Entre 1969 y 1971  Paul Rudolph diseñó las Oriental Masonic Gardens, que fueron construidas por la Prince Hall Masons con el apoyo financiero, a nivel hipotecario del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos. Esta urbanización que consistía en 148 módulos construidos en más de 50 mil m2. Disponía las viviendas de cuatro en cuatro con un núcleo de servicios. Los módulos se montaban directamente en fábrica con las instalaciones de fontanería y electricidad ya listas.

Estos módulos que estaban hechos básicamente en madera solo duraron en uso unos 13 años sin que nunca fueran aceptadas como parte del paisaje urbano del lugar.

En 1970 la empresa española Dragados y Construcciones, propone para su comercialización un tipo de viviendas modulares ligeras denominadas Caracola. Estos prototipos estaban diseñados en módulos 3D así como con elementos panelizados. Las instalaciones propias de la vivienda ya se vendían listas para su acoplamiento con la red general en el lugar de emplazamiento. En un principio el solado se había propuesto en hormigón en los prototipos, pero luego fue sustituido, para mayor facilidad por un elemento de madera.

Los cerramientos estaban hechos con un tipo de panel sándwich formado por dos planchas (exterior e interior) de un mortero a base de resinas de poliéster, armado con fibra de vidrio, unidas por un trillaje nido de abeja, relleno de un material aislante a base de espumas de urea-formol.

En 1971, en Estados Unidos y en Japón se crean empresas para la fabricación de viviendas modulares. Mod-U-Kraf Homes es una filial de All American Homes y construye “Manufacturer Homes” y “Modular Homes”, en el primero, y Sekisui en el segundo.

En esta misma década de 1970 se sucedieron varios proyectos, concursos e iniciativas empresariales en los que se desarrollaron prototipos y modelos de edificaciones modulares o partes de las mismas. De estos, por su significación técnica y social, son destacables algunos de ellos como las Torres Nakagin y Sony de Kisho Kurokawa y la K House del mismo (1972), las Toyota Home, y la House 55, esta última como resultado de un concurso sobre viviendas eficientes en Japón.

En el caso de la Torre Nakagin, ejemplo del metabolismo japonés y que con ciertas influencias del proyecto Plug in City de Archigram, Kurokawa plantea un concepto de alojamiento turístico flexible para la zona de negocios de Tokio. La torre, cuenta con dos núcleos de instalaciones y circulación de hormigón como eje del edificio, al cual se conectan los módulos prefabricados de chapa de acero galvanizado reforzado, terminados con pintura antioxidante para su conservación.