Escribo estas líneas aún conmovido por el gran impacto que causa en mi alma el hecho de la partida de Raúl Pérez Peña (Bacho) e Iván Rodríguez, dos gigantes de la lucha patriótica, democrática, libertaria y revolucionaria. Estas cuatro palabras equivalen, en el marco de nuestros países subdesarrollados o pobres, al significado o acepción que tienen los términos o conceptos justicia y compromiso social. Ellos se entregaron fielmente a la lucha popular, social y patriótica de la nación dominicana

Estos dos hombres se marcharon con la paz y la alegría, aún sintiendo muy cercana la sombra de la muerte, en la plena conciencia y convicción de haber cumplido su misión en esta tierra.

Y es que Raúl Pérez Peña (Bacho) e Iván Rodríguez estuvieron marcados por el misterio de compartir la misma similitud como si tuvieran vidas gemelas que les dirigieran hacia un destino común: los dos fueron miembros fundadores del Movimiento Revolucionario 14 de junio; tanto uno como el otro se hermanaron a las hermanas Mirabal y a Manolo hasta la muerte. Estuvieron presos y exiliados; ambos fueron guerrilleros que se escaparon entre las lomas y montañas del cerco de la guardia asesina del Tirano. Bacho e Iván tuvieron el coraje, y de forma admirable, de resistir siempre las mayores adversidades y desafíos a la vista de todo su pueblo.

Y como si lo anterior fuera poco, Magot y Miriam, sus esposas de siempre, tienen la misma historia de amor, firmeza, entrega, patriotismo, comprensión y resistencia que estos dos hombres extraordinarios tuvieron en la senda del compromiso con la patria, actuando siempre llenos de esperanza, con similar ejemplo de valentía y honradez.

Debemos decir, orgullosamente, que ambos nos dejaron unos hijos que deben servir de ejemplo moral, ineludiblemente, para todo dominicano que ama a nuestra nación.