El gran número de noticias que se han producido en torno al gasoducto ruso puede llevarnos a pensar que se ha armado una notable discusión desde el punto de vista estratégico, logístico y técnico. En algunos medios que he chequeado me informan que lo que ha ocurrido tiene a Europa en vilo. Se nos habla de la capacidad de abastecimiento de países como Noruega, lo que podría ser el quid del asunto.

Noruega tiene amplias facilidades y en verdad su gasoducto llega a Inglaterra, recorriendo de manera submarina miles de kilómetros. Unos llegan a la conclusión que otros omiten: se intentará buscar energía en cualquier país que la ofrezca, al costo que sea.

Como nos dicen algunos historiadores, luego de la Primera Guerra Mundial, la gente quería bailar, salir a la calle y fue cuando fructificó el Charleston y todo tipo de bailes. Ahí están los videos de gente bailando en diversos escenarios. Pero eso es después de la guerra. La gente saldrá a la calle de alguna manera, a ser libre. Esos bailes pueden ser vistos en video: provienen de tempranas épocas.

Cuando termina la Segunda Guerra Mundial, hay que reconstruir Europa. La pregunta que se cae de la mata: ¿la gente se refugió en el rock and roll? ¿Resucitaron algunas estrellas que le dieron otra característica al mundo?  De las raíces de la Segunda Guerra, nacen Bretton Woods y el Plan Marshall, que tenía como misión reconstruir Europa. La comunidad internacional se organiza y surgen, de alguna u otra forma, los organismos que hoy controlan el mundo o mejor dicho, que lo monitorean: el FMI, el Banco Mundial y la ONU. Pero hay muchos eventos que sería necesario destacar para referirse a una cronología. En algunos libros, estos eventos están cronometrados; confesamos que no hemos leído todos los libros –son miles–, pero sí algunos donde se nos narra lo que ocurrió tanto en la guerra como en la posguerra.

Una novela envidiable de la guerra, cómo negarlo, es Arde Paris? de Dominique Lapierre y Larry Collins, que muchos han leído y que sirve de recomendación para los cursos de periodistas. En 1966 se hizo una película con la dirección de Rene Clement y guión de Francis Ford Coppola, entre otros. Está claro que se trata de la liberación de París, narrada de manera vertiginosa por dos escritores preclaros. Cuando leí este libro en una biblioteca privada, por allá por la década de los noventas, me acuerdo que tuve que sentarme hasta el amanecer: debía terminar esta obra en la que Collins y Lapierre, con suma rapidez, tenían claro lo que decían: había una atención al detalle que te daba la impresión de estar en el lugar, como ya experimentarán otros novelistas sobre asuntos históricos.

Lo que ocurrió después de la guerra ha sido motivo de mucha tinta. Muchos historiadores se han ocupado del tema. Algunos tratan de la reconstrucción y el papel de algunos líderes y otros se van a las fuentes de todo y dan una radiografía económica de cómo quedó el mundo después del conflicto.

Se nos decía primeramente que el problema no era este invierno, sino el año que viene. Como saben muchos, Europa está en vilo en este momento aunque los datos nos dicen que hay un 63% de abastecimiento en el caso de Alemania, lo que le garantiza suficiente gas a esta nación para este invierno.

La partitura que se toca en estos momentos, es la de la incertidumbre. Italia ha dicho que contratara a Catar y a la República del Congo para que le suministre el gas que le falta. Vaya decisiones! Es ahora cuando estos gobernantes tendrán que usar la creatividad, a como dé lugar. En un meme que apareció en las redes, no tan amable, aparece Putin cerrando el grifo del gasoducto, preguntándole a Europa si ya consiguió leña.

De este lado del mar, estamos acostumbrados al frío y algunos, no resisten un poco de aire acondicionado. En las montañas nuestras, tenemos gente que prefiere estar allí a estar en el sol candente de Punta Cana. Hay que indicar algo: según nos dice Rusia, la suspensión del suministro se debe a un asunto de mantenimiento.

Como sabemos, el meme mencionado es un asunto de humor, un sarcasmo que alguno habrá inventado. Sin embargo, a algunos no les parecerá gracioso. Se han hecho cálculos bastante duros que tienen que ver con la cantidad de cohetes que tiene Rusia por cada cohete –me refiero a misiles de un alcance de 80 kilómetros–, que tiene Ucrania. Los militaristas tienen mucho que calcular en asuntos logísticos. Me parece que el asunto de los drones es otro tema. En la vasta noche ucraniana, estos artefactos eran una ayuda para la región del Donbass. No sabemos si las fuerzas rusas estan desmoralizadas, como se creyó en un primer momento.

En una entrevista realizada en México que leí hace años, el estratega militar Edward Luttwak decía que la guerra era un atractivo para ciertos jóvenes. Habrá que pensar que muchos se han enlistado en las fuerzas militares; también tenemos el ejemplo de jóvenes que han ido de otras partes, y se han enlistado en las fuerzas militares ucranianas, y se da el caso de que han encontrado la muerte, como han reportado algunos medios. Como quiera que sea, la guerra avanza y es justo que intentemos detectar los próximos pasos de un conflicto que hace tanto daño.

Habrá que preguntarse la reacción continental a la guerra, cómo nuestros países han reaccionado de manera política. Se entiende que es un problema que modifica las relaciones continentales, pero también es justo indicar que la mayoría de la población no está al tanto de lo que ocurre día a día, y por duro que suene, algunos prefieren oír una cierta música o seguir algún chisme. La vida debe continuar, sería el aserto. No podemos estar fijos en un problema que no causamos, es tan cierto como el dolor de las madres que ven a sus hijos pelear en una batalla complicada.

No sabemos si el mundo se desconectó de la guerra. Lo que sí sabemos es que se puede monitorear el asunto en las páginas web, intentando saber, por ejemplo, si la palabra Ucrania ha sido de las más solicitadas en los buscadores.