La respuesta individual de la población ante la inseguridad ciudadana es la de portar armas de fuego que sustituyen las armas blancas. El porte de armas de fuego fortalece el círculo de violencia-delincuencia por varias razones como son:
- Símbolo de poder masculino. Las armas representan un símbolo de poder masculino. Niños y jóvenes desarrollan cierta “fascinación” por el porte de armas. Esta influencia del arma en las nuevas generaciones aumenta la atracción por las respuestas violentas como respuestas más “varoniles” y que imponen respeto.
- Incremento del riesgo en las personas más vulnerables. La presencia de armas de fuego en hogares y familias aumenta el riesgo de victimización de niños, niñas y mujeres en su interior. Muchas de las armas domesticas terminan usándose en los feminicidios y escenas de violencia de genero.
- Inhibe las formas pacificas de resolución de conflictos. La resolución de conflictos en las relaciones vecinales y de convivencia cotidiana por la via pacifica disminuye significativamente con la presencia de armas de fuego en las personas. El uso del dialogo va desapareciendo, convirtiéndose la violencia en una respuesta automática.
- Refuerza el círculo de miedo-violencia. Las personas que portan armas de fuego generan miedo hacia quienes le rodean. Ese miedo fortalece en ellas su agresividad y violencia. El miedo genera más violencia y más inseguridad en el entorno social.
- Aumento del atraco-robo hacia el arma. Las armas de fuego en hogares y familias las convierte en vulnerables al robo y atraco. Las armas de fuego son unos de los objetos con mayor atracción al robo. Esto así por su rápida colocación en el mercado ilegal de armas y en las redes de obtención de dinero fácil.
- Débil control del comercio ilegal de armas. La oferta de armas ilegales se produce en cualquier barrio, comunidad del país. Las armas calientes aparecen con facilidad, y las redes de venta y compra de armas son bastante activas.
- Fácil acceso de las armas para las redes delictivas. Las distintas redes delictivas y bandas tienen acceso a todo tipo de armas con facilidad por la permisividad existente alrededor del comercio de las mismas y por la existencia de tráfico ilegal.
Hace varios años que se viene discutiendo la regulación del porte de armas en el país y la necesidad del desarme de la población. Este proceso de desarme paulatino y de control debe estar acompañado de procesos educativos desde una perspectiva de educación popular a la población sobre los riesgos del uso de armas. Igualmente fomentar la confianza interpersonal en la convivencia cotidiana para aumentar la cohesión social y una cultura de paz.
Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY