En todo sistema republicano y democrático, como el que prevalece en la República Dominicana, en todas las organizaciones sociales, políticas, empresariales, profesionales, deportivas, educativas y culturales, religiosas, ONG, gremiales y sindicales, se debe establecer y aplicar un reglamento donde se permita la alternabilidad y el relevo cada cierto tiempo de las direcciones de estas, pues de lo contrario se estarían violentado ciertas normas éticas, legales y morales, que darían paso a la comisión de actos de indelicadezas, reñidos con la moral, el pudor y las buenas costumbres.
Con la excepción de la iglesia católica, que coloca en retiro a sus obispos y arzobispos a los setenta y cinco años de edad, de los gremios empresariales y algunas que otras organizaciones, la mayoría de las direcciones de estas no contribuyen ni permiten la alternabilidad y el relevo, permaneciendo en los cargos por tiempo indefinido, como si se tratara de una propiedad o una herencia. Para ello se valen de procedimientos irregulares y nada ético, como son la compra de delegados, dádivas, canonjías, sobornos, viajes, comidas, promesas, para que las reelijan cada vez que hay que elecciones, lo que le hace un flaco servicio a la institucionalidad y al sistema democrático, contribuyendo con la corrupción imperante.
Cuando una persona se aferra a dirigir cualquiera de las organizaciones anteriormente señaladas por tiempo indefinido y se opone al relevo y a la alternabilidad, algún beneficio, privilegio, tráfico de influencia u otros intereses personales persigue. Muchos critican y condenan la reelección en los cargos de las diferentes organizaciones, siempre que no sea la suya.
Hace dos años el ingeniero Osiris Guzmán Delgado, ex presidente de la Federación Dominicana de Fútbol (FEDOFUTBOL) durante 26 años, fue suspendido y sometido a la justicia por esta, por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) y por la Confederación de Fútbol de la Asociación del Norte, Centroamérica y del Caribe (Concacaf), por un supuesto escándalo administrativo, cuyo caso todavía está pendiente en los tribunales. Esta situación se ha presentado por no haberse realizado con tiempo una renovación en la dirección de dicha federación. Anteriormente se habían presentado otros escándalos en otras federaciones deportivas.
Ahora se ha presentado otro escándalo administrativo y financiero, esta vez en la Federación Dominicana de Pentatlón Moderno (Fedopem), que dirige el señor Freddy Núñez, cuya oficina fue allanada por autoridades de la Procuraduría General de la República. Todas las federaciones deportivas, así como el Comité Olímpico Dominicano deben ser fiscalizadas por la Cámara de Cuentas y por la Contraloría General de la República, pues todas reciben muchos recursos del presupuesto nacional.
De no ser fiscalizadas, lamentablemente continuarán produciéndose estos escándalos públicos en otras federaciones deportivas, pues sus directores carecen de formación ética profesional y manejan los recursos sin ningún tipo de control, transparencia y pulcritud. Desgraciadamente los atletas dominicanos son los que menos beneficios reciben. Ya escuchamos la denuncia hecha por nuestra campeona olímpica Marileidy Paulino, que tuvo que tomar un préstamo para su preparación.
Otro ejemplo de permanencia por tiempo indefinido en las presidencias de sus organizaciones, como si no existieran otras personas, lo constituyen los señores Rafael (Pepe) Abreu, presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), Gabriel del Rio Doñé, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), con más de 40 años en el cargo y Jacobo Ramos, presidente de la Central de Trabajadores Dominicanos (CNTD). Todos ya fueron pensionados por el Presidente Luis Abinader con 75 mil pesos, pero aún se mantienen en sus respectivos cargos, supuestamente en defensa de los trabajadores de todo el país.
Estos señores siempre apoyan al gobierno de turno y al sector empresarial en las discusiones salariales a cambio de pequeñas migajas para el trabajador; pertenecen a distintos consejos de instituciones públicas, por lo que reciben diferentes ingresos. Fueron los que contribuyeron a desangrar al antiguo Instituto de Seguros Sociales. Estos son solo algunos ejemplos de por qué es importante y necesario la alternabilidad y el relevo en las direcciones de todas las organizaciones sociales. Ojalá que esto se pueda aplicar.