Una pequeña fracción de humanos son reconocidos como asesinos, pero la mayoría se considera no serlo, ¿será eso cierto? Este tema podría no parecernos agradable, pero es necesario revisarlo.
Frente a la guerra de Rusia-Ucrania, casi todo el mundo (excepto los rusos) consideran que es un acto de agresividad injustificada. Podríamos creer en estos momentos, que los rusos son gente extraña, agresiva y hasta asesinos, pero hay que recordar que las potencias actuales deben su poder a que en algún momento fueron invasoras, pero han comprendido que el comercio internacional es más conveniente que la guerra. Los ucranianos están dispuestos a morir antes que rendirse y ciertamente están teniendo pérdidas incalculables. Por otro lado, la comunidad internacional desea que los rusos simplemente se retiren, lo que supondría que se colocaran en una posición peor que antes de iniciar el conflicto. Tememos a una guerra nuclear, pero como los ucranianos se ven acorralados anhelan la escalada a una guerra mundial y si los rusos son vencidos, tienen dos opciones: simplemente aceptar su derrota o desencadenar una guerra nuclear en que todos perderíamos (tienen el mayor arsenal nuclear del mundo). Muchos confían en la sensatez del gobierno ruso. En una guerra nuclear no hay botín de guerra, por lo que si se optara por emplear bombas atómicas no sería por ambición sino por desesperación, por lo que esperamos que nadie llegue al límite de su resistencia.
Conviene situarse en la posición de los rusos para tratar de entenderlos (en un conflicto es preciso comprender a ambas partes). Que todos perdamos, evidentemente no puede ser la opción, el plan de los miembros del G-7 parece simple: afectar indirectamente a Rusia (para tratar de evitar ser afectados por esa guerra), pero si no somos capaces de lograr una fórmula en que tanto Rusia, como Ucrania y el resto del mundo salgamos ganadores, no habrá una paz sostenible. Ya no es posible mantener la paz mientras perjudicas a alguna parte de la población mundial. Seguimos creyendo que la guerra es necesaria, por eso gastamos tanto en armas.
La fórmula ganador-ganador es la única posible para evitar que nuestra especie se extinga, cuando pensamos correctamente nos damos cuenta de que es así, pero nuestros bajos instintos y emociones, nos impulsan a conductas animales camuflajeadas.
Tú y yo seguramente creemos ser inocentes, después de todo no somos rusos o ucranianos. Pero indirectamente colaboramos en el conflicto y si estuviéramos en esa guerra, tal vez seríamos peores. Parece exagerado, pero vamos a analizarlo.
Un sacerdote podría decir: por mi fe me dejaría crucificar, pero si alguien agrede a mi madre lo mataría. Una señora podría decir: si alguien viola a mi niña lo mato, aunque sea lo último que haga. Un ciudadano cualquiera: si alguien golpea a mi esposa, le dispararía sin dudar. Un soldado: mataría por mi país. ¿Y tú? ¿Has analizado en qué condiciones matarías? Estos ejemplos ilustran que no somos asesinos porque tenemos condiciones de vida convenientes, simplemente hemos tenido suerte. Evidentemente, existen antisociales que, sin tener razones consideradas aceptables, serían capaces de matar, y psicóticos que podrían hacerlo por gusto.
Hay formas discretas o graduales de matar. Sólo si aprendes a relacionarte honestamente con los demás, sin traiciones ni injusticias, respetando sus derechos, propagarías vida y no muerte. Cuando siembras dolor, la cosecha nunca es buena. Incluso una pequeña vela que enciendas en la obscuridad contribuye a aumentar la luz del Mundo.
Los animales depredadores subsisten matando a otros animales para alimentarse y algunos humanos también son depredadores en la sociedad. Necesitamos superar esa forma de relacionarnos, porque solamente si sustituimos competir y arrebatar, por compartir, podría sobrevivir la humanidad.
Si eres capaz de: reconocer cuando tu hermano está triste, cuando llora o ríe, saber que también tiene sueños o ilusiones, aceptar la mano que te extiende, reconocer que también quiere vivir y lo mucho que se parece a ti, si puedes reconocerlo, podrías seguir evolucionando con nuestra especie, porque nuestros avances siempre han sido en equipo.
Si quitas a los demás lo que les pertenece, debes saber que: las armas, barreras, ejércitos, leyes injustas, no serán suficientes para que vivas en paz y armonía. No has comprendido que ni Dios será tan estricto contigo como tu propia conciencia, siendo una ilusión creer que podemos engañarnos a nosotros mismos. Sería conveniente que analizáramos por qué la mayoría de los asesinos sueña con que sus hijos no sean asesinos.
No te engañes, sacrificar personas para mantener lujos no permite una verdadera calidad de vida. Existen muchas formas de vender el alma al diablo.
Escoge ser feliz, te ayudará a mantener la paz interior cuando te encuentres con aquellos que salen a la calle buscando pretextos para vomitar el infierno que llevan dentro.
Hace dos mil años se nos dijo que debíamos aprender a devolver bien por mal y solamente cuando lo hayamos realmente aprendido, dejaremos de ser asesinos en potencia.