Una de las problemáticas pendiente del sistema escolar federal estadounidense es el almuerzo. Que si bien es cierto, no se trata de crear un menú que cumpla con los requerimientos básicos de cada estudiante; pero en la mayoría de las escuelas; este no se ajusta a los estándares de nutrición establecidos por las mismas autoridades de salud. Porque el problema es el presupuesto, con un costo.
De 1.48 dólares por plato en su elaboración, la persecución de los alimentos, a los estudiantes no les agrada el menú, la desconfianza, en la calidad de lo ofrecido y los costos. El almuerzo escolar se estableció en el año 1946 bajo el programa nacional de almuerzo escolar; responsabilidad del Departamento de Agricultura, que se encarga de la operación del Programa Nacional de Alimentos a nivel Federal, en las escuelas públicas y privadas.
El 90% de las escuelas públicas lo utilizan, ofrecen alimentos a 4.500 millones de personas. Y es uno de los sistemas gratuito, que mas quejas recibe por usuarios y proveedores. ¿Pero hasta dónde académicamente hablando podrán llegar los estudiantes de una sociedad que no les garantiza los nutrientes fundamentales para el desarrollo cognitivo a sus usuarios?
Donde alrededor del 21% de adolescentes escolarizados consume verduras menos de una vez al día; el 34% toma fruta menos de una vez al día; el 42% bebe refrescos azucarados a diario. Que durante la administración del presidente Barack Obama, se introdujeron importantes avances en materia nutritiva en el almuerzo escolar; pero en los estados dominados por los republicanos, se modificaron.
Desafortunadamente, el 46% de los estudiantes prefiere consumir comida rápida al menos una vez a la semana, según La UNICEF. Es por ello que cuesta creer que en el país donde existen organizaciones como la mencionada, creada para promover el bienestar de niños, niñas y adolescentes; el almuerzo escolar continúe con casi las mismas carencias que cuando se introdujo este conveniente programa de alimentos. Es cuando, analistas se preguntan.
¿Hasta qué punto el sistema federal puede llegar a combinar aspectos como sostenibilidad, calidad, llenar las expectativas nutricionales demandadas por los niños; cuando el presupuesto no se corresponde con la realidad económica actual?, Investigaciones plantean “que el 13% de los niños en edad escolar omiten el desayuno”.
Convirtiéndose en un enigma que esto ocurra, en el país que figura entre las principales potencias agrícolas del mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Sin embargo, algunas organizaciones por se encargan de monitorear y establecer estadísticas de la situación, han logrado establecer planteamientos como -por ejemplo- según la organización sin fines de lucro No Kid Hungry, “casi 14 millones de niños viven en hogares con inseguridad alimentaria, es decir, sin suficiente comida para que todos los miembros de la familia estén sanos”.
En tanto que “2022 el 12.8% de los hogares estadounidenses padecían inseguridad alimentaria, siendo los hogares negros y latinos los más afectados”. “Más de 47 millones de personas en Estados Unidos padecen hambre, incluyendo a 1 de cada 5 niños”. De Acuerdo con Feeling América.
En resumen, Estados Unidos no ha podido priorizar las variables que han convertido el almuerzo escolar en un tema irresuelto por ninguna de las autoridades que han administrado este país y que amerita el encontrar una solución al problema; que reduzcan las alarmantes estadísticas que superan ha muchas naciones en vía de desarrollo.