Raúl Pérez Peña (Bacho) e Iván Rodríguez han concluido su ciclo terrenal a pocas semanas de cumplirse el 60 aniversario de un acontecimiento patriótico en el que participaron de modo activo, exponiendo sus vidas juveniles sin el temor de perecer en el riesgoso y heroico movimiento guerrillero de 1963 contra los usurpadores del poder político. Si bien es notable la coincidencia de sus partidas, mucho más elocuente es la concordancia de ideales, la entrega permanente de ambos a la lucha por libertad e independencia.

Bacho e Iván nos ofrecieron un gran ejemplo a quienes de una u otra manera nos relacionamos con ellos, de firme consistencia en la lucha por una patria con una verdadera nueva democracia para mayor felicidad de todos los dominicanos.

Bacho integrado desde muy joven a la lucha antitrujillista, en las jornadas subsiguientes fue militante en las jornadas revolucionaria desde el otrora grupo estudiantil Fragua, de ahí cuando fue tronchado el Gobierno democrático de Juan Bosch, asumió el reto patriótico proclamado por Manolo de Tavárez de escalar las escarpadas montañas de Quisqueya fusil en mano para defender los intereses del pueblo, en el Frente guerrillero Gregorio Luperón de Puerto Plata, fue su primera experiencia como combatiente armado por la libertad.

Su coherencia no le permitió ningún tipo de vacilación y es digno recordar aquellos momentos cruciales, cuando el comandante de Abril llegó en 1973 a luchar con las armas en las manos contra la tiranía de los doce años del balaguerato. Sin mucho ruido de nuevo Bacho estaba expuesto al tableteo de las ametralladoras, cuando sirvió de anfitrión al guerrillero extraviado Toribio Peña Jáquez, que era buscado con furia por todos los cuerpos represivos.  Bacho acostumbrado al peligro en apoyo a sus ideas revolucionarias, no vaciló en ningún momento y siempre protegió a Toribio, camuflados ambos como ingenieros para poder desplazarse por la ciudad en medio del alto ambiente de terror impuesto por el oficialismo. (Bacho fue estudiante de término de ingeniería).

El suscrito que participó en los micromítines realizados para apoyar a los guerrilleros, puedo dar testimonio de la agresividad de los esbirros balagueristas cuando nos ubicaban y enfrentaban a tiro limpio estas actividades callejeras de solidaridad. Imaginemos que hubiese ocurrido si esas hordas ubicaban a estos “prófugos”, que obviamente se iban a defender porque estaban armados. En una ocasión le pregunté a Bacho ¿Qué Hubiera pasado? Me dijo bueno…

Precisamente Acento-TV  ha reproducido en estos días una entrevista de su director Fausto Rosario a uno de los periodistas que sin temor se enfrentaron al balaguerato, Juan Bolívar Díaz, a quien le correspondió la histórica entrevista a Peña Jáquez, el guerrillero extraviado, en momentos que reinaba la incertidumbre en torno a la realidad o no de la guerrilla. Juan Bolívar refirió que fue recogido en un vehículo (Lada) por  Bacho para realizar la entrevista, y que tras varias vueltas por la ciudad le preguntó bueno donde vamos a hacer la entrevista, este le dijo aquí (en el carro) Toribio está en el asiento de atrás. La entrevista publicada en el vespertino Ultima Hora conmovió al país.

Siendo dirigente de Fragua, recuerdo una tarde que en las oficinas de nuestro grupo estudiantil se informó habían apresado en Nagua a Iván Rodríguez, de inmediato pensé en mi compañero de nombre y apellido homónimo, hoy reconocido economista y dije que no era posible porque yo había llegado a la universidad con Iván, entonces me aclararon que era un legendario dirigente revolucionario, desde joven opositor a la tiranía trujillista.

Sus compañeros asumieron la reciente publicación de sus memorias, con el epígrafe de Iván Rodríguez Pilier. Testimonio de una vida dedicada a la revolución.  Allí se describe su historial de lucha, empezando muy joven, un vecino confidente (chivato) durante el Trujillato lo espiaba y denunció escuchaba programas antitrujillistas emitidos desde Puerto Rico, esto era uno de los más graves “delitos” durante la tiranía, debió abandonar su hogar cuando fue advertido de la situación.

Tras el ajusticiamiento del tirano en mayo de 1961se integró de modo activo en la lucha contra los remantes de la familia Trujillo, en agosto en medio de esa peligrosa jornada de resistencia, fue electo miembro de la directiva del 14 de Junio en la provincia de la Romana.

Iván continuó su lucha sin tregua, al igual que Bacho se fue a las montañas en 1963 a lucha con el fusil en las manos contra el vulgar zarpazo a la constitucionalidad, perteneció al Frente Mauricio Báez, en el Este.

Durante el balaguerato fue apresado mientras realizaba labores de educación revolucionaria con los campesinos. Permaneció en presidio sufriendo los rigores de las cárcel política y todos los obstáculos que las autoridades judiciales de la época promovían contra los revolucionarios.  Fue defendido en los tribunales por el inolvidable Héctor Peña Ramos, del equipo de abogados que tanto aportó en los tribunales a la lucha contra las injusticias.

Iván Rodríguez siempre permaneció incólume como un cuadro revolucionario.

En torno a su historial revolucionario Rafael Chaljub Mejía, también ilustre combatiente en las guerrillas de 1963 en sus  Memorias,  apunta:

“IVAN RODRIGUEZ PILIER. Ha continuado activo en la militancia partidaria de izquierda. Al entrar en crisis el IJ4, fue parte del grupo de cuadros y fundadores de la Línea Roja del 1J4, creada en julio de 1968. […]. (Rafael Chaljub Mejía. La guerrilla del decoro. Memorias.  Editora Taller. Santo Domingo, 1994. p. 356).

Bacho e Iván ustedes nos han dejado el legado contemporáneo del deber ser de un revolucionario.