No niego lo difícil que es para el que se identifica con un proyecto político analizar sus puntos de vistas con objetividad; por más que lo ocultemos siempre nos saldrá, aunque sea un poco, el favoritismo con el candidato presidencial de nuestra preferencia, pero trataré de que mis lectores obtengan una visión realista de lo que sucede en la actualidad y las posibles expectativas que se van desvelando hacia el próximo certamen electoral.

Lo primero que he de hacerles entender es que las tendencias de moda no cambian tan fácilmente el carácter idiosincrático de nuestros nacionales; tenemos costumbres ancestrales tan enraizadas que son parte integral de nuestro ADN. En el fondo seguimos siendo los mismos dominicanos de siempre, los que al decir del propio generalísimo, Trujillo, “siempre están detrás de un cheque y delante de un chucho”.

Es cierto que las redes sociales le han dado visualización y desahogo al ciudadano común y hoy estos -no lo podemos negar- inciden de manera determinante en el accionar público por sus opiniones y críticas, pero todavía persisten los mismos modelos de persuasión para lograr los apoyos electorales, a través de las afiliaciones partidarias, los contactos y compromisos personales, el trabajo de convencimiento y de captación de familiares, amigos y relacionados para la causa política con la cual nos comprometemos.

Por el contrario se mantienen los mismos métodos clientelares con más eficacias, porque existen menos valores, ya que la falta de lealtad a los liderazgos como los hubo en el ayer, han profundizado el clientelismo forzado e ilusionario que acusa a nuestra sociedad hoy.

Para analizar el contexto político electoral actual, tenemos que retrotraernos a los años 2019 y al 2020, porque si no evaluamos lo sucedido en los mismos, podemos partir de inacabadas informaciones. En octubre del año 2019 se celebraron primarias simultáneas del PLD/PRM, administrado el proceso por la JCE, que arrojó que el mismo, pese al comprobado fraude, a su candidato Gonzalo Castillo le asignaron 911,324 votos y a Leonel Fernández solo le contaron 884, 630, para una diferencia de apenas 27 mil votos, esto con todo el dinero y la maquinaria oficialista a su favor, pero lo paradójico es que el hoy presidente Luis Abinader, apenas sacó en esas primarias un tercio de los votos que obtuvo Leonel, 283,163 votos, que representó un 74.10% del total de sufragios obtenido por el PRM en esas elecciones internas.

Lo primero que tenemos que analizar concienzudamente es que un partido como el PLD en ese año obtuvo casi 1.850,000 votos en una primarias, los que nos lleva a entender que esa organización no podía perder unas elecciones, donde su principal partido opositor o contendor había obtenido apenas 382,000 votos.

Lo segundo, es reconocer que solo una división interna sacaba del poder a los morados unidos del Palacio Nacional, fue la insensatez del danilismo oficialista que se obstinó en impedir que LEONEL fuera el candidato presidencial del PLD, que de seguro ganaría, y prefirió que se colara su contrario, Luis Abinader.

Tenemos que entender, que LEONEL dejó de ser opción principal en las elecciones del año 2020 en el nivel presidencial, porque es natural que un partido en el gobierno obtenga el favor de su militancia, que estaba empleada y se beneficiaba del poder, es por esto, la necesidad de la plataforma de JUNTOS PODEMOS, una alianza congresual y municipal con el PRM opositor, para obtener cuotas de espacios, de esto se benefició Luis principalmente, ya que se sumó parte del voto leonelista, y con este aluvión de apoyo adicional, logro ganar en la primera vuelta.

En ninguna encuesta se le asignó menos de un 17% a LEONEL FERNÁNDEZ, ese porcentaje separado radicalmente de la facción gobierno del PLD, no le daría un voto a GONZALO CASTILLO, ahora analicemos, si el expresidente Fernández obtuvo algo más de un 8% de los sufragios en las elecciones, dónde se fue esa diferencia que lo respaldaba, hacia la verdadera opción opositora que si podía ganar, el actual presidente LUIS ABINADER.

Tenemos que partir entonces de que el PRM/ LUIS ABINADER nunca tuvo más de 45/46% de apoyo, por lo cual el 52.52 % que obtuvo en las elecciones no eran efectivamente del PRM ni de su candidato presidencial, por lo cual se parte de una premisa errónea al pensar que Abinader se le está reduciendo su apoyo de ese 52%, ya que nunca fue propio, siete u ocho puntos volvieron pasados los comicios a su estado natural, la nueva oposición de la FUERZA DEL PUEBLO, dejando a Luis gobernar con lo que siempre tuvo, es por ello que entiendo lo único que ha descendido el mandatario en dos años, es apenas 8/10 puntos, que en verdad no es mucho, si partimos del criterio real de que el gobierno del cambio navega hoy en medio de la más profunda crisis regional de los últimos 70 años, según CEPAL.

Los que se sorprenden de los números constante a la baja del gobierno deben entender esto como algo natural, un fenómeno mundial, así están las mayorías de los gobiernos a escala planetaria.

Ahora bien, aquí se conjugan dos situaciones, que harán muy complejo el entramado decreciente del perremeísmo:

Primero: la Luna de miel del pueblo con la figura presidencial término, ya no es solo a los funcionarios a los que se acusa, los ciudadanos comienzan a sentirse defraudados por la ineficiencia mostrada en la gestión actual, cuyos cuestionamientos han llegado a donde el propio LUIS ABINADER.

