Cuando se habla de seguridad alimentaria tanto a nivel mundial como de algún país en particular, a lo que se refiere es a una cantidad de alimentos suficientes y estables, tanto desde el punto de vista de acceso oportuno y el aprovechamiento desde el punto de vista biológico.

Desde el punto de vista de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “La seguridad alimentaria viene siendo el acceso a los alimentos, cuyo acceso puede ser económico, físico o cultural, existiendo diferentes posibilidades para favorecer el acceso a los alimentos, siendo estos; el empleo, el intercambio de servicios, el trueque, crédito, remesas, vínculos de apoyo familiar, o comunitario existentes”.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aprobada en la asamblea de septiembre del año 2015, se establece como objetivo número 2: “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.

Faltando 7 años para que los países cumplan con los ODS particularmente el número 2 que trata sobre el hambre y la crisis alimentaria, según un informe de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAC) y en coordinación con otros organismos de ONU, en el año 2022 el número de personas con necesidades de alimentos aumentó por cuarto año consecutivo en ese año llegando a 258 millones de personas de 58 países, de los cuales en América Latina y el caribe existen 17.8 millones personas en situación de inseguridad alimentaria.

 

Para el caso de la Republica Dominicana se sitúa la cantidad de personas con carencias alimenticias en más de un millón de personas y la GNAC le atribuye este aumento, en nuestro país, a la subida de los precios de los bienes sobre todo alimenticios entre el año 2021 y el 2022, que afectó los ingresos reales y que redujo la posibilidad que las personas, sobre todo de bajos ingresos, pudieran adquirir los productos que le permitan satisfacer sus necesidades alimenticias.

Solo entre octubre del año 2022 y febrero del presente año 2023 la GNAC cifra en 1.4 millones de dominicanos que han sufrido de inseguridad alimentaria y de esos 142,000 en estado de emergencia, sobre todo en las provincias Bahoruco, Elías Piña, La Altagracia, Monte Plata, Pedernales y San Juan. Esta situación se ha dado no obstante que el actual gobierno anunció con bobos y platillo que duplicaba el aporte que proporcionaba el programa Solidaridad y que en este gobierno de Luis Abinader se le cambió el nombre por Supérate.

Ciertamente el gobierno aumento en el año 2021 el aporte del programa supérate de RD$850 a RD$1,650, pero resulta que la canasta familiar aumentó año 2021 en RD$2,780.63 y en el año 2022 un aumento de RD$2,662.81, por lo que este aumento de la ayuda de del Estado a los más pobres se borró de golpe y porrazo por los aumentos de los precios. Pero los aumentos en el nivel de precios de todos los alimentos y otros bienes de consumo, ha afectado a todos los dominicanos tanto a los pobres como a los de clase media.

Toda esta situación ha llevado a que la Republica Dominicana en los últimos dos años pasó a ocupa el quinto lugar en la Región de América Latina, dentro de los países que se consideran con mayor nivel de inseguridad alimentaria. Este panorama debe movernos a preocupación y evidencia que las políticas para frenar el aumento de los precios de los alimentos y de los bienes de consumo en general, no han producido los efectos deseados para frenar el deterioro del poder adquisitivo de la población dominicana, sobre todo del segmento de la población más vulnerable.