El pánico ha regresado a la población mundial, no solo por el incremento de contagio de la COVID-19, sino por la diversidad de sus variantes que están provocando que millones de personas hayan enfermado por esta causa.

Un problema de salud global desde la aparición del virus de la COVID-19, a finales de 2019.

A través de la aplicación de vacunas contra la pandemia, los gobiernos de todos los países luchan junto a sus instituciones sanitarias en busca de tratar de reducir el número de hospitalizaciones y muertes de sus ciudadanos.

Trabajan sin descanso, de acuerdo a sus posibilidades, para minimizar el impacto negativo en sus economías que genera desde hace más de dos años la presencia de la COVID-19 y sus variantes.

El presidente Luis Abinader, gobernante de un país empobrecido por la corrupción administrativa de pasados gobiernos, intenta levantar la economía tras la crisis que ha provocado la presencia de la pandemia y otros males heredados.

Mientras, el expresidente Leonel Fernández tuvo la suerte de gobernar la nación durante 12 años en mejores situaciones económicas y de salubridad, pero lo hizo favoreciendo a un grupo elitista a su imagen y semejanza.

Luego de dar positivo a la COVID-19, pretende el exmandatario acusar al gobierno de Luis Abinader de ser negligente y deficiente en cuanto a evitar el aumento del contagio del virus en el país.

Sorprende que Fernández, hombre bien informado y actualizado sobre la presencia de la pandemia en el mundo, acuse al gobierno de “ser indiferente” ante el nuevo brote en República Dominicana, solo por haberse contagiado.

Lo bueno de la COVID-19 es que no discrimina reyes ni plebeyos, ni ricos y pobres. Cualquier ciudadano del mundo puede ser contagiado por el SARS-CoV-2, o por una de sus variantes delta, ómicron,  flurona o deltacrom, sin importar si estás vacunado o no.

Ahora que conoce los efectos y malestares del virus, debería aprovechar esos amargos conocimientos para dar charlas a sus seguidores sobre cómo protegerse y no aprovecharse del tema para iniciar una campaña política contra el gobierno.

Bien haría Fernández en contactar a sus amigos políticos internacionales para que ayuden, si no lo han hecho, facilitando camas, guantes, jeringuillas e insumos para los hospitales dominicanos y proteger con eso al pueblo y al heroico personal de salud que ahora tanto le preocupa.

Fernández y los dirigentes de su partido Fuerza del Pueblo tienen conocimiento de que en Israel se registró el primer caso del virus Flurona, una combinación de gripe y COVID al mismo tiempo.

Además, que en Francia las autoridades revelaron haber descubierto en la comuna de Forcalquier, departamento de los Alpes de Alta Provenza, otra mutación identificada como el B.1.640.2.

Saben muy bien que las diversas vacunas antivirales elaboradas contra la COVID-19 han logrado evitar la muerte en un alto porcentaje de contagiados, y que estas no evitan que el virus y las mutaciones contagien a los que ya están inmunizados.

Delta y ómicron fueron las primeras variantes del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. Millones de vacunados se han infectados con estas variantes.

El incremento de contagio en República Dominicana no es único. En los Estados Unidos, donde se utiliza la reconocida efectividad de las vacunas Pfizer, Moderna y Johnson and Johnson, las hospitalizaciones alcanzan un nivel nunca visto.

Un promedio de 750,000 nuevos casos de COVID por día, siendo ómicron el causante principal del 98% de los reportados, de los cuales un poco mas de 141 mil norteamericanos permanecen bajo observación médica en diversos hospitales, según el último reporte del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Muchos son los que no aceptan la realidad de que las vacunas contra la COVID y sus mutantes son la forma más segura de sobrevivir a un contagio. Sin embargo, la recomiendan tras salir con vida de un hospital por culpa del virus.

Caleb Wallace, de 30 años, líder del movimiento antimáscaras en Texas, murió el año pasado de COVID luego de tres semanas en cuidados intensivos. Fue el creador de los Defensores de la Libertad de San Ángelo, grupo que se oponía a los protocolos de protección contra la pandemia.

Entendemos que el ex presidente Fernández, en su interés de volver al poder en el 2024, debe hacer oposición al gobierno de Abinader. Pero así no, Leonel. Busque otro argumento.

En República Dominicana, la COVID y su variante ómicron, junto al virus de la influenza, están haciendo estragos en la población a nivel nacional. Y eso, no es culpa del gobierno. Es un problema mundial.