El cambio climático, que es el resultado de varios factores ocurriendo simultáneamente, tales como, la contaminación ambiental, la deforestación, la extracción de arena y piedras de ríos y arroyos, los fuegos forestales espontáneos y provocados, el uso de suelos montañosos para la cría de ganado después de eliminar los árboles, y el aumento de la población, está provocando una disminución del caudal de los ríos y la desaparición de arroyos. También ha reducido la capacidad de almacenamiento de las presas por la acumulación de sedimentos no removidos oportunamente.
Esta disminución del recurso agua ha obligado a las autoridades, desde hace varias décadas, a recurrir al racionamiento, lo que está afectando a todos los sectores, pero particularmente a las familias de menores ingresos. Si la disponibilidad de agua continúa disminuyendo y la población aumentando, en menos de veinte años estaremos enfrentando una crisis social, y sus consecuencias políticas y económicas. El agua, un recurso que no tiene sustituto, será dentro de poco tiempo, cada vez más importante.
Sin agua la vida es imposible. Si nos descuidamos y no protegemos las fuentes de agua, ni hacemos las inversiones para asegurar su disponibilidad en el largo plazo, podríamos, como último recurso, desalinizar el agua de mar y almacenar el agua lluvia, para luego, mediante procesos industriales, hacerlas potables. Pero lograrlo sería tan costoso que el recurso continuaría siendo escaso y caro, lo que contribuiría a aumentar las diferencias socio económicas entre nuestra población, que terminarán elevando las presiones sociales al gobierno, pues el agua ha sido un recurso, que por muchos años , la gente lo consideró gratis, y, lamentablemente, las autoridades no incluyeron oportunamente, en sus planes de largo plazo, como asegurar su suministro de manera permanente.
En estos momentos, todavía la situación es manejable. Pero, ¿cómo será dentro de veinte años, con una demanda mucho mayor, y con más contaminación, sino empezamos a enfrentar el problema con resultados positivos?
Desde hace años, en las ciudades, los constructores de los grandes edificios, tanto de apartamentos como para fines comerciales, cavan pozos e instalan bombas para extraer agua subterránea. Pero la contaminación de las aguas subterráneas, por la ausencia de cloacas para la recolección y posterior tratamiento de los efluentes de edificios y viviendas, convierte esa práctica en un peligro potencial para la salud, si no se hace un monitoreo diario de la calidad de esas aguas.
El país necesita urgentemente un plan de largo plazo para enfrentar la amenaza de la escasez de agua potable, que incluya un componente importante de educación ciudadana, para evitar la contaminación de las aguas superficiales, de ríos y arroyos, y las subterráneas.
Durante muchos años, se necesitará de grandes inversiones de capital para recuperar la capacidad de almacenamiento de las presas, para aumentar el sistema de distribución de agua, también para eliminar las fugas en las tuberías, que alcanzan niveles muy altos, según los reportes de las autoridades de este sector. Además, para la construcción de cloacas y de sus respectivas plantas de tratamiento, para evitar la contaminación de las aguas subterráneas, en todas las ciudades. Así como para eliminar todos las acciones humanas que contribuyen al agotamiento del recurso agua, como señalamos en el primer párrafo, y para eliminar la contaminación de los ríos y arroyos.
Las inversiones que se requerirán para lograr satisfacer la creciente demanda de agua potable y para riego son enormes. Ahora bien, como el gobierno no cuenta actualmente con todos los recursos para emprender la enorme tarea de garantizar el agua a la población en el largo plazo, y el financiamiento externo, por todos los trámites y garantías que requiere, no puede garantizar el logro de ese objetivo, el gobierno tendrá que pensar en otras opciones para lograr la importante meta de asegurar el suministro de agua a la población dentro de veinte años.
Afortunadamente, pienso que hay una salida a este obstáculo financiero. Los recursos pueden muy bien provenir de los ingresos y ahorros que se pueden lograr en el sector eléctrico, que requiere endeudamiento público y enormes recursos del presupuesto para cubrir las pérdidas económicas de las empresas distribuidoras.
Mediante la decisión política de hacer cumplir la normativa vigente del sector eléctrico, que establece que estas empresas deben ser capitalizadas y administradas por el sector privado, así como la Central Punta Catalina, el gobierno recibiría, en un periodo relativamente corto, los recursos de capital necesarios para empezar la obra de asegurar el recurso agua potable a largo plazo.
Esta decisión política podría generarle al gobierno ingresos por varios miles de millones de dólares, como resultado de la capitalización, y después de este proceso, por un lado, el ahorro de más de mil quinientos millones de dólares cada año, que actualmente se destinan para cubrir las pérdidas de las distribuidoras, y por otro, ingresos por varios cientos de millones de dólares, de los impuestos a la renta de las empresas capitalizadas. Estos ingresos y ahorros pueden servir para financiar las obras que son necesarias para asegurar el abastecimiento de agua en el largo plazo.
Asegurar el suministro de agua potable a largo plazo, debe ser el objetivo más importante del gobierno en estos momentos. Sin agua no hay vida. Y su escasez generará problemas sociales y sanitarios en el mediano plazo, con sus terribles consecuencias políticas y económicas.