Entre finales de  junio y principio de julio  del presente año en Panamá se produjeron violentas protestas cuyo disparador fue el incremento de los precios de los combustibles, en 40% en sólo 6 meses. Esa alza cuando los precios internacionales se habían elevado abruptamente, aunque no plenamente justificada podría parecer lógica. De ahí el término “disparador”.

El “disparador” ponía sobre el tapete profundos problemas estructurales que a diferentes grados se expresan en todos los países de América Latina. No es casual que se incorporaran entonces  otros reclamos tales como los gastos del gobierno, educación, salud y empleo. Más bien eran claras manifestaciones de la triada de transparencia, eficiencia y democracia.

Como muestra de los serios problemas de transparencia se destacan los gastos de gobierno, dado que ha pasado a ser un espacio para muy  lujosos sueldos de políticos junto a los sonados y emblemáticos casos de corrupción, que han llegado a los niveles más encumbrados de familias y políticos.

La eficiencia  en cuanto a problema estructural se expresa- entre otros- en los temas de salud y educación, con esta última  se comprende mejor cuando se recuerda que Panamá quedó en el lugar 71 de 79 países  de las pruebas PISA de 2019.

Más en lo relativo a la democracia, la verdad es que las propias manifestaciones de protestas demuestran que al respecto mucho se ha avanzado a partir de la respuesta entonces del gobierno,  con un llamado al diálogo y la instalación de una mesa representativa de todos los sectores hacia la búsqueda de las soluciones más pertinentes.

Aun con lo relatado y comentado y como expresión de los contrastes de América Latina, Panamá actualmente ocupa el 4to lugar en cuanto a Índice de Desarrollo Humano-IDH- en la región y  el lugar 61 en el mundo.

Panamá ha llegado a ocupar además  las siguientes posiciones en importantes indicadores internacionales. Índice de Calidad de Vida Mundial 4to lugar en la región y el 34 en el mundo; Índice Global de Bienestar, 1ro en la región y 1ro en el mundo; Índice de Globalización 1ro en la región y el 24 en el mundo.

Panamá expresa y muy bien representa los desafíos de América Latina con una democracia que se consolida después de dictaduras y odiosas intervenciones extranjeras.  La transparencia y la mayor eficiencia en la gerencia del Estado son grandes desafíos que tanta esperanza genera al tener en cuenta  el valor de su gente;  con ese escenario geográfico del Canal de Panamá, gran obra de raigambre internacional que tanto contribuye al imprescindible  comercio mundial.

Panamá, importante referencia, para estudiar detenidamente.