En mi artículo anterior expuse algunas ideas que expresa Amartya Sen sobre cuestiones ambientales, sosteniendo que esa visión de Amartya, si no se asienta plenamente en el marco de la ecología social, se acerca lo bastante como para considerarla como tal.
También señalamos unos pocos ejemplos de medidas de políticas públicas ejecutadas en República Dominicana durante las últimas cinco décadas y las cuales se alejan, total o parcialmente, de los lineamientos esbozados por Amartya sobre cuestiones ambientales.
Las barcazas fijadas en Puerto Viejo, Azua, hace pocas semanas, es un fiel ejemplo de ese desarrollismo productivista que arrasa bienes comunes, que son patrimonio de la nación.
Para abordar los aspectos principales de incidencia de las referidas barcazas haremos un resumen de los principales aspectos contenidos en la publicación en febrero 2023 de la revista Nueva Sociedad de la Fundación Frederich Ebert titulada “Barcazas contaminantes en Puerto Viejo de Azua”, de la autoría del Sociólogo y ambientalista Carlos Antonio Brito, de la organización Iniciativa solidaria (ISOL).
Dice el ambientalista que en la zona donde se autorizó la instalación de las dos barcazas “…convergen tres áreas protegidas, amparadas legalmente en la Ley 202-04 y la Ley 64-00, ambas sobre medioambiente y recursos naturales. Estas áreas son las siguientes: el Parque Nacional Francisco Alberto Caamaño, el Parque Nacional Sierra Martín García y en el corazón de la zona marítima y terrestre de estos dos parques nacionales, se encuentra el Refugio de Vida Silvestre Manglares de Puerto Viejo”. (Brito, 2023)
El referido estudio esboza los impactos que se pueden esperar en el medio ambiente donde se instalan barcazas en lugares fijos, que pasan a producir costos externos como los siguientes:
- Óxidos de nitrógeno, que provocan irritación del tracto respiratorio, bronca constricción, dificultad para respirar, ataques de asma; y aumentan el riesgo de infecciones
- Óxidos de azufre, alteran el desarrollo de la función pulmonar en los niños y contribuyen al deterioro de la función pulmonar en los adultos; provocan y agravan el asma y las enfermedades
- Ruido y vibraciones, fuente de malestar que puede provocar pérdida de audición, interrupción del sueño, deterioro del rendimiento cognitivo en los niños y enfermedades
- Descarga de agua caliente, que afecta a los organis mos acuáticos que son sensibles a la alta temperatura.
- Los procesos de crecimiento, desarrollo y reproducción de la fauna y flora acuática se reducen significativamente; en el caso de las barcazas del Río Ozama un estudio reveló hubo una reducción a la mitad por un aumento de 7 oC y que el aumento de 1 oC en la temperatura del agua se ha asociado con una reducción del 10 % en los procesos biológicos acuáticos.
- Las barcazas instaladas en el río Ozama contaminan 15 veces por encima de lo normal, ya que las mismas utili zan motores similares a los de los barcos y están insta ladas en un lugar fijo.
Por consiguiente, las operaciones de esas barcazas en Puerto Viejo se revelan como clara amenaza para la contaminación del ambiente en la zona, y la segura destrucción de manglares en Puerto Viejo, poniendo en peligro la costa frente al avance del mar y potencializando el impacto inminente del cambio climático, además la destrucción de arrecifes de coral que se puede esperar alterarán la dinámica de los movimientos del mar provocando erosión y sedimentación de costas.
El estudio de Brito señala que en República Dominicana “Hay un desorden alrededor del uso del espacio costero. Ecosistemas tan vitales como el manglar y los arrecifes de corales no están siquiera en el imaginario de la planificación económica ni de la visión política a pesar de su papel primordial en el mantenimiento de la pesquería, de la calidad del agua de las costas, de las dinámicas de las arenas que conforman las playas, de la protección frente a fenómenos climáticos, además de la rica biodiversidad que contienen”.
Si alguien osare poner en duda la orfandad de manglares y arrecifes en el modelo desarrollista en marcha desde hace décadas, basta revisar los cientos de páginas que durante décadas ponen de manifiesto los efectos que las construcciones de hoteles turísticos en costas han provocada en el país.
Igualmente, Brito reseña que la autorización de la licencia ambiental emitida por el Ministerio de Medio Ambiente, a favor de la empresa Karpowership Dominican Republic, S.A.S., para la instalación de las barcazas y accesorios en la zona de amortiguamiento del Refugio de Vida Silvestre Manglares de Puerto Viejo viola la ley 202-04 sobre áreas protegidas y la ley No. 64-00 sobre medio ambiente y recursos naturales.
Efectivamente, esas dos barcazas que la presente administración gubernamental ha propiciado operar para generar energía eléctrica han sido autorizadas por el Ministerio de Medio Ambiente, aun en contra de normativas emitidas por el propio organismo rector, que no concibe que ese tipo de actividad pueda ser incluida en la zona de amortiguamiento de una zona protegida.
En declaración publicada por este mismo medio en fecha 9 de mayo de presente año, la viceministra de Gestión Ambiental, Indhira de Jesús, admite que las barcazas están en la zona de amortiguamiento y la resolución del ministerio 010/2018, fundamentada en las leyes 64-00 y 202.04 dejan fuera de toda ambigüedad en relación al tipo de actividades productivas que pueden ser autorizadas para operar en una zona de amortiguamiento, que es parte integral, no separada, del área protegida y las actividades permitidas son: “caminos de herradura o forestales, apicultura, infraestructuras de investigación, pesca artesanal, camping, infraestructuras de apoyo a instalaciones de uso público, de recreación y esparcimiento, centros de visitación turísticos de máximo 4 metros de altura, y de menos de 6 metros de altura, siempre conforme a las directrices del Plan de Manejo”.
Cuál es la situación en las comunidades Los Negros, y su entorno, posterior a la instalación de las barcazas. Esta reflexión será objeto de un artículo futuro.