Segundo: los errores de factura local son varios y muy gravosos, es por eso que lo harán descender aún más, son desaciertos, como el descontento de la militancia del partido con su gobierno, las implicaciones comprobadas de financiamientos oscuros en la campaña pasada y los posibles atisbos de corrupción de algunos funcionarios actuales, convierten el panorama oficialista en algo desolador.

La pregunta que se hacen muchos es ¿por qué solo está creciendo LEONEL FERNÁNDEZ?. Les respondo de manera simple: es natural que así suceda, el electorado desconfía de la pertinencia de los outsider, y, sobre todo, después del gran fiasco de los actuales funcionarios, además de que los dominicanos somos así siempre, miramos “hacia atrás”, eso ha sido una constante histórica, veamos: VOLVIÓ después de ser aporreado el doctor Joaquín Balaguer en el año 1966, pero más sorprendente fue la victoria en el año 1986, del insigne hijo de Navarrete frente al todopoderoso PRD de ese entonces, así también VOLVIÓ LEONEL en el año 2004, y no lo logró Hipólito en el 2012, porque con un incomprensible sectarismo este unificó en su totalidad al peledeísmo gobernante.

Nuestra interrogante es, ¿quién tiene más posibilidad real de sumar apoyo?, un nuevo aspirante presidencial o uno que ha sido tres veces Presidente de la República, creo que huelga dar la respuesta.

Si sumamos el hecho cierto, de que la mayoría de los militantes peledeístas acusan al danilismo de la derrota electoral del 2020, por su incomprendida actitud de no apoyar a LEONEL, mientras que éste sí lo respaldo firmemente a Danilo Medina en el 2012 y 2016, entonces me cuestiono, ¿esa mayoría morada a quién apoyará?, pues al mismo que los llevó al poder por primera vez en el 1996 y que los volvió a llevar en el 2004.

Además, tenemos que considerar y admitir, que la marca PLD está seriamente afectada por las graves acusaciones de corrupción, por los montos envueltos, sumas multimillonarias, que le son difícil de explicar a cualquier exfuncionario, y mucho menos de defender, de igual manera, del propio cuestionamiento que hacen los mismos miembros de la tolda morada, que no entienden cómo no tienen nada después de haber perdidos sus empleos, mientras un grupo se benefició con sumas astronómicas.

No negaremos que a las gestiones anteriores de Leonel las cuestionan por acciones de algunos de sus funcionarios. Nadie, sin embargo, lo ha podido vincular a él ni a sus más cercanos familiares en actos indecorosos; no lo duden, eso le ha estado beneficiando.

Sobre el manido criterio de que la FUERZA DEL PUEBLO no puede ganar las elecciones, porque tiene poco tiempo de constituida, y que el PLD por sus largos años está muy enraizado en el electorado, esa es otra equivocación, ya que el PRM solo tenía algo más de 5 años de conformado, cuando logró ganar en los comicios del 2020, el mismo tiempo que le tomara a la FUERZA DEL PUEBLO llegar al Palacio Nacional en el año 2024, ya que dicha organización nació en el 2019.

Estamos conscientes que en el caso del PRM, este absorbió al instante la casi totalidad de la militancia del PRD; algo parecido pasará en el PLD, porque parte de su militancia será seducida por las fuerzas Leonelistas.

He escuchado la teoría de la obligatoriedad de la unidad opositora, PLD/FP, más los otros partidos de la oposición para ganar, les puedo comprar la idea los que así lo exponen, solo en cuanto a las candidaturas uninominales, congresuales y municipales (senadores, alcaldes y directores del distritos municipales), porque se eligen por mayoría simple, y el gobierno con pocos votos las pudiese ganar si la oposición postulase varios candidatos, porque la fragmentación de opciones consiguiese favorecer a los candidatos del gobierno, que con vastos recursos a la mano y un ejército de empleados públicos dedicados solo a hacerles campaña, admito que eso pudiese suceder, fue precisamente esa premisa que conmino al PRM, a la FP y a otros 15 partidos opositores, a coaligarse a través de la plataforma JUNTOS PODEMOS, con el fin de unificar candidaturas frente a los del gobierno, y así producir el inesperado tsunami electoral, que les hizo morder el polvo de la derrota de todos los niveles de elección al oficialismo.

Están muy equivocados los que desean hacer ese análisis, sin embargo en el nivel presidencial, el sistema de elección del 50% + 1 de los votos favorece en ese nivel a las opciones opositoras para el proceso venidero, porque el que logre clasificar frente a la candidatura del PRM/GOBIERNO, será ganador seguro en la segunda vuelta, porque todo el voto opositor del que quede en tercer lugar, votará masivamente por el candidato presidencial que clasifique de la oposición, y en ese nicho poco podrá pescar el gobierno para una segunda cita comicial.

Esas son las razones de hecho, realistas y concretas, que hacen de la candidatura de Leonel la opción hasta ahora con más posibilidades para ganar las elecciones en el año 2024.

Si se extiende esta multicrisis mundial, al gobierno le será difícil llegar a un 35% de apoyo, y si los del PLD insisten de manera obtusa en presentarse en solitario para las elecciones en primera vuelta, lo único que lograrán es que la mayoría de su militancia decida finalmente en dos vertientes con un mismo resultado, apoyar de manera directa a Leonel para que este gane en primera vuelta, pero si no fuese así, en la segunda vuelta le votaría de igual manera la casi totalidad de los peledeístas, porque ténganlo por seguro, de que al PRM y a Luis Abinader, los vapuleados morados no le darían un voto…¡ni muertos!