El pasado domingo fue publicado un artículo en este mismo medio con el título “Andresito Reyna”. Me llamó la atención pues si no me equivocaba mucho había escuchado hablar de ese personaje, bueno, me sonaba. Puse a volar mis recuerdos y me vino a la mente Sonia Silvestre.

Me puse a indagar en Google primero sobre la canción, reviví a Luis Díaz, guitarra en mano interpretarla, pero con quien en realidad la asocié fue con Sonia, quien ha sido mi artista femenina preferida desde sus comienzos, la cual conocí como cantante en sus inicios en el 1970 ó 1971 en la boite “La Oficina”, que quedaba en la Av. Independencia con Dr. Delgado.

Sonia Silvestre fue para mí un referente de lo que hubiera querido ser. Comprometida socialmente, aunque en cierta forma lo fui en mi adolescencia. Un ser libre, me faltó coraje, pero también en cierta forma lo fui. Tocar guitarra y cantar, también lo hice en la intimidad y con mis cercanos. Fui su fan.

Luis Díaz lo viví. Fue ese ser tan libre, sin prejuicios, sin límites, sin fronteras. Con su guitarra a la espalda recorrer las calles de Ciudad Nueva en su bicicleta. Así lo recuerdo.

El binomio Luis-Sonia, representaron mi esencia, fuimos contemporáneos, pero ellos con su talento y gran coraje pudieron expresarse, sin importarles el mundo.

Al leer el artículo vi que se trata de una novela escrita por Edwin Castillo, indagué también sobre él, un joven periodista nacido en San Cristóbal.

No sé si Andresito Reyna fue un personaje real o de ficción, por lo que tampoco sé si la novela tiene como punto de partida la canción de Luis-Terror-Díaz. Lo que sí sé es que quiero leerla, pues esos temas costumbristas me encantan.