Como ocurre en cada proceso electoral, existe un porcentaje significativo de la ciudadanía que se abstiene de votar. En la mayoría de los casos, no se trata de una abstención critica, una protesta social contra el sistema, sino la expresión de una apatía política provocada por la desconfianza en la capacidad de los representantes de las instituciones democráticas para solucionar los problemas cotidianos.

Y si bien dicho ausentismo debe ser objeto de preocupación, no debemos obviar otro problema de las democracias representativas: la reducción del ejercicio democrático a la mera elección periódica de las autoridades.

Que un porcentaje importante de la población participe de los procesos electorales no es sinónimo de una democracia saludable. En sociedades donde existen muchas y diversificadas redes de compromiso clientelar la participación electoral puede ser alta simplemente porque el favor político depende de la referida participación, aunque la misma no responda al interés común.

En estos casos, nos encontramos ante “la conversión del hombre público en hombre privado”, en contraposición a la metáfora de José Luis López Aranguren de convertir “el hombre privado en hombre público”. (Ética y política). Se produce una colonización del espacio público por parte de la esfera privada del ciudadano que impone sus apetencias e intereses personales y familiares a cualquier planificación racional y razonable del Estado.

Dada esta situación, no solo nos enfrentamos ante el problema de la carencia de mecanismos de participación democrática cotidiana para hacer a la ciudadanía copartícipe de la gestión gubernamental, sino también, ante la amenaza latente de que, creados dichos procedimientos, los mismos queden distorsionados por las relaciones se subordinación del interés público a la esfera privada.

Para reconvertir estas relaciones, se requiere un proceso de transformación del modelo económico que permita un desarrollo inclusivo y, con ello, la construcción de una ciudadanía auténticamente democrática, independiente y participativa.