Aunque sea cierto que el sector turístico dominicano está experimentando una gran bonanza actualmente, hay razones para temperar el entusiasmo.  Reconociendo la volatilidad inherente en la industria, los líderes sectoriales deben pensar que la situación podría tornarse fácilmente negativa si Turquía, Ucrania y el Medio Oriente se estabilizan.  Ante la feroz competencia que confronta nuestro destino en un mercado turístico globalizado, lo que se impone es concentrar los esfuerzos en remediar aquellas condiciones que nos restan competitividad (no en gastar más en promoción internacional).  A continuación se presentan los datos que así lo aconsejan.

Los resultados de diciembre del 2016 de la Encuesta de Opinión, Actitud y Motivación a Extranjeros no Residentes del Banco Central confirman que nuestro producto turistico recibe positivas evaluaciones de parte de los turistas extranjeros.  El grafico de abajo reporta que el 93.4% considera la calidad de nuestros servicios turísticos excelente o aceptable, lo cual sugiere un buen nivel de aprobación.  Y el cuadro que le sigue reporta que virtualmente todos esos turistas volverían al país, una señal de su complacencia con su experiencia en el destino (aunque al encuestársele en el momento en que se regresan a su país podría sesgar los resultados).

Sin embargo,  hay reportes de que ya no existe  la ventaja comparativa que exhibía nuestro destino al ser el más barato del Caribe. El cuadro que aparece más abajo, derivado de las evaluaciones que recoge el famoso sitio TripAdvisor sobre los costos de unas vacaciones en destinos del Caribe, sugiere que perdimos ese posicionamiento (aunque talvez para beneficio de nuestra imagen).  Puerto Rico, Jamaica y Trinidad y Tobago ya se sitúan en una posición más favorable en materia de los costos asociados con vacacionar en ellos.  Al ser los hoteles los que determinan los precios de los paquetes “todo incluido” que compra el grueso de los visitantes, y en vista de que las cadenas hoteleras extranjeras poseen aquí más del 90% de las habitaciones, serían los propietarios extranjeros quienes más se beneficien de la escalada en los precios, ya que el aporte nacional a la canasta turística es relativamente menor.

En efecto, una evaluación de los precios turísticos del 2017 confirma que ya no somos los más baratos.  El sitio https://www.priceoftravel.com/1856/cheapest-caribbean-islands-32-destinations-by-price/ lista los cinco destinos más baratos como: 1) Cancún/Playa del Carmen/Cozumel, 2) Varadero, Cuba, 3) Curazao, 4) Puerto Plata y 5) Punta Cana.  A pesar de que dos de nuestros polos turísticos todavía figuran entre los más baratos del Caribe, debe alarmar que nuestros dos principales competidores (México y Cuba) nos aventajan en materia del sensible factor de los precios. (Un boletín turístico reportó recientemente que en lo que va de año las reservaciones en los resorts dominicanos de lujo han aumentado en un 15% en relación al año pasado.) Sin duda se impone una investigación seria de parte de nuestros líderes turísticos acerca de las razones del desliz sufrido y sus consecuencias impositivas.

El cuadro siguiente, por otro lado, reporta las medidas de calidad de los destinos del Caribe para el 2016 por parte de una consultora en base a las evaluaciones de TripAdvisor y otras redes sociales (http://resonanceco.com/reports/2016-caribbean-tourism-quality-index/).  Aquí se recoge el favorable posicionamiento del país como el mejor destino del Caribe en base a las evaluaciones de ocho factores claves de los destinos.  Sin embargo, estamos entre los cinco peores destinos en materia de seguridad.  Y habrá de notarse que Cuba, uno de nuestros principales competidores, nos aventaja en el renglón de “Cultura”.  Cuba tiene ocho sitios declarados “Patrimonio de la Humanidad” y nosotros uno.

Ahora bien, esa relativa favorabilidad de nuestro destino en el Caribe debe temperarse con la posición que ocupamos en competitividad a nivel mundial.  En el ranking que hizo recientemente el Foro Económico Mundial sobre la competitividad turística de 136 países, la RD fue ubicada en el puesto 76, detrás de competidores regionales tales como Panamá, Costa Rica, Barbados, Colombia, Jamaica y Trinidad y Tobago. Obviamente, esto indica que no podemos ufanarnos tanto por el sencillo hecho de que el flujo de extranjeros este creciendo robustamente.

Las razones por las cuales somos aventajados por esos competidores cercanos nos lo brinda el Foro en un detallado análisis de las 14 variables que evalúan para posicionar a los países.  El cuadro nos muestra que tenemos varias importantes falencias.  El CREES examino el cuadro y saco las siguientes conclusiones, las cuales parecen muy ciertas:  “A pesar del dinamismo del sector, como refleja el índice, el clima para las inversiones es desfavorable si se lo compara con otros países de la región y el mundo. Debilidades en cuanto a la seguridad jurídica y altos costos de permisología estarían perjudicando la creación de nuevas inversiones y la expansión de las ya existentes. Se debe garantizar un marco institucional eficiente que proteja los derechos de propiedad y propicie el trabajo, el ahorro y la inversión.

Para apuntalar la competitividad y el crecimiento económico se requieren mejoras en el clima de negocios, lo que debe ser una prioridad desde el punto de vista institucional y de políticas públicas. Mayor gasto público en el sector turístico, como ha ocurrido en los últimos años, no necesariamente garantiza  un mejor desempeño de la industria turística. La República Dominicana necesita impulsar reformas estructurales a nivel político, jurídico y económico que brinden confianza y certidumbre sobre el futuro, que a la vez soporten la seguridad jurídica necesaria.”

Es decir, el país tiene una agenda de mejoras que es necesario abordar con diligencia y trabajo.  No es conveniente que nuestras autoridades vivan propalando buenas noticias cuando la competencia acecha peligrosamente.  ¡Manos a la obra!