(Gracias al Dr. Willians de Jesús Salvador por su valiosa y oportuna colaboración).
Ya el país ha alcanzado una cobertura del 98,2 % de afiliados al Seguro Familiar de Salud, 10,431 millones de personas a noviembre del año 2022. Este logro forma parte de la reforma y modernización del sector salud declarada de alto interés nacional por el presidente Luis Abinader mediante decreto 284-21.
En esa dirección, el país debe contar con hospitales modernos, competitivos y auto gestionables. Su autonomía es indispensable para elevar su capacidad resolutiva y garantizar la entrega de servicios integrales, oportunos y de calidad a la población, especialmente a las familias más pobres y vulnerables.
El papel del hospital moderno no es solo curativo; modernamente es considerado una empresa pública social que se dedica a prestar servicios integrales, con la debida articulación y coordinación del primer nivel de salud (PNS), mediante la referencia y contra referencia de los pacientes.
A pesar de la amplia red pública de salud, y de las prioridades de las leyes 42-01, 87-01 y la Ley 123-15, todavía hace falta un mayor esfuerzo para construir un modelo de atención integral y sostenible, por niveles de complejidad, dotado de una capacidad resolutiva mayor, constante y oportuna.
El gran reto del país es iniciar las reformas estructurales del sistema nacional de salud con visión futura, mediante un esfuerzo conjunto, público y privado, técnico, financiero y gerencial para elevar los indicadores de salud de acuerdo al nivel del crecimiento sostenido de la economía nacional.
La sostenibilidad de un sistema de salud universal, solidario, obligatorio y plural necesariamente requiere elevar los niveles de eficiencia y eficacia para satisfacer las necesidades esenciales de la población, en promoción de la salud, prevención de las enfermedades, curación y rehabilitación.
Dado que el presupuesto público en salud es muy bajo y que todavía el gasto familiar de bolsillo es muy alto, el Estado dominicano deberá incrementar, de manera gradual y progresiva, la asignación para salud y al mismo tiempo mejorar la eficiencia en el gasto y en la contratación de los recursos humanos.
Para elevar la oportunidad y satisfacción en la entrega de la atención médica resulta imprescindible mejorar los servicios locales de salud, porque es ahí donde la población acude y demanda la atención que necesita. De ahí la prioridad de una articulación funcional entre las UNAPS y los hospitales locales.
Es necesario partir de los diagnósticos más recientes sobre la cantidad, ubicación y dotación de recursos de las Unidades de Atención Primaria de Salud (UNAPS), a fin de fortalecerlas y darles el apoyo permanente para elevar su operatividad y capacidad de respuesta a las demandas primarias de la población.
Dado que las UNAPS bien dotadas absorben y resuelven alrededor del 80% de la demanda general de servicios de salud, el MSP deberá identificar y priorizar los nuevos centros de salud del segundo y tercer nivel de atención, a fin de maximizar la inversión y los servicios, de acuerdo al perfil epidemiológico de la población.
La experiencia demuestra que tan importante es aumentar el presupuesto público para salud como asegurar que tanto su asignación como la contratación de los recursos humanos garanticen el logro de los objetivos y metas nacionales de mayor cobertura y satisfacción de la población.
Estos tres grandes cambios, graduales y progresivos, no solo constituyen la base para posicionar a la red pública de salud en el lugar que le corresponde, sino, además, para revertir el proceso de privatización de la salud y, consecuentemente, reducir el gasto de bolsillo de las familias dominicanas.