Este acreditado periódico Acento es el espacio ideal para promover las siguientes valoraciones. Nos ocupa suscitar el análisis entre concurrencias y diferencias entre plan estratégico nacional de salud (PLANDES 2030) que actualmente se desarrolla y el denominado plan decenal estrictamente de salud y enfermedad, cómo se estaba formulando antes. Metodológicamente son diferentes.

 

El primero es holístico e integral. Incluye gobierno, sociedad civil y sector privado. Asimismo estrategias de inclusión, gobernabilidad, financiamiento y gestión ambiental. El segundo era un programa de intervención en salud de acuerdo a una “Carta de Prioridades” con magnitud, severidad, vulnerabilidad y factibilidad, como criterios para actuar sobre un grupo de enfermedades.

 

El plan estratégico de salud no solo es para actuar “sobre enfermedades y su carga”. Es para intervenir el sector y sistema de salud en su conjunto. Lo que está en crisis no son las “enfermedades”, si no el sistema caótico, excluyente y privatizante con dinero “ocioso” que no se invierte en salud, sino en rentabilidades.

 

No sólo es ponderación de “criterios de magnitud, severidad y vulnerabilidad” para las 30 primeras causas de carga de enfermedad. Menos aun, para priorizar 30 primeras causas de carga de enfermedad. Porque para que nos servirá priorizar, sin la propia gobernabilidad o la gobernanza preparada. Peor aun, sin la economía oportuna y la gestión ambiental sostenible.

 

Sabemos que el PLANDES 2030 aparece en una coyuntura histórica se caracteriza por una fase que ha sido denominada por Naciones Unidas como Antropoceno. Un periodo en el cual el hombre y sus clases sociales serán mas predominantes sobre la naturaleza.  La consideración del momento de predominio de factores de agresión al medio ambiente, que precipitan el cambio climático y generan nuevos microorganismos productores de pandemias, es otra de las categorías claves del PLANDES.

 

En este orden, este plan estratégico nacional de salud 2030 será resultado de la gestión del gobierno y el Ministerio de Salud unidos o mejor en alianza de acciones comunes con sociedad civil y sector privado.

 

Conforme al mandato constitucional contenido en el  artículo 242. También, a la Estrategia Nacional 2030, el Sistema Nacional de Planificación e Inversión Pública y los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) son sustantivos para el PLANDES.

 

El plan plurianual es referente para este plan estratégico nacional de salud 2030. Para instituir prioridades, objetivos, metas y requerimientos de recursos para proyectos prioritarios del Ministerio de Salud Pública y del sector salud. El plan estratégico nacional de salud está siendo formulado teniendo como norte los ODS. Se sugirió que este plan estratégico se extienda del 2022-2030, para hacer coincidir, el ritmo del sector salud con la estrategia nacional de desarrollo 2030, (Ley 1-12). Asimismo darle coherencia, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

Hasta ahora los planes decenales de salud formulados, no han tenido el sentido incluyente que tendrá al nuevo plan estratégico decenal de salud 2030. Estamos en la construcción y formulación de una visión común. En compilar verdaderos sueños esperados para la salud individual y colectiva de los dominicanos. Asimismo, el PLANDES 2030 aunque está facilitado por especialistas en planificación estratégica, está impulsado por cuatro comisiones técnicas con más de 160 organizaciones de todo tipo.

 

Si se hace una gestión de gobernabilidad en la formulación del plan estratégico decenal salud 2030, debieran enfocarse dos disposiciones. Primero, la ley general de salud 42-01 que requiere un ajuste para darle capacidad rectora al ministerio. Debiera pensarse además en volver al puerto de origen, modificando la ley 123-15 y el decreto 379-14 que separó innecesariamente las funciones de rectoría y servicios.

 

Separar las funciones de provisión de servicios de salud, de las de rectoría y salud colectiva; en el contexto de la pandemia Covid-19, se evidenció insuficiente. La misma dispersión se observa en la gestión de los promotores, unidades de atención primaria, el rol del primer nivel de atención y las labores de higiene de los alimentos, fármacos y salud ambiental, tan fundamentales en estos momentos.

 

El plan estratégico de salud 2030, es “estratégico” porque será más que un documento para embestir enfermedades desde los libreros y estantes, es una autentica brújula de ruta del ministro, viceministros, directores generales, regionales y provinciales. También de los directores de hospitales, unidades de segundo y primer nivel de atención.  Igualmente del sector privado y la sociedad civil.

 

Será convertido en guía oficial de desarrollo; institucionalizada por decreto presidencial. Asegurará cuatro pilares: i) inclusión social sectorial; ii) ordenamiento espacial, territorial y calidad de la red pública y privada; iii) gobernabilidad y gobernanza; desde el primer nivel hasta el tercer nivel de atención; desde la rectoría hasta la salud colectiva; y iv) la economía, financiamiento  y las cuentas nacionales de salud.

 

Para el PLANDES 2030, la inclusión social es la promoción y garantía de acceso, incorporación y cobertura equitativa de las diversas poblaciones, especialmente de los más excluidos al acceso universal y la oferta de diversas oportunidades de atención, vía la prestación de servicios de calidad para superar las brechas existentes. Se entiende asimismo por la reducción y superación de las desigualdades de acceso a condiciones de vida que favorecen y promueven la salud.  Proceso que reduce diferencias innecesarias, evitables, incorrectas e injustas.

 

En el proceso de formulación e implantación del PLANDES, la gobernabilidad y rectoría, es la articulación, cohesión y concurrencia de todos los sectores representativos de organizaciones, fuerzas y grupos públicos, privados y comunitarios para favorecer la implementación de políticas públicas, regulaciones, sistemas de gestión y servicios de salud que facilitan a todos los sectores sociales de la Nación, el pleno ejercicio del derecho a la salud.

 

En la planificación estratégica de la salud, la economía y finanzas de salud son la dinámica de suministro y requerimiento de recursos financieros, así como su distribución y balance en el sistema de salud, valora la efectividad y la eficiencia de las entidades que suministran, aseguran y regulan los servicios. Es un pilar que también analiza la producción de servicios; los costos de los programas y sus impactos en los Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD), así como el gasto de los hogares y la producción privada de servicios financiados vía el seguro familiar de salud y el pago directo de los hogares.

 

Finalmente, para el PLANDES, el ambiente y el riesgo, son los efectos y resultados sobre la salud, de las dinámicas y contradicciones del consumo, procesamiento y destino final de los insumos, energías y materias que entran al medio natural y al medio construido de la sociedad, así como las diversas formas de cómo éstos se producen como bienes y servicios, midiendo cómo finalmente se disponen y reusan. Asimismo valora las capacidades y oportunidades para generar resultados resilientes en la sostenibilidad ambiental de la salud; en la equidad sanitaria-espacial y en los asentamientos humanos saludables.