Si juzgáramos por los reportes de las autoridades y de algunos líderes sectoriales, nuestra industria turística va “viento en popa”.  Y es que algunos datos claves de su desempeño en los últimos anos no podrían ser más halagüeños.  Sin embargo, cuando se revisan análisis provenientes de algunas evaluaciones internacionales, las perspectivas de nuestra industria parecen amenazadas.  Es por tanto deseable que las autoridades también concienticen acerca de esas amenazas. Todavía la industria tiene desafíos por delante que aconsejan afanarnos para mantener la competitividad.

Fuente: Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes, “La Industria del Turismo: Prosperidad, Inclusión y Sostenibilidad”, 2017

No cabe duda de que estos indicadores sugieren no solo un crecimiento saludable sino una especie de bonanza.  El cuadro que se muestra a continuación confirma que el flujo turístico no ha dejado de crecer desde que cayera en un 10%  por primera vez en 1991 como consecuencia de la Guerra del Golfo. El pasado año el volumen de visitantes no residentes (extranjeros y dominicanos) creció un respetable 6.4%, lo que significó un aumento de 359,488 visitantes adicionales, de los cuales un 83.3% fueron extranjeros.  Además, en el 2016 la tasa de ocupación hotelera creció un 3.3% para un impresionante promedio sin precedentes de 78%. Los indicadores que se presentan a continuación atestiguan el excelente desempeño de los últimos dos años.

Fuente: Rendición de Cuentas 2016 del Ministerio de Turismo (2017)

Al comparar el incremento del flujo de visitantes de vía aérea en el 2016 con el de nuestros competidores del Caribe y America Central, no cabe duda de que el de nuestro país fue superior.  (El impresionante salto en las llegadas de “cruceristas” se debió al comienzo de las operaciones de Carnival Cruises en Puerto Plata.)  En términos relativos, solo Cuba y Costa Rica lograron crecer más que nosotros el pasado año, pero en el caso de Cuba eso es entendible por el impacto sobre los viajes de los norteamericanos que ha tenido el restablecimiento de relaciones diplomáticas con EEUU. De cualquier modo, en ambos casos la base estadística es mucho menor a la nuestra y las adiciones en números absolutos palidecen frente a lo alcanzado por nosotros.

*El asterisco indica que son datos del 2015, los últimos disponibles en los múltiples sitios de la web consultados.

Sin embargo, Cuba y Costa Rica están representando una formidable competencia en cuanto a la captación de nuevas inversiones.  Aunque la RD capto el pasado año unos US$750 millones en nueva inversión turística, las noticias respecto a esos dos competidores “meten miedo”.
En 2016, Cuba recibió a unos 284.937 estadounidenses, cifra que representó un aumento del 74 % en comparación con el año anterior, según datos oficiales.  Eso indica que, a menos que el Presidente Trump interrumpa ese grandioso crecimiento, las perspectivas del flujo estadounidense atraerán inversiones de Norteamérica para competir con las europeas que hoy dominan su hotelería.

En Costa Rica, por otro lado, se acaba de anunciar un proyecto ecoturístico que representara más de un billón de dólares de inversión, algo que todavía nosotros nunca hemos logrado.  Por otro lado, ya varias de las cadenas hoteleras españolas han sentado sus reales en varios países de Centroamérica –siendo Costa Rica y Nicaragua los más favorecidos—y la región por completo se ha embarcado en un esfuerzo regional para captar más inversiones y hacer del turismo una herramienta de desarrollo.

Respecto al Caribe mexicano, nuestro principal y más formidable competidor, especialmente en lo relativo al mercado de EEUU, se puede decir lo mismo.  Ya el Estado de Quintana Roo ofrece un inventario de más de 90,000 habitaciones hoteleras y, para el 2015, recibía casi 15 millones de turistas.  Las noticias de los boletines turísticos dan cuenta de que la planta hotelera de Cancún y Riviera Maya continúan creciendo, aunque a un ritmo más pausado.  Esos dos destinos nos superan por mucho tanto en relación al tamaño de la planta hotelera como al volumen de visitantes recibidos.  A pesar de los episodios aislados de violencia que han afectado a esos destinos, la afluencia de visitantes extranjeros durante Semana Santa batió records.

En función de lo anterior, resulta conveniente que nuestras autoridades  y los líderes privados del sector no se ufanen demasiado y aceleren el paso para enfrentar nuestra competencia.  De hecho la excesiva jactancia hace más daño que bien a la salud del sector.  Es preciso equilibrar las buenas noticias con señalamientos frecuentes de las cosas a mejorar y en la entrega siguiente se presentaran otras razones por las cuales esa deba ser la actitud del liderazgo sectorial.