Si Trujillo estuviera gobernando el país en las actuales condiciones hubiera llamado a sus ministros, a su Gestapo y a los altos mandos militares a una reunión en Palacio.

Sumamente irritado por los altos precios de los alimentos, el transporte y los combustibles, Balaguer como pare del equipo, les hubiera informado a los presentes que el generalísimo había firmado un decreto que todos deberían cumplir a rajatablas desde Pedernales hasta Higüey.

DECRETO

Considerando el abuso y la especulación con los precios que afecta a los dominicanos se dispone lo siguiente:

Los precios que regirán a partir de la fecha serán los siguientes:

Arroz, 15 pesos la libra

Pollo 45 pesos la libra

Plátano 5 pesos la unidad

Yuca 10 pesos la libra

Carne de res 60 pesos la libra

Carne de cerdo 50 pesos la libra

Leche 30 pesos el litro.

Pan 3 pesos la unidad.

 

PARRAFO: Cualquier violación a estos precios será penalizada con cárcel y la incautación de sus negocios.

Firmado: Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Una vez agotada la existencia de esos productos a los precios fijados por el generalísimo, todos desaparecerían de los mercados, colmados y supermercados ya que un plátano en finca y llevado a los lugares de venta al público cuesta más de 7 pesos. Y así con todo.

Al ver que el pueblo se queda sin comida, manda a tumbar todos los plátanos sembrados, embargar los molinos de arroz y a sacrificar todo el ganado para abastecer de nuevo el mercado a los precios establecidos.

Cuando todo se agote comenzará a importarlos. Y empiezan a comprar la carne a 70 pesos la libra, plátano a 10 pesos la unidad y así sucesivamente. Por cada plátano que llegue al mercado Trujillo tendrá que subsidiarlo con 5 pesos y la carne 45 pesos la libra, tomando como base los precios internacionales de hoy. Lo mismo con el pan y demás bienes de consumo.

Un mes después las arcas se quedan sin dinero y las reservas del BCRD llegan a cero. ¿Y después qué viene? El pueblo con hambre se lanza a las calles y Trujillo ordena matar a miles de dominicanos.

La maldita inflación que ha subido los precios en el mundo entero es un problema que tiene sus raíces en dos fenómenos ocurridos uno detrás de otro. La Pandemia y la Guerra Rusia-Ucrania. Nada tiene que ver Republica Dominicana con esos dos fenómenos.

Pero los opositores cacarean y cacarean que los precios golpean a las familias, que el gobierno no hace nada para evitarlo, que el poder adquisitivo se ha ido a pique, etc. etc. etc. Y quizás haya dominicanos que les crean porque el olvido es como una enfermedad y borra de la memoria el pasado de esos que hoy hablan de precios altos.

A Trujillo lo mataron hace 62 años y nada ni nadie en el mundo puede controlar los precios internacionales.

Y esos opositores que hablan tanta babosería lo saben, pero siguen cacareando con el tema buscando votos para después, si llegan al poder, joderlo todo. Es retroceder 15 años y volver a los tiempos del infierno de Dantes.

Lo que nunca escuché de la oposición fue defender los aumentos de salarios de 19% aprobado, como forma de mejorar el poder adquisitivos y compensar la inflación. Porque eso no vende políticamente. Lo que vende es el malestar que generan los altos precios de los alimentos y ruegan al Señor que eso siga empeorando.

Tampoco hablan de los 80 mil millones en subsidio en el 2022 para congelar los combustibles, evitar mayores aumentos del pan y el pollo, contener los precios de los fertilizantes, subsidiar el gas y el trasporte y vender productos en los barrios a precios bajos. O comprar una funda de alimentos por mil pesos de INESPRE que costaría 30% mas que comprarlos por separado.

Y esos opositores cuando los llaman a unirse el gobierno en defensa de la soberanía nacional ante las amenazas de Haití, se esconden como ratas. Actúan como traidores a la patria.