Varios de los ejemplos anteriormente citados, entre otros, más que marcar hitos y tendencias en este tipo de construcción- permiten hacer un estudio analítico sobre el tema energético y el confort de los usuarios. No siendo la eficiencia energética el objetivo primario de estos ejemplos, en cualquier caso sirven como paradigmas de un proceso evolutivo de optimización del quehacer constructivo.
En cualquier caso y aun no siendo el ahorro energético o la eficiencia energética, objetivos primordiales e históricamente planteados por la arquitectura industrializada, prefabricada, modular o modular ligera, sí que es cierto que en algunos de estos ejemplos encontramos puntos de origen para un desarrollo futuro en esta línea.
En tal sentido, se destacan dos ejemplos que sirven para reforzar el estudio de una arquitectura ligera e industrializada asociada a principios bioclimáticos como antesala de la eficiencia energética: Las Casas Tropicales de Jean Prouvé y la Casa Wichita de Richard Buckminster Fuller.
Ambos arquitectos, prácticamente contemporáneos (Jean Prouvé, 1901 y Richard Buckminster Fuller, 1895), plantearon objetivos parecidos en sus carreras profesionales, incluso tomando, en muchos aspectos, fuentes referenciales parecidas (la industria del automóvil, la aeronáutica); intentaron dotar al oficio de las ventajas que ya estaban más que comprobadas en estos campos de la ciencia y la tecnología sobre todo el tema de la optimización de los sistemas de cerramiento y la producción en serie.
Es en torno a esta propuesta de materiales, que hasta el momento no habían sido utilizados en la construcción a un nivel protagónico, y la aplicación de estrategias de diseño y soluciones bioclimáticas que ambos profesionales establecen una línea de acción proyectiva que les conduce a los proyectos objeto de análisis en esta tesis.
Los escenarios de posguerra (tanto en América como en Europa) sirvieron de motivación para realizar propuestas habitacionales que, optimizando materiales y tecnologías, sirvieran a una sociedad global que retornaba a la paz, con todas las necesidades propias del momento (y del mercado) histórico, combinadas con una industria que retornaba del servicio militar, pero con toda su maquinaria operativa.
Jean Prouvé nace en París en el año 1901 y se forma como arquitecto en la propia práctica del oficio. Se inicia profesionalmente como herrero desde los 18 años cuando entra como aprendiz en un taller en Enghien, Francia.
Richard Buckminster Fuller se le reconoce como una de las mentes más brillantes del siglo XX, gracias a sus aportes tecnológicos muy comprometidos con la innovación constante a favor de la sociedad. Nació en Milton, Massachusetts, en 1895, e ingresa en Harvard en 1913 y luego de ser expulsado regresa en 1915 no pudiendo terminar una educación formal en esta universidad.