Durante la pasada campaña electoral el señor presidente de la República Luis Abinader, en todos sus discursos, se vanagloriaba expresando que “en su gobierno los chelitos ahora le rinden mucho porque ya no hay corrupción”, pero lo que nunca dijo es que lo que rendían eran los cuantiosos préstamos internacionales que ha solicitado, los cuales han superado a todos los que tomaron los gobiernos anteriores. Además, de que su gobierno tenía una gran liquidez y una gran reservas en dólares en el Banco Central.

Recientemente él también expresó que la canasta básica de los productos y servicios del pueblo dominicano es una de las más bajas de la región. Consideramos, señor Presidente, que de esto corresponder a la verdad, no habría necesidad de someter la reforma infernal que usted ha sometido al Congreso Nacional, la cual, por el solo hecho de anunciarla, ha disparado todos los productos y servicios, creando una situación de inestabilidad y nerviosismo colectivo.

Al mismo tiempo que se somete esta absurda modernización fiscal que va afectar a todos los sectores de clase media y de bajos ingresos, el gobierno no tiene elaborado ni siquiera un plan mínimo de austeridad para disminuir el gasto corriente, todo lo contrario, ha mantenido el derroche de los recursos públicos en publicidad, aumento de la nómina pública y en francachelas. Si quiere tener un poco de calidad moral para solicitar el apoyo a la ciudadanía a dicha reforma, debe ser el primero en poner el ejemplo, ser prudente, coherente y realista, anunciando una mejoría de la calidad del gasto público y reduciendo el gasto corriente.

Señor presidente. Estos tiempos exigen de aplicar el arte de la prudencia para no llevar el país a un despeñadero, a un clima de inestabilidad económica, política y social, tal como ocurrió durante el Gobierno de Salvador Jorge Blanco en el año 1984. Hay muchas fuentes de ingresos que pueden aportar, no una, sino, cinco veces la suma de 122 mil seiscientos millones de pesos que persigue dicha reforma, para que no haya que penalizar el ahorro, que sería matar la gallina de los huevos de oro, como lo es la persecución a la evasión fiscal, el ordenamiento de la economía informal, la eliminación de ciertos subsidios y exoneraciones que causan mucha indignación y soberbia en los sectores de bajos ingresos, al observar como a ellos se les clava el cuchillo sin ningún tipo de defensa.

A los propios legisladores, que solo exigen sacrificios para los demás, pero nunca para ellos, se les deben otorgar un vehículo utilitario y no las exoneraciones de vehículos de alta gama y de altos cilindrajes. Para los 190 diputados y a los 32 senadores, se les otorgaran en los cuatro años de su gestión congresual, la cantidad de 444 exoneraciones (2 para cada uno). La gran mayoría la vende. Cada uno de esos vehículos pagaría de impuestos aduanales la suma promedio de 5 millones de pesos, por lo que el Estado dominicano dejaría de percibir la friolera suma de dos mil doscientos veinte millones de pesos. También están las más de 75 mil las bancas de apuestas ilegales y otros vicios, que no pagan impuestos, muchas de ellas pertenecen a legisladores.

La esperanza de vida de los dominicanos promedio es de 72 años, por lo que a las personas con 65 o más años de edad, que posean un certificado de ahorros en una institución financiera, en vez de ser castigadas con un aumento de impuestos a los intereses, deben ser exoneradas del pago del 10% de impuestos, siempre que no dispongan de un seguro médico, que no reciban una pensión del Estado dominicano ni de otro país, pues con los intereses que generen, tratarán de cubrir los gastos necesarios para los últimos años de su existencia, principalmente los relativos a la salud, ya que el país no dispone de un sistema eficiente de seguridad social que las proteja. Son muchas las personas de edad avanzada que han vendido sus inmuebles para abrir un certificado de ahorros para cubrir los gastos de la tercera edad.

Debido al alto costo de la canasta familiar, de los servicios básicos, sobre todo, los de salud, se debe establecer un límite para la exoneración de dichos impuestos hasta los RD$125,000.00 (ciento veinticinco mil) pesos mensuales de ingresos por intereses, pues es con lo único que cuentan para su sustento y atenciones médicas, lo que les permitirá una vejez más digna. Dicha exoneración es justa y necesaria.

Muchas de las medidas anunciadas e incluidas en dicho proyecto de reforma, van aumentar la evasión fiscal. Por esta razón, se ha demostrado, que cada vez que se aumentan los impuestos, como es el caso del ITBIS (IVA), cuya reforma descansa en este renglón, las recaudaciones fiscales disminuyen, por no aplicarse un régimen de consecuencia a los violadores de la ley.