Una rara singularidad del filósofo Andrés Merejo —extraña en el mundo intelectual dominicano acostumbrado a vivir de espaldas a la realidad — es que sus obras nos invitan a leerlas desde la perspectiva del tiempo actual.

Estos textos de su autoría nos interpelan vivamente acerca de lo que acontece en la vida de hoy: La era del cibermundo, Hackers y filosofía de la ciberpolítica, Filosofía para tiempos transidos y cibernéticos y Cibermundo transido, enredo de postpandemia, guerra y ciberguerra.

La era del cibermundo (Editora Nacional, 2015), obra que esta vez llama nuestra atención,  es un libro sobre el tiempo dominado por la realidad virtual. Los temas y problemas que aborda bajo los conceptos de cibermundo y ciberespacio son propios del tiempo global actual.

Esta obra plantea un conjunto de preguntas y respuestas acerca del mundo de hoy que atraen mi atención, y que, en mi opinión, también deberían interesar a los demás lectores, pues, inevitablemente, todos estamos concernidos con su contenido .

Uno de los aportes más relevantes de La era del cibermundo consiste en que se inscribe en forma decisiva en la búsqueda de un nuevo relato de las humanidades y del humanismo que,  aún no logra articularse en lo que va de siglo XXI .

Los autores que sirven de referencia a Merejo en este estudio se refieren al tiempo en ese nuevo tiempo. Tiempo del siglo XXI que brotó en pleno siglo XX, pero anunciado mucho antes .

Al margen de cualquier tendencia, desde su fundación la filosofía ha buscado comprender y explicar el mundo, crear una imagen del ser humano y su entorno, construir escalas de valores éticos, fundar un pensamiento crítico, servir de norte al rumbo de la sociedad y articular su propio metalenguaje.

En cada época existe el imperativo de entender y controlar, en la medida de lo posible, lo que Georges Poulet (1964) denomina “el tiempo humano”. En esa preocupación se inscribe la sentencia de José Martí(1891): “Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza”.

Esa expresión encierra un llamado a entender el tiempo en que se vivía a finales del siglo XIX y a actuar en consecuencia. Igualmente, el tema de disertación del Bachillerato de filosofía en Francia de los años setenta del pasado siglo:  ”¿Qué significa ser de su tiempo?”.

Específicamente, Merejo se inspira de la preocupación de Ortega y Gasset por la ciencia y la tecnología: “En este filósofo descansa la filosofía de la tecnología como parte de la vida humana y su relación con la circunstancia, la cultura y la creatividad”(p. 101).

Desde Estados Unidos, donde residió en los años 90 y pudo observar de cerca el curso de la sociedad actual, el filósofo Merejo aun en cierne publicaba ensayos sobre el ciberespacio en el periódico El Siglo. Luego, regresó al país renovado e ingresó a la Universidad como profesor en el Dpto. de Filosofía de la UASD.

Un punto de inflexión en la formación de Merejo fue su mirada hacia Europa en el marco de su doctorado en filosofía en el mundo global en el País Vasco;  otra realidad muy importante en la nueva orientación en la que hoy ocupa una posición cimera entre los pensadores de la época del cibermundo a nivel internacional.

Con base en esos antecedentes en el proceso de desencanto y reencanto en su quehacer filosófico, el Merejo de La era del cibermundo y de los trabajo siguientes, como los publicados en 2023, es un filósofo en pleno florecimiento.

Merejo nos interpela en su obra acerca de un tiempo epocal: tiempo global y específicamente virtual. Tiempos transidos.

Esa obra de Merejo es un llamado sobre el tiempo humano que involucra todos los tiempos culturales: el tiempo personal o íntimo de los sujetos; el tiempo de los Estados y el tiempo de las artes y los negocios en cualquiera de sus ramos. El tiempo de la Inteligencia Artificial(IA).

Es el tiempo de un diálogo de saberes con otras disciplinas que comparten la indagación del conocimiento. Es el tiempo de Merejo en esta obra, caracterizado, en primer lugar, por una nueva concepción de la realidad.

Merejo reafirma el valor primordial de ese tema en la filosofía, concede que hay tantas realidades como las interrogantes que se formulan en torno a ese concepto, pero constata que “lo dado “es lo que une a todas las concepciones.

¿Cómo ese ese tiempo?¿ En qué tiempo estoy? ¿En qué tiempo me doy cuenta de lo que soy y lo que hago ¿Cómo percibo y narro los acontecimientos? ¿Cómo es el tipo de relato que da cuenta de esa realidad?

Es interesante despejar, aun sucintamente, esas interrogantes, con base en los planteamientos y las informaciones que nos brinda el autor en diversos espacio de su texto, como esta en la que afirma la destrucción de las fronteras o las distancias que antes separaban las realidades en las que se fundaban la unidad-identidad del sujeto , de la cultura y de las naciones:

“Como el espacio, el tiempo parece inasible en una realidad que tiende a esfumarse, constituida por imaginarios virtuales.

“De ahí que lenguaje, sujeto, lengua, sociedad, poder, tiempo, espacio, verdad, distancia, converjan en la instantaneidad de los entresijos ciberespaciales. La globalización, en el ciberespacio, se manifiesta en las imágenes que brotan de las redes de Internet, con las conexiones y entradas de millones de usuarios a las plataformas de los cajeros automáticos, de los celulares digitales y que constituyen un nuevo espacio público social”(p.71).

Sorprendente afirmación, al parecer increíble, pero que en la época actual constatamos y experimentamos cada día en nuestra vida diaria y que esta obra nos ayuda a entender con el soporte de argumentos de ese tipo y de informaciones actualizadas hasta la fecha de su publicación, sobre las diversas manifestación del cibermundo en los diversos contexto de la sociedad .

Y aquí vienen estas afirmaciones que despejan todas nuestras dudas: lo virtual no es lo irreal ni las maquinas a través de las cuales accedemos: es un tejido social de intercambios que circula por las conexiones o redes informativas (p.70).

Merejo nos invita a apropiarnos de los nuevos conceptos-realidades básicos, que nos aporta esta obra: sujeto cibernético y cibercultura.

Nos invita a revisar los conceptos de realidad con los que hemos construido la cultura anterior y con los que hemos asociado nuestra imagen de sujeto hasta la era del cibermundo; nos invita  a vernos inmersos en esas nuevas situaciones que rigen el mundo de hoy.

La tipología del sujeto cibernético es amplia en esta obra, así como de las situaciones en las que interactúan. Todo ciudadano que actúa en el contexto del ciberespacio es un sujeto cibernético. ¿y quien no lo hace de alguna manera?

Asimismo, hoy existe un nueva ciudadanía: “Ese ciudadano es el que ha devenido en sujeto cibernético, porque, ya no es el cibernavegante el timonel de un barco en alta mar, tal como en la época antigua de los griegos, más bien, en estos días que corren, es el sujeto cibernético del ciberespacio envuelto en la red de redes, navegando a través de los celulares, cajeros automáticos, computadoras y todo lo que tiene que ver con ese espacio virtual”(p.135) .

Aquí es preciso apuntar la relación entre el sujeto y la ética, que Merejo destaca apoyándose en el profesor francés Henri Mechonnic, renombrado poeta y teórico del lenguaje y la literatura :

“Tal como lo puntualiza el discurso de Mechonnic (2007:20): La ética es un asunto de comportamiento. Consigo y con los demás. La ética es lo que uno hace consigo mismo, y con los demás.

Un actuar y un construir valor. El valor no puede ser distinto al sujeto, el cual no posee inmediatamente sino un sentido doble, hacer de sí un sujeto, hacer que los demás sean sujetos, reconocer a los demás como sujetos. Y no hay sujeto si éste no es el valor de la vida. Y debe desgajar del individuo todos los sujetos que lleva consigo”(141).

Como se lee en el paratexto inicial de este libro, Merejo recibió el Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña 2014 Modalidad Ensayo Científico. El jurado, cuyos integrantes suscriben el veredicto(José del Castillo, Manuel Matos Moquete, Pedro Delgado Malagón ) encontró méritos para galardonar La era del cibermundo, basándose en ponderaciones factibles de ser reconocidas por los lectores:

“Con un dominio vasto de disciplinas tales como la filosofía, la sociología y la lingüística, la informática y los diferentes campos de la inteligencia artificial, el texto abre las posibilidades interpretativas del mundo ante la globalización y la era cibernética. Incorpora, asimismo, el conocimiento contemporáneo a través de numerosas fuentes de estudio e investigación acerca de los posibles dilemas que en el futuro encara la humanidad. El lenguaje es riguroso en su formulación, y permite acceder con facilidad a los complejos temas aquí tratados.”

Ciertamente, en esta obra Impacta la combinación de un lenguaje riguroso y una lectura asequible para la comprensión de los complejos temas tratados en la obra.

Concurren en ella varias disciplinas. La disciplina que orienta este estudio es, sin duda, filosófica, el autor es filósofo, se reconoce como filósofo. Aunque, por la visión del conocimiento y por la complejidad del tema que trata, se asume desde una perspectiva trans y multidisciplinaria.

Es remarcable la actualización de las fuentes de los conocimientos contemporáneos acerca de los posibles dilemas del futuro de la humanidad.

Las posibilidades interpretativas del mundo actual de la globalización y la cibernética son numerosas y a la vez, en gran medida, cubiertas por la investigación que sustenta esta obra.

Sus enunciados resaltan valores particulares de reflexión, constatación y critica acerca de un universo previsto por el autor desde hace décadas y que hoy forma parte de la realidad cotidiana.

Esta investigación de Merejo es inagotable en el plano comprensivo. Las afirmaciones no hacen sino suscitar más interrogantes. Sin embargo, dejo muchas cuestiones en el tintero porque que me permiten continuar el comentario acerca de las obras de Andrés Merejo: un filósofo para este tiempo virtual.