidorm, España, donde Bosch, invitó a Caamaño y otros militares a participar de una reunión donde se definieron los roles que tanto Bosch, como Caamaño, jugarían, una vez Caamaño dejara su cargo de Agregado Militar en Londres, Inglaterra, y se trasladara a Cuba, y Bosch, regresara al país”. Al encuentro el coronel Caamaño no asistió y, en su lugar participó Julián López Díaz (Daniel). También asistió el doctor José Francisco Peña Gómez. Dicha reunión se realizó en el año 1969, según las “Memorias de Sacha Volman”.
“Por otro lado —indica Balaguer— lo del golpe de Estado a mi gobierno por iniciativa de Bosch, en el año 1972, no era más que una distracción y una actitud de hacerle creer a Caamaño que él estaba preparando las bases para, llegado el momento, él se aprovechara de la situación y Caamaño se colocara en caso de que el golpe de Estado tuviera éxito, al frente del gobierno”.
“Y Bosch, no había tomado en cuenta el costo de una acción bélica de esta naturaleza, de la sangre que se derramaría, de los cientos de muertos que provocaría un golpe de Estado a su gobierno. Que los americanos iban a convertir el país en un nuevo Vietnam, dado el antagonismo con el líder cubano Fidel Castro.
Según Balaguer: “En ese caso, instruyó al J-2 de que se investigara con profundidad el caso y también dio instrucciones de que se vigilara de cerca cada paso que diera Bosch, para asegurarnos si el asunto iba en serio, pero, en realidad, no pasó de ahí, de una simple reunión”. “Un año más tarde, 1973, a la llegada del coronel Caamaño, Bosch, por iniciativa de Miguel Cocco, se refugió en la residencia de Celso Thompson, a la sazón, vicepresidente de Codetel, para resguardar su vida”.
“El doctor Peña Gómez, hizo lo mismo, pero en la residencia de Caonabo Fernández Naranjo, situada a pocos metros del Cuerpo de Ayudantes de la presidencia de la República, es decir, cerca de la César Nicolás Penson. La situación lo obligó a esconderse para no comprometerse con la llegada de Caamaño, de Cuba”.
“Los servicios de inteligencia conocían todas las ubicaciones en momentos de conflictos. Tanto Bosch, como Peña Gómez, se refugiaban en residencias de amigos que los protegían celosamente, pero quien le habla, siempre respetó esos lugares porque se trataba de familiares muy respetadas de la ciudad de Santo Domingo y sabíamos y los protegíamos para que no fueran agredidos o asesinados”.
Años más tarde, (2000), la destacada periodista e investigadora Ana Mitila Lora, le hizo una entrevista a Claudio Caamaño, y dijo, entre otras cosas: “Esa expedición que terminó tan trágicamente nació cuando Bosch, después de perder las elecciones de 1966 y radicarse en Europa se reunió con Caamaño en Benidorm. Allí tenían un amigo común, el coronel Enrique Herrera Marín, vinculado a los servicios de inteligencias internacionales”.
Claudio Caamaño, agrega en la entrevista: “Ellos se reunieron -esto me lo contó Caamaño- y ahí Bosch planteó que Joaquín Balaguer sería presidente mientras vida tuviera y que para sacarlo de la presidencia había que preparar un movimiento político-militar. Bosch dirigiría la parte política y Caamaño la militar. Ahí nació el proyecto Caamaño. El PRD participaría en ese movimiento con Bosch como líder político y con Caamaño como líder militar, acompañado de una buena parte de los hombres que participaron con él en la Guerra de Abril”.
Añade, que “Quien conocía a los cubanos era Bosch, no Caamaño. Bosch le hizo los contactos a Caamaño y Francis viajó a Cuba clandestinamente en base a los planes elaborados con Bosch”.