Al enfocar este tema, vamos a hacerlo desde diversos puntos de vista. De alguna forma, toda persona desearía ser atractiva, para esos fines, se esfuerza por acercarse a la imagen que entiende que causará mejor impresión. Lo anterior explica el éxito de: la cirugía plástica, la industria de la moda, los cosméticos, los asesores de imágenes, los artículos de lujo, las fotos retocadas, etc. Como vemos, todo se centra en la apariencia personal.

La necesidad de atraer puede ser consecuencia de nuestra sexualidad, comunicación, búsqueda de aceptación, entre otras cosas. Pero incluso algunos que se muestran de forma estrafalaria o grotesca, intentan atraer la atención. Evidentemente, una persona con trastornos mentales puede presentar incoherencias en sus palabras, conductas y, por consiguiente, también en su aspecto.

Es importante resaltar que nuestra imagen corporal es parte de nuestra comunicación. Si me visto y me comporto en forma muy diferente a lo que se espera en mis circunstancias, evidentemente quiero distanciarme o romper con mi realidad, lo que podría ser para asumir una postura diferente o para no alinearme con ninguna.

Puedes mostrarte socialmente como quieras, pero sin olvidar que tu imagen dice lo que esperas de los demás. Quien va a buscar trabajo a un banco, pero va despeinado, en pantalones cortos y chancletas, difícilmente lo conseguirá. Quien busca pareja, normalmente muestra un rostro simpático y una conversación agradable. El inmigrante que rechaza la cultura del país al que se mudó, no debería protestar si no lo aceptan.

Las personas que disfrutarán acercándose a ti, son las que encuentren grata tu presencia y trato. Dale Carnegie, en su famoso libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, señala que si deseas miel, darle patadas a un panal de abejas no es la mejor forma de conseguirla, lo que quiere decir: que si esperas algo de una persona, hacerla sentir mal, nunca será la mejor vía, al menos en una relación sana.

Siendo una persona desagradable, inmoral, agresiva, vulgar y cualquier otra cosa negativa, también se podría atraer a alguien, y tal vez incluso a una gran cantidad de personas, pero la clase de personas que se atraerían, no son las que convendría tener cerca.

Somos como radios emisores y receptores, decidimos en que frecuencia mantenernos nuestra comunicación y normalmente, estaremos en relación con los elementos propios de la frecuencia seleccionada. La ley del karma, de Causa-Efecto o los castigos divinos, son las consecuencias lógicas de nuestras palabras, actuaciones, tipo de relaciones humanas, así como nuestro grado de respeto, tanto hacia la realidad tangible como a la trascendente. La tolerancia a lo que los demás consideren sagrado, ya sea que concuerdes en esa consideración o no, es un elemento muy importante para ser aceptado.

Alguien antisocial y violento, resulta atractivo para individuos similares a él, que lo buscarán para juntos realizar fechorías; pero ese tipo de socios normalmente tiene fuerte tendencias a traicionarse, por tener escasos valores. Los peores enemigos de los mafiosos suelen ser antiguos socios de los que habían sido casi hermanos.

La Luna no es la única que tiene una parte obscura, tú también la tienes, pero tuya es la decisión de qué parte de ti es la que vas a proyectar. Si decides identificar tus mejores cualidades, desarrollarlas y compartirlas, el tipo de personas que se te acerque será afín a esos valores, al igual que la forma de vida que compartirían. A veces creemos que solamente con aparentar que tenemos buenos valores es suficiente, pudiendo ser cierto momentáneamente, pero a la larga, la verdad se impone, en verdad los logros por apariencias son muy limitados.

Para formar pareja, quien se te acerca, es quien supone que tendrá contigo una vida muy agradable, creyendo que recibirá afecto, buen trato y ayuda en el proyecto de vida que compartirían. Ciertamente, algunas personas trastornadas serán capaces de unirse a quien saben que las maltratarán o que ellas maltratarán, pero el resultado usualmente será una relación tóxica y a veces con desenlaces muy lamentables.

Es necesario que seamos atractivos también para el dinero, y lo somos, cuando somos capaces de aportar algo que los demás consideran valioso, cuando logramos conectar y responder a alguna necesidad de otras personas. Conviene recordar que el dinero es un medio y no un fin, debe ayudarnos a tener una vida agradable, pero nunca debemos renunciar a nuestra vida para convertirnos en esclavos de él. Atraer mucho dinero no garantiza que seas una persona valiosa ni feliz, aunque los demás podrían no atreverse a señalarte tus deficiencias.

Si queremos ser más atractivos, tenemos que agradarnos a nosotros mismos. Cuando no nos aceptamos, hacemos más difícil que otros nos acepten. No importa que seas una celebridad, limitarte exclusivamente a conversar sobre tu vida, no es tan atrayente para los demás como crees. Una de las formas más sencillas de atraer a una persona es mirarla a los ojos y sonreírle.