Con una población de 6 millones 625 mil personas y una superficie de 130 mil 374 kilómetros cuadrados, tiene  Nicaragua excelentes condiciones para su desarrollo pleno. Emerge además muy temprano en la historia como país independiente con el nombre de “Estado de Nicaragua” en el 1838.

El balance al presente de Nicaragua visto a partir del Índice de Desarrollo Humano-IDH- de 2022  la coloca en el lugar 17 de América Latina, solo superando  a Haití, Honduras y Guatemala; a nivel mundial está en el lugar 126.

Aun así el IDH de Nicaragua había aumentado (1990-2019) un 33%; además, el crecimiento del Producto Bruto Interno-PBI- promedió 4% del 2000 al 2017.

Los datos anteriores corresponden a un período de una relativa estabilidad después de décadas de guerra civil; luego que el Frente Sandinista de Liberación Nacional-FSLN- alcanza el poder por las armas derrotando la cruenta dictadura de 42 años de los Somoza  e introduce las formas democráticas de gobierno; pero surgen grupos armados –Los Contra- auspiciados por el gobierno estadounidense de Ronald Reagan dificultando el funcionamiento del país.

Se persiste entonces por las salidas democráticas junto con  una alianza con los sectores empresariales que entre otros factores  explican los avance relativos hasta el 2018.

En el 2018 se inicia el quiebre del complejo proceso de avance. Se realizan  protestas ciudadanas el 18 de abril de ese año  ante cambios introducidos por el gobierno en el régimen de jubilaciones y pensiones; con respuestas tan brutales de parte del gobierno que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reportó 328 muertos entre ellos  estudiantes adolescentes.

Se llega a eliminar la competencia electoral  entre las distintas fuerzas políticas y más aún la anulación de toda forma de oposición político-social.

Nicaragua se retrotrae a un pasado que se entendía superado. Cuando   sumó entonces la valentía de su pueblo, una intelectualidad de alto nivel a tono con las mejores causas, con la presencia de un sector de la iglesia comprometido con el desarrollo humano  simbolizado por el sacerdote Ernesto Cardenal; así como un símbolo de la lucha de la mujer latinoamericana con Dora María Téllez gran luchadora por la democracia y la libertad, ex Ministra de Salud, hoy en la cárcel condenada a 15 años por antiguos compañeros de lucha; o el laureado escritor Sergio Ramírez ex vicepresidente de Nicaragua,  en el exilio.

La triada democracia, transparencia y eficiencia se ha complicado en Nicaragua dando paso de nuevo al control del Estado a partir de la predominancia del interés personal, familiar y grupal,  no propio de las tendencias actuales de América Latina, con  las  que habrá  de reencontrarse